Desde SAE se da la voz de alarma ante este desbordamiento de casos: los trabajadores comienzan a dar síntomas de agotamiento y están muy preocupados porque las plantas burbuja han dejado de ser tal, desde el momento en que técnicos auxiliares de las zonas no covid tienen que pasar a reforzar las zonas de infectados o la intermedia.
La residencia, que tiene cuatro plantas, se ha distribuido, según su plan de contingencia, en una planta de positivos (la tercera, con 80 camas, llena), otra de posibles covid (la zona intermedia) y otras dos libres de coronavirus. Pero, al saltarse el aislamiento por plantas, aumentan los contagios entre el personal y, como ocurrió el pasado jueves, relatan, «dos compañeras que tenían que haberse marchado de turno a las 22:30 se quedaron hasta las 00:00 para ayudar a la única auxiliar que se quedaba sola».
Grandes dependientes
En total, en la residencia, el mayor de los 25 centros propios de la Junta, se atiende a 231 usuarios, casi todos grandes dependientes, con un deterioro muy importante tanto funcional como cognitivo y, «si antes ya era ajustado el personal, ahora con el coronavirus se hace imprescindible un aumento de la plantilla, porque se están haciendo turnos demenciales, ya que muchos están de baja», señalan desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE). «El sistema está siendo bastante caótico, no hay un protocolo claro por parte de la dirección», indica uno de los auxiliares destinado a la zona «limpia» pero que le toca también ir a la zona covid para bajar la ropa contaminada. En uno de los módulos, de los 28 auxiliares están contagiados 14, la mitad y han dado positivo tres enfermeros y uno de los médicos.
El pasado sábado, denuncia, había solo dos auxiliares para atender a ochenta residentes (la mitad de ellos, con coronavirus). Lo usual, explica, es que en el turno de tarde haya tres técnicos auxiiares de enfermería por cada 40 residentes y por la noche, solo uno. «No damos abasto, nos faltan manos», resume otras de las trabajadoras.
Pero la permeabilidad entre los módulos con y sin contagios no es lo único que preocupa a los trabajadores. En los dos ascensores de acceso, aunque hay carteles para 'uso limpio' y 'covid' pero «hay un solo botón, de manera que en el mismo ascensor se sube la comida, se baja la ropa limpia o la sucia indistintamente», critican.
Este periódico ha tratado de recabar la versión de la dirección del centro respecto de las carencias que exponen los trabajadores, sin que haya dado una respuesta. Por su parte, la Junta ha insistido una vez más en que se cumplen todos los protocolos.
Las plataformas aplauden al TSJ por mantener las visitas en los centros
La Plataforma de Afectados de Residencias de Castilla y León y la nueva Plataforma Social de Valladolid aplaudieron ayer la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León de anular el veto a las visitas de familiares que pretendía la Junta, dentro del endurecimiento de las medidas generales para intentar doblegar la curva de contagios. Consideran que el auto del TSJ respalda su reivindicación de que «los mayores son sujetos de pleno derecho y necesitan este contacto con sus famlias para su salud psíquica y emocional». Por su parte, desde la Junta se indicó ayer que no se recurrirá, «como demuestra que desde el sábado ya ha empezado a acatarse y solo se suspenden donde hay brotes».