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Jorge no puede ocultar su emoción cada vez que se monta en bicicleta. El timbre se convierte en su mejor aliado mientras sus gritos y ... carcajadas se acompasan con cada pedaleo. Tras él va María, su madre, que está feliz de verle a él feliz. Ese paseo en bicicleta es un bálsamo en su día a día. Les hace sentir que son una familia normal, que hace cosas normales. Dar pedales les permite disfrutar y olvidarse por un rato de la severa discapacidad que sufre Jorge. La bicicleta en la que va montado es un tándem triciclo adaptado y su precio ronda los 7.000 euros, una cantidad inviable para muchas familias. Por ese motivo ha nacido en Valladolid la asociación sin ánimo de lucro Indisvall que, en la actualidad, está integrada por seis familias y que pretende hacer felices a muchas personas como Jorge. «La pusimos en marcha siguiendo el ejemplo de Discamino, una asociación de Vigo que presta ayuda a personas con discapacidad para realizar actividades de ocio y deporte adaptado. Nos pareció una bonita idea crear algo así en Valladolid. Por eso Indisvall es una asociación abierta a todo el que quiera participar», explica Isabel Escolar, su secretaria, quien está convencida de las muchas ventajas que tiene el deporte para las personas con diversidad funcional.
«Nuestro objetivo es fomentar el ocio activo y el deporte a través del préstamo de bicicletas y sillas de senderismo adaptadas a personas con discapacidad, al mismo tiempo que fomentamos su inclusión, respeto y aceptación social. Las bicicletas las prestamos de forma altruista a todo aquel que la necesite. Es terapéutico para los niños, ya que pedalean mientras disfrutan con la familia haciendo una ruta, algo que sería imposible sin una bicicleta de este tipo», añade. La primera silla la consiguieron tras organizar un evento solidario, gracias a la aportación de numerosas empresas y particulares. «El tándem nos lo ha subvencionado La Caixa, a la que enviaremos otro proyecto a principios de año para una nueva bicicleta. Sería fantástico que nos lo concedieran también para poder dar servicio a más familias», aseguran las socias de Indisvall.
Esta asociación vallisoletana está llena de buenos propósitos, pero también de necesidades. Sus impulsoras hacen un llamamiento público ya que, para seguir creciendo, necesitan de forma urgente un local en el que guardar sus bicicletas y donde poder realizar los servicios de préstamo y otras actividades.
«Actualmente las tenemos en el garaje de una de las socias, pero esto no resulta operativo. Hemos mantenido reuniones con varias concejalías del Ayuntamiento para intentar que el servicio 'Vallabici' se oriente también a las personas con discapacidad y para pedir encarecidamente que nos cedan algún local para guardarlas de forma segura. Nos encantaría poder tener más bicis de otros modelos para personas con distintas discapacidades, pero sin un local estamos muy limitados», explica Isabel.
Para las familias usuarias, Indisvall es una fuente de alegría para sus hijos. «Es un proyecto maravilloso», agradece María Bravo, madre de Jorge, de 18 años. «Para nosotros es muy complicado acceder a una bicicleta tan cara y cuando nos la prestaron por primera vez fue una experiencia fantástica. Nunca me había imaginado que mi hijo pudiera andar en bicicleta. No puedo explicar con palabras todo lo que sentí. El Día de la Bici, Jorge pudo participar como cualquier otro niño. Verle disfrutar tan feliz, para mí, fue lo más grande».
Lo mismo le ocurre a Tere Díez, tesorera de Indisvall y madre de Dimas, de 22 años, un joven que se empodera cuando se sube a la bicicleta. En lo alto del sillín, su capacidad es mucho mayor que su discapacidad. «Somos de un pueblo de montaña y allí tenemos un triciclo con el que disfruta muchísimo haciendo rutas. Estos niños quieren montar en bici, pueden hacerlo y debemos ayudarles», anima esta madre.
Aquellos interesados en solicitar una bicicleta adaptada de préstamo pueden hacerlo a través de los perfiles de redes sociales de esta asociación. «Podemos quedar para que prueben la bicicleta y si lo desean se la pueden llevar para hacer una ruta. Esto es un proyecto totalmente gratuito y altruista. Para nosotros lo más importante es la inclusión. Queremos que estos niños tengan las mismas oportunidades que tenemos el resto de personas», recalca Eva Gutiérrez, la presidenta de Indisvall.
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