Daniel Escudero, en su tienda de fotografía Fan de Foto de la calle Teresa Gil, cargado de paquetes. RODRIGO UCERO

El pequeño comercio se reinventa como punto de recogida de compras electrónicas

Tiendas, quioscos, peluquerías o agencias de viajes obtienen un pequeño sobresueldo y mayor tránsito de compradores potenciales

Sábado, 19 de junio 2021, 08:07

No es necesario vender productos por Internet para formar parte del gran engranaje que constituye el comercio electrónico global. Miles de pequeños negocios de toda España han añadido a su actividad principal la de recepción, entrega y devolución de paquetes llegados de todo el mundo ... a través de las compras en las plataformas digitales. En un momento en el que al pequeño comercio le toca volver a reciclarse, cualquier solución puede ser buena si genera tráfico de consumidores.

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Las plataformas de venta por Internet, desde Amazon a Aliexpress, pasando por Wish, Vinted o Shein y también empresas postales y de reparto como Correos, UPS, DHL o Seur llevan meses abriendo 'pequeñas delegaciones' en los más variados establecimientos de, sobre todo, el centro de las capitales. A cambio de una pequeña comisión por cada envío, quioscos, librerías, peluquerías, estancos o tiendas de informática se encargan de recoger y entregar los paquetes de aquellos compradores a distancia que no están en sus domicilios a la hora del reparto o de quienes ya en la compra eligieron la opción de recoger en tienda.

Las tiendas y negocios que se asocian con las plataformas han de cumplir unos requisitos de espacio libre en el local, horario de apertura al público y, en algunos casos, traslado de los paquetes que los clientes devuelven.

Una de las modalidades elegidas por Amazon es la de los 'hubs', 'lockers' o taquillas, también utilizada por Correos con sus Citipaqs. Se trata de armarios automatizados que se abren al pasar el código de barras del móvil en los que el propietario del local ni siquiera tiene que administrar los envíos.

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Comisión por paquete

Los comercios consultados explican que las app de venta por Internet abonan entre 20 y 50 céntimos por paquete, en función del tipo de compromiso adquirido. Algunas dan opción de tramitar solo entregas o entregas y devoluciones; otras remuneran el servicio en función del volumen de mercancías que se esté en disposición de gestionar. También existen diferencias en función del tamaño de los bultos.

Mientras algunos de los puntos de recogida trabajan con los envíos de empresas como Amazon, Aliexpress o Wish en exclusiva, otros llegan a acuerdos comerciales con empresas de reparto y se convierten en lugares de paso de los productos que venden en sus páginas web toda clase de marcas de calzado, textil, deportes, etc.

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Más que la cuantía de la comisión por mercancía, los pequeños empresarios locales que han abrazado esta iniciativa valoran la afluencia de otro tipo de compradores que les proporciona convertirse en punto de recogida.

La mitad de los habitantes de Castilla y León de entre 16 y 74 años utilizaron en 2020 la red para adquirir algún producto o servicio, más de seis puntos por encima del resultado del año anterior, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información en los Hogares del INE. El mercado sigue teniendo recorrido de crecimiento en la comunidad si tenemos en cuenta que la media nacional es del 53,8% y la de Madrid, que lidera la clasificación, del 62,9%.

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El valor de las compras realizadas por los castellanos y leoneses fue de entre 100 y 300 euros en el 26,8% de los casos; de menos de 50 euros en el 18,3%; de entre 50 y 100 euros en el 17,5%; y de más de 300 y menos de 500 euros en el 17%. Solo el 6,4% desembolsó más de 1.000 euros.

En opinión de David Sastre, director de Clientes de Seur, «el comercio electrónico se ha acelerado de tres a cinco años como resultado de la pandemia» y la alimentación fue la ganadora en 2020, ya que la compra de productos frescos a través de Internet aumentó el 95%. También fue notorio, del 61%, el incremento en las compras de dispositivos electrónicos y tecnología, en contraposición con la disminución que sufrieron las ventas online en el sector de la moda. Otras categorías como la cosmética, muebles y decoración y material deportivo también vivieron aumentos sustanciales, según el estudio realizado por Seur.

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Valorado por el cliente

«Los métodos de entrega también se han visto afectados por la crisis: con muchas tiendas cerradas, la entrega a domicilio ha experimentado una demanda sin precedentes, al igual que la entrega en 'lockers' en algunos países europeos. Han surgido innovaciones, como las entregas sin contacto, mientras que las opciones de entrega flexibles, como la capacidad de seleccionar una fecha y hora de entrega, son cada vez más valoradas», explican.

La crisis sanitaria también ha traído consigo un «aumento inesperado» de los compradores 'online' mayores de 55 años, los denominados 'eshopper seniors', «de mayor poder adquisitivo y que compran en el ordenador más que en otros dispositivos como los móviles o las tabletas».

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La empresa de distribución aprecia que cada vez son más los consumidores dispuestos a cambiar a una tienda 'on-line' que ofrezca diferentes opciones de entrega sostenible. Al igual que Correos, UPS o DHL, Seur combina diferentes sistemas de reparto alternativos en grandes ciudades que van desde el uso de vehículos ecológicos, 'hubs' urbanos o red de puntos de recogida con miles de tiendas de conveniencia y taquillas.

Noelia González, de Freya Kosmetics

«Nos ha servido para dar a conocer nuestra tienda»

A Noelia González y los tres socios con los que comparte la perfumería Freya Kosmetics se les ocurrió postularse como punto de recogida de la empresa de venta de productos por Internet Wish «al ver cómo instalaban un armario de recogida de Amazon en el supermercado del Mercado del Val».

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«Pensamos que podía ser una buena manera para dar a conocer la tienda, ya que nuestra marca no es muy popular y le venía bien un empujón de este tipo», explica Noelia, quien reconoce que, en este sentido, la estrategia ha funcionado. «Como perfumería llevamos abiertos dos años mientras que hace uno que somos punto de recogida y es cierto que desde que lo somos hemos ganado clientes. Vienen a por un pedido, ven los productos que vendemos y a veces se llevan algo», detalla.

La app con sede en California ofrece además a los comercios que colaboran en el reparto la posibilidad de disponer en la tienda de los productos de su catálogo, o de los más vendidos, para así acelerar los plazos de entrega.

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«La remuneración por el trabajo en sí es pequeña, de 20 céntimos por unidad en nuestro caso ya que se trata de paquetes de tamaño reducido de los que puede que manejemos unos treinta al mes. Pero ser punto de recogida, un punto de paso de gente al fin y al cabo, tiene otras ventajas que hacen que sí compense».

Daniel Escudero, de Fan de foto

«He llegado a tener paquetes de hasta dos metros de largo»

Por suerte para este profesional de la fotografía, su local comercial de la calle Teresa Gil dispone de espacio suficiente, sótano incluido, para recibir, guardar y entregar todo tipo de paquetes. Incluidos los inusualmente grandes, como aquel de un metro de ancho por dos de largo que distribuyó no hace demasiado. Daniel Escudero, de la tienda de fotografía Fan de Foto, se ha asociado a la empresa de paquetería UPS, que ofrece la posibilidad de redirigir los envíos a una ubicación cercana en caso de que el cliente no se encuentre en casa a la hora de la entrega. «Se trata de dar flexibilidad a los consumidores y que puedan arreglar sobre la marcha el lugar de destino de la mercancía; o también comprar productos contrarreembolso y pagarlos en el momento de la recogida», explica Escudero, quien también se ocupa en su UPS Access Point -hay más de 20 en Valladolid- de recibir aquellos paquetes que van a ser devueltos a su origen o enviados a cualquier destino.

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Al igual que la mayoría de quienes optan por esta iniciativa, Escudero encuentra mayor rédito en la atracción de gente a su comercio -potenciales compradores- que en la comisión que percibe por paquete. No en vano, en el momento de su entrevista, a las 11 de la mañana, por Fan de Foto ya habían pasado más clientes digitales que presenciales: «A esta hora ya han venido cinco personas a traer sus paquetes y otras dos a recoger los suyos», confiesa.

Carolina Cristóbal, de Zapatería Carrusel

«A veces es un engorro, pero mueve mucho público»

Desde su zapatería en la calle Teresa Gil, Carolina y Raquel distribuyen nada menos que novecientos paquetes al mes. Se trata de compras de todo tipo realizadas en la web de infinidad de vendedores que eligen como forma de envío la empresa Mondial Relay. Ésta cuenta con una treintena de 'puntos pack' en Valladolid, en los que se pueden recoger envíos comerciales o de carácter personal, así como realizar devoluciones o también enviar productos de segunda mano.

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Es precisamente esta última opción una de las que más actividad genera, según explica Carolina Cristóbal, de la zapatería Carrusel. «Al ser una empresa de reparto que trabaja con múltiples marcas y también con particulares, recibimos todo tipo de paquetes, de toda clase de productos y de todos los tamaños y procedencias. Pero en nuestro caso, una de las plataformas que más actividad genera es Vinted».

Esta comunidad de personas interesadas en comprar y vender ropa de moda de segunda mano no son sino particulares que dan sus primeros pasos en la venta electrónica y eso tiene sus particularidades. «Hay gente que viene a traer algo que ha vendido con un envoltorio ni siquiera se sostiene, así que además de punto de recogida tenemos que hacer las veces de punto de empaquetado», evoca.

Con una comisión de entre 15 y 30 euros por paquete, «el beneficio, para el trabajo que da, no lo convierte en algo rentable por sí mismo». Otra cosa es, algo en lo que hay coincidencia en todos los casos, el volumen de tránsito de personas que lleva aparejado. «En realidad es nuestro principal objetivo: ser conocidos por grupos de gente que, de otra forma, no vendrían a una zapatería de niños. Si viene a por un paquete un soltero sin hijos, a lo mejor se lleva unos zapatos para un sobrino», comenta.

Alejandro Pérez, del Quiosco del Calderón

«Me pareció una buena oportunidad, pero ahora somos demasiados»

Dos razones movieron a Alejandro Pérez a decidirse a apostar por convertir su quiosco en punto de recogida de Wish: «Trabajo en un sector que pasa por horas bajas y cualquier iniciativa que aporte visibilidad al negocio es buena. Por otro lado, veo bien colaborar con un sistema de reparto que limita las emisiones de CO2 en el último kilómetro, al facilitar a los usuarios la recogida cerca de su casa o su trabajo».

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El quiosquero del Calderón, todo un especialista en ofrecer un sinfín de productos de primera necesidad, se siente algo escaldado de la experiencia. «Quizá con mucho tráfico de paquetes pueda llegar a ser algo rentable, pero yo admito pocos, unos diez a la semana, y acaba siendo mayor la incomodidad que la rentabilidad», opina Alejandro, quien cree que «Valladolid no es muy de comercio electrónico y, sin embargo, a esta moda se están apuntando ya demasiados negocios».

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