«Los clientes nos traen fotos de Internet con sus cortes favoritos»

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Erval Reyes es su encargado. Es un artista con la tijera y él lo atribuye a su lugar de nacimiento, Nicaragua. «En Latinoamérica la peluquería masculina lleva siglos de ventaja. Ya los indígenas se hacían cortes de pelo muy especiales», cuenta este barbero cuyo primer corte de pelo lo hizo a los 13 años. «Yo salía cada día con mis tijeras y un peine a buscarme la vida. Con 16 años emigré a Costa Rica donde trabajé 6 años como peluquero. Cuando llegué a España, empecé como repartidor de Glovo, pero como ésta era mi pasión y lo que se me daba bien, entré a trabajar aquí», informa. «A veces nos piden cortes tan especiales que son un tres en uno», añade mientras muestra su buen hacer con la máquina cortapelo.

Su compañero Christian Arteaga también cuenta con una larga trayectoria con la tijera. Aprendió a hacer los primeros cortes de niño en su país, Ecuador. «Mi padre aprendió el oficio de barbero durante el servicio militar. Nos lo cortaba a mis hermanos y a mi con tijera pero era muy clásico para mí, así que con 14 años empecé a practicar. Me saqué la titulación y en España llevo tres años de profesión. Considero que la práctica hace al maestro. Muchos clientes nos traen fotos que bajan de Internet con sus cortes de pelo favoritos», prosigue.

El trasiego de clientes es continuo. Andoni y Víctor, dos operarios de la Vuelta Ciclista a España, encargados de montar la meta final, aprovechan sus horas libres para ir a la barbería y repasar su peinado y su barba. «Nos gusta ir cada poco tiempo, para tenerla siempre en condiciones», dicen ambos mientras se dejan mimar la cara.