![Pedro Herrero, concejal de Hacienda: «Valladolid lleva cinco años sin tocar los impuestos y si queremos invertir, necesitamos ingresos»](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/25/media/cortadas/pedroherrerofoto-kc9C-U90795625133PCH-624x385@El%20Norte.jpg)
![Pedro Herrero, concejal de Hacienda: «Valladolid lleva cinco años sin tocar los impuestos y si queremos invertir, necesitamos ingresos»](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/25/media/cortadas/pedroherrerofoto-kc9C-U90795625133PCH-624x385@El%20Norte.jpg)
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Acaba de confeccionar en tiempo casi récord los primeros presupuestos del mandato. Para ello metió tijera y redujo casi a la mitad las inversiones que le pidieron los concejales, pese a contar con las cuentas más altas de la década. «No se puede gastar más ... de lo que se ingresa», enarbola como lema. Este año subirá el recibo del IBI por la revisión catastral y estudiará todas las demás ordenanzas para «armonizarlas» y aplicar nuevos criterios allá donde se pueda. Entre ellos, la ecología. «Pero es, de momento, solo un estudio», advierte como una llamada a la calma.
–¿Cómo se cierran sus primeros presupuestos, con dos nuevas áreas y dos partidos en el Gobierno?
–Lo más difícil ha sido romper la inercia que suele haber en este Ayuntamiento, y en todos, de apurar los plazos. La ley dice que el 1 de enero tienen que estar aprobados, pero prácticamente ninguno lo cumple. No he encontrado grandes dificultades por parte de los compañeros, porque tienes los ingresos que tienes y los gastos se tienen que ajustar. Esto es claro, o cedes de las inversiones o del gasto corriente.
–Y en este caso, cede de las inversiones, con el mayor presupuesto de la última década (346 millones)...
–Vamos a ver, esto es una cuestión más técnica, pero sé que siempre desde el punto de vista popular, de la calle, se fija mucho la atención en el capítulo de inversiones reales, pero no todo el gasto del Ayuntamiento está ahí. Hay cantidades que van en otros capítulos, en los dineros que dedicas a mantenimiento, que también es inversión. Estamos en el primer ejercicio de un nuevo mandato, con concejales nuevos, y lógicamente las ganas se notan en las peticiones, pero es imposible, no puedes meter más de lo que admite la norma.
–Casi cuatro millones menos en inversión y medio millón más en sueldos políticos. ¿Lo entenderán los ciudadanos?
–Estamos hablando de que es muy poquita cantidad y de que además este es un presupuesto inicial. Donde hay que ver y echar cuentas luego es en la liquidación. Desde hace unos años, con la famosa Ley Montoro, los ayuntamientos estamos obligados a atender las Inversiones Financieramente Sostenibles, que corren a cuenta del superávit del ejercicio anterior y no va en el presupuesto. ¿Qué tienen que saber los ciudadanos? Que en el presupuesto inicial están las inversiones que necesita la ciudad, y que no están las financieramente sostenibles, que esas van aparte y se conocerán con la liquidación de este año.
–Pero el dinero de las Inversiones Financieramente Sostenibles procede en parte de lo no ejecutado el año anterior. En 2018, por ejemplo, solo se ejecutó el 50% de lo presupuestado. ¿Se pasan de ambiciosos a la hora de pedir?
–El presupuesto refleja que tú tienes una capacidad de gasto, pero luego tienes un techo de gasto que te dice que como te pases de aquí, te sanciono. ¿Qué quiero decir con esto? En el año 2018 el Ayuntamiento de Valladolid gastó el 99,97% de lo que podía gastar. Con el presupuesto en la mano, podría haber gastado más, pero habría incumplido el techo de gasto ¿Ejecutamos menos de lo que prevemos? Sí. ¿Podemos ejecutar más? Sí, pero incumpliríamos la norma y preferimos cumplirla.
–El alcalde dice que el Ayuntamiento podría endeudarse hasta los 75,4 millones de euros. ¿Se plantean incrementar el endeudamiento a tal escala?
–No, no tenemos necesidades de tesorería. Por poder, podríamos, y si justificáramos la necesidad, se nos daría el permiso. Lo que vamos a hacer es pedir un préstamo a largo plazo de 19,8 millones para gastos e inversiones varias, porque con las condiciones de intereses que te dan ahora los bancos compensa. Amortizas la deuda antigua, que es la que tiene intereses más altos, y así puedes ir renovando.
–Con el presupuesto en la mano, todo apunta a que huirán de obras faraónicas también en este mandato.
–Vamos a seguir en la misma línea. En el anterior mandato tomamos dos grandes decisiones; una es dejar de prometer cosas que no estamos en condiciones de cumplir y que sean carísimas. Y la segunda es apostar por una política fiscal de retención. Son cinco años sin tocar las ordenanzas fiscales. Ahora hemos puesto en marcha un equipo de trabajo, de técnicos, para dar una vuelta a las ordenanzas, y si el contexto socioeconómico sigue como está en estos momentos, habrá que ir pensándolo, porque lógicamente tampoco puedes estar así mucho tiempo. Si quieres mejorar servicios, si quieres renovar flota de autobuses, comprar barredoras, si quieres hacer gasto, si quieres invertir, necesitas ingresos. Ahora la gran operación es la integración ferroviaria. En el año 2020 van a ser casi nueve millones de euros lo que nos toca aportar al convenio. Y ese es el gran proyecto, es la apuesta a medio plazo de aquí a 2033. ¿Es una obra faraónica? Sí, pero es una y es real, está en marcha. Y queremos que en este mandato se empiece a visualizar de forma clara, que los primeros pasos se liciten. El tema de Labradores, por ejemplo, es un cambio que ni nosotros mismos somos capaces de imaginar la dimensión que tiene, va a cambiar absolutamente el aspecto de la zona.
–Para el convento de las Catalinas, otro proyecto de mandato, solo presupuestan 350.000 euros.
–Eso es lo urgente. Es un espacio muy grande, con muchísimas posibilidades pero muy deteriorado y requiere una inversión enorme, de esas grandes inversiones que comentaba antes. Los 350.000 euros son para medidas de seguridad de las celdas, que los técnicos nos han dicho que hay que intervenir o se corre peligro de perder ese patrimonio. Es un espacio complejo; hay que pensar muy bien lo que queremos hacer porque requiere una gran cantidad de dinero. Y no hay que engañar a la gente; aún no tenemos un proyecto definido para las Catalinas.
:: l. s.
valladolid.
–El PP ha sido crítico con estos presupuestos y asegura que no se va a generar ni un empleo. ¿Esperaba mayor apoyo teniendo en cuenta la actitud de la oposición?
–Que son continuistas es verdad porque son del mismo gobierno. Que no van a crear puestos de trabajo directamente es desinformación, no creo que sea mala fe. Desde que se puso en marcha el plan de empleo casi 5.400 personas se han beneficiado y 2.400 han encontrado un trabajo. Cuando en esta ciudad había casi 30.000 parados, el PP decía que no se podía poner un plan de empleo y puso la tasa de basuras. Ahora resulta que cuando la crisis va mitigando, quitamos la tasa de basuras, no tocamos el resto de impuestos y creamos un plan de empleo que genera estos efectos. La verdad es que creo que tenemos una oposición bastante leal, al menos hasta la fecha, y no espero que en los presupuestos vaya a haber un cambio.
–¿Esta lealtad se mantendrá a lo largo del mandato?
–No, no lo creo. Pero igual que hace cuatro años había un Partido Popular descolocado porque había perdido el poder, ahora tenemos un Grupo Popular con una actitud más constructiva, pensando más en la ciudad. No voy a hacer críticas a la oposición porque no tengo quejas. A medida que se acerquen las elecciones de 2023. imagino que cambiará.
–¿Pesará sobre las siglas del PSOE la sentencia de los ERE?
–El PSOE es un partido que tiene una capacidad de regeneración y principios tan sólidos que es muy difícil. Es una sentencia triste y me produce vergüenza como socialista. Cuando estás treinta y tantos años en el poder, en este caso en Andalucía, las posibilidades de que estas cosas ocurran son altas. Por eso decimos que en Castilla y León se ha frustrado un posible cambio porque hay un partido que lleva treinta años y con un montón de casos de corrupción abiertos. La renovación que necesita el PSOE en Andalucía la necesita el PP en Castilla y León.
–¿Debe haber consecuencias a nivel orgánico?
Sí, a mí me gustaría.
–¿Que pase por Susana Díaz?
–Ella no está ni condenada ni ha estado imputada, pero representa esa etapa y hay que abrir una nueva.
–Se ha referido anteriormente a la revisión de las ordenanzas fiscales. ¿Se podría deducir que prevén el incremento de algunas de las tasas?
–No me atrevería a decir eso. Este año la intención política era simplemente pedir la actualización del catastro, porque eso sí que lo teníamos claro, pues 25 años sin pedir la actualización era una pasada, cuando lo aconsejable es que se revise cada diez. Hemos decidido aplazar al año que viene la revisión de las ordenanzas y dentro de nueve meses tendremos un plan, pero no necesariamente se tiene que traducir en una subida. Seguramente se traduzca en una subida en algunos aspectos, pero a lo mejor en una bajada en otros. Queremos armonizar las ordenanzas fiscales conforme a la realidad actual, donde la ecología juega un papel importante como criterio a la hora de quién paga más y quién paga menos, y revisar también otras prácticas que se hacen en otros ayuntamientos y de las cuales podemos aprender. Es una comisión técnica, los políticos no estamos ahí, nos presentarán las posibilidades y nosotros luego ya políticamente decidiremos intervenir en unos o en otros o en ninguno. Y, sobre todo, el criterio progresivo, que políticamente es el que más nos interesa. Que determinados tributos sean progresivos o que lo sean más. Esa es la consigna que les hemos dado a los técnicos.
–¿Por ejemplo, en contaminación con el impuesto de vehículos?
–Se van a revisar todos. Hay infinidad de aspectos y soy partidario de que todos los grupos políticos conozcamos las conclusiones. Sería un trabajo relevante con un diagnóstico de cómo estamos, otros ejemplos de ayuntamientos que hacen las cosas de otra manera, con otros criterios, pero creo que pueda ser pedagógico para todos. Espero que también lo sea para la población porque con los impuestos se hace un discurso muy demagógico que no nos gusta.
–¿En qué sentido?
–No le puedes decir a la gente que vas a hacer más cosas cobrándoles menos impuestos. Puedes decirles que vas a tener más eficacia en la gestión. Pero que vas a hacer más cosas rebajando impuestos es imposible, la fuente de ingresos de una administración son los tributos. No hay que engañar.
–El alcalde se congratula por la concesión este año de 1.200 licencias de obras, más que en 2008. Pero el presupuesto prevé un incremento de apenas el 4% en impuestos de construcción. ¿Temen una desaceleración económica?
–Lo que el alcalde intentó explicar es que la situación económica de hoy en día no es la misma que teníamos hace cuatro años. Este año vamos a dar más licencias de construcción de casas que entre los años 2011 y 2017. Es un indicador. ¿Qué va a pasar en un futuro? Nadie lo sabe. Llevamos cinco años sin tocar las ordenanzas fiscales, años en los que la economía ha mejorado. Entendemos que eso está bien. ¿Qué hizo el PP entre 2011 y 2015? Puso la tasa de basura. Son formas muy diferentes de afrontar un problema. Ya en el presupuesto de 2019 se preveía un aumento en ingresos de ICIO [Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras] y creo que se está cumpliendo. Por eso es una subida muy ligera.
–Sí son realistas con la financiación a través de la venta de parcelas, con el 66% menos previsto. ¿Qué falla para que no vendan suelo?
–No tenemos una respuesta para eso, el mercado es el que es y confías en poder sacar una serie de parcelas a la venta y crees que son interesantes y que las vas a poder vender pronto. Pero es impredecible.
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