Valladolid
El Penicilino volverá en 2025Valladolid
El Penicilino volverá en 2025Las viviendas estarán listas para entregarse en enero o febrero, calcula Miguel Guerra, delegado de la constructora Jamsa. Y El Penicilino, como se comprometió en 2019, antes de que comenzaran las obras, volverá a abrir sus puertas a lo largo del año. «Nuestra ... idea es reconstruir el local, así como el resto del edificio, tal y como está en la actualidad, para que siga teniendo ese aspecto tan característico y representativo dentro de la ciudad de Valladolid», decía entonces. Ahora, busca a quien se haga cargo de la gestión de un local que tendrá el mismo nombre, ya que Guerra registró en su día la marca, y el mismo vino dulce que se acompañaba de la clásica zapatilla de Portillo.
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«Hemos llegado a un acuerdo con una bodega para que nos surta del vino», explica Guerra en conversación telefónica. Un acuerdo que ha llegado después de mucho rastrear por diferentes bodegas hasta dar con la que procuraba el producto que más se asemejaba al habitual del establecimiento. «Lo ha clavado», asegura. Así, quien se haga con el arrendamiento del local estará obligado a vender, al margen de otras cosas, el vino que hizo famoso a este enclave situado en la Bajada de la Libertad.
Habrá cambios, eso sí. Dentro y fuera del bar. Dentro, porque aunque Guerra trató de conservar los muebles, estanterías, barra y cartelón del clásico Penicilino, algunos de ellos se encontraban en mal estado, asegura, y no será posible reubicar todo tal y como estaba. Del mismo modo, los baños también diferirán de los de antaño. Cosas de las nuevas normas urbanísticas, claro, que se adaptan a los tiempos y obligan a tener aseos accesibles, por ejemplo. Guerra señalaba tras el cierre que había guardado «todo lo que se retiró» del local, incluso lo había fotografiado a fondo para intentar reponerlo después «exactamente igual». Ya entonces, sin embargo, detectaron que algunas baldas, por ejemplo, tenían carcoma. Fuera del bar, mientras tanto, ya no existe el kiosco que prestaba servicio en la plazuela.
La fecha para la reapertura no está clara. Rehabilitar el edificio, después de tantos años de abandono, ha supuesto una tarea compleja para los promotores de la obra, que quisieron conservar elementos que combinaran bien con el entorno del casco histórico, como las balconadas de madera. Tal ha sido la dificultad, que en 2019, cuando Miguel Guerra explicaba sus proyectos para el edificio, la previsión era que abriera sus puertas a finales de 2021. Por medio, claro, se cruzó la pandemia con todo lo que eso representó. Finalmente fue en septiembre de 2020 cuando cerró sus puertas. Y será en 2025 cuando abra. Semana Santa, verano… Esas son las primeras fechas que baraja el dueño de la marca, aunque aclara que antes tendrá que culminar todos los trabajos y encontrar a quien se haga cargo del local. No parece que esto vaya a ser difícil, en todo caso, pues según parece ya hay personas interesadas. «Será a lo largo de 2025, en todo caso», garantiza.
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No será la primera vez que El Penicilino resucita. Ya cerró en 2006, antes de que un grupo de socios se hiciera cargo ese mismo año y levantara de nuevo la verja. En los bajos del mismo edificio se situaba otro establecimiento bastante singular, el café Los Tintes, así como una tienda de ropa y un par de locales más. Ahora, todos esos locales esperan un inquilino. Y la ubicación, junto a la Catedral, en una zona muy revitalizada como lugar de tapeo y copas, permite intuir que habrá demanda para ellos.
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