Peñafiel despide sus fiestas con un lleno en la hostelería y los hoteles casi al 100%

El día 15 de agosto, el casco histórico era un hervidero de gente, mucha atraída por uno de los principales atractivos de los festejos: el chúndara. No defraudó el pasacalles y, como es costumbre, el de esa jornada volvió a ser masivo. Muy destacable también es la consolidación de la zona de cantinas, alrededor de la plaza del Coso, como otro foco de participación masiva de vecinos y visitantes que, mientras se desarrollan los toros en el interior de la plaza, ellos disfrutan en la calle de la música que ofrecen los pinchadiscos que contratan las cantinas, abiertas en la calle Don Juan Manuel y Destiladeros. Estos dos momentos han sido claves para afianzar la fiesta de día por encima de la que se desarrolla por la noche.

Más al detalle, la propietaria de un bar de tapas explicaba que «estamos trabajado bien. No ha habido tanta aglomeración de gente pero se ha trabajado bien». Igual de satisfecho y el mismo argumento daba otro hostelero, quien señalaba que la llegada de gente «ha sido muy diseminada». También contenta con el resultado del esfuerzo de estos días se mostraba otra hostelera, quien además destacaba que «han sido días tranquilos en los que, aunque ha habido mucha gente, no ha habido ningún problema».

Además, señala los dos primeros días como los de mayor afluencia, mientras que el 16 y 17 «han sido más flojos», a la espera todavía de hacer el balance global con el día de ayer que «al ser sábado esperamos que sea bueno». «Se han mejorado las expectativas», afirma sin sombra de duda el dueño de un bar de tapeo en plena Plaza de España. Expectativas que, unos empresarios recién estrenados en el oficio –apenas hace un mes que abrieron su local–, no han visto cumplidas, mientras que desde otro establecimiento ubicado a pocos metros apuntalaban la opinión general: «Hemos trabajado muy bien».

Hasta el rabo todo es toro, es un dicho que se ajusta como un guante a las fiestas de Peñafiel. Hasta que entra el último astado de las capeas a los corrales, bien entrada la noche del día 18, desde el Ayuntamiento no se baja la guardia ni se respira con completa tranquilidad. Por eso, el alcalde, antes de que terminase esa última capea que acaba después del cierre de este periódico, adelantaba un balance: «Muy positivo y extraordinariamente bueno», destacando de las capeas «lo divertidas que han sido» y que en estas no ha habido heridos.

El regidor subraya el chúndara como un acto que «se consolida cada año con más participantes, del que estamos muy orgullosos y que tiene mucha participación», como la mantiene el encierro nocturno, que se desarrolló a la una de la madrugada de este pasado sábado. Al igual que los hosteleros esperaba que la noche de este sábado también estuviese muy concurrida, pues hasta la madrugada no concluía la fiesta