Miles de personas se han acercado hasta la villa del Duratón para presenciar el primer encierro de las fiestas patronales, el cual ha discurrido rápido entre los corrales del Valdobar y los de la Plaza del Coso, con una duración de aproximadamente cuatro minutos.
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La manada ha alcanzado la plaza de forma disgregada. Primero ha entrado un grupo principal con el grueso de la manada, posteriormente un toro negro en solitario, y cerrando el grupo un toro colorado con un buey.
Tras el encierro se ha desarrollado una capea con la tradicional suelta de un novillo por dentro y otro por fuera del ruedo, festejo taurino que ha estado muy animado gracias a una treintena de cortadores que se han acercado de distintos puntos de la provincia. Estos han realizado cortes muy lucidos dentro del ruedo, mientras que por fuera de las tablas los dos novillos que han sido soltados han aportado la emoción que es habitual en este tipo de capea, donde los participantes participan desde los portales de las viviendas de la plaza del Coso y las empalizadas.
El primer novillo soltado por fuera del ruedo ha costado meterlo en los chiqueros pues no hacía caso a los bueyes, de los que se desentendía repetidamente.
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