Los peatones ganan espacio, aunque muchos lo desconocen

La falta de costumbre –aseguraron que llevaban sin salir de paseo al menos dos meses– no les hizo olvidar aquello que solían hacer «casi siempre»: agarrarse la mano. Marcharon de casa con la lección aprendida: guantes de nitrilo, parapetados bajo una mascarilla y «ni hablar de tocar nada de la calle». «Hombre, que somos mayores, tenemos que tener muchísimo cuidado; yo salía a comprar y porque no me quedaba más remedio», remarcó Adeva. Pero hubo algo que les llamó «poderosamente» la atención: no había coches por las calles Librería y Esgueva. Tampoco entendían por qué había peatones que iban por el medio de la calzada «sin mirar, como si nada». La calle era suya y desconocían cuál era el motivo. «Sí que han cambiado las cosas en dos meses», bromeó el matrimonio.

No habían leído la prensa y no sabían que ayer el Ayuntamiento de la capital vallisoletana cerró por primera vez al tráfico los ejes de María de Molina y Santa Cruz para favorecer el paso de ciudadanos y garantizar la distancia social. Los de Librería y Esgueva son tan solo dos de los tramos que el Consistorio cortará los domingos y festivos, entre las diez de la mañana y las once de la noche, en un intento de reducir las aglomeraciones en las aceras. La medida se hará extensible a otras zonas de la ciudad cada semana, pero ayer también se adoptó en otras vías como San Lorenzo, Pedro Niño, María de Molina (entre Pasión y Doctrinos), plaza de Santa Anta, Veinte de Febrero y el citado eje de Santa Cruz.

La jornada se desarrolló sin incidentes, con «total tranquilidad y normalidad». Apenas hubo vehículos que amagaron con acceder a estas calles. Tampoco turismos que partieran o entraran en los garajes de la zona –solo tenían permitido en paso por estas calles taxis, autobuses urbanos, coches con tarjeta PMR, emergencias y residentes–. Por no haber, ayer no hubo ni gente. «Mucho menos de lo normal;como los movimientos tienen que ser justificados la gente no se arriesga», coincidieron varios agentes municipales que escoltaban el inicio de cada uno de los tramos. El concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez, valoró «muy positivamente» la puesta en marcha de la iniciativa y aplaudió el hecho de que no se produjeran altercados. «Queríamos arrancar ya porque es el momento adecuado; es propicio porque hay mayor concienciación ciudadana y hay que aprovechar que hay menos densidad de tráfico y que la gente está utilizando otros medios para moverse. Se camina más y se utiliza más la bicicleta y hay que aprovechar el momento», apuntó el edil.

Sin embargo, esta peatonalización arrancó a medio gas. Víctor Bosque y Gloria Adeva no fueron los únicos que no se enteraron de que ayer, por las citadas vías, no pasarían vehículos (aunque afirmaron que les parecía «muy bien que los viandantes ganemos espacio»).

Prueba de ello es que apenas había peatones circulando por el medio de la calzada. La mayoría lo hacía por la acera, como hacían hasta el momento.

El edil de Movilidad y Espacio Urbano reconoció esta circunstancia y aseveró que «no podemos pretender que el primer día esté ya todo el mundo concienciado». «Hay que ir poco a poco; a medida que cambiemos la situación y avancemos la gente irá sabiendo y las medidas se irán consolidando», incidió Vélez, al tiempo que evidenció su «confianza» en que la ciudadanía se «acostumbre». «No podemos buscar que los primeros días la gente lo utilice al máximo;se va a ir conociendo y creo que a partir de la próxima semana se verá que se utiliza más porque se estará interiorizando», argumentó.

Otra pareja, Rafaela Abad (74) y Abraham Carlos Ernesto Martín (65), vecinos de Veinte de Febrero que se encontraban «haciendo recados» en San Lorenzo, tampoco conocían la nueva norma dominical, aunque tildaron de «perfecto» el poder pasear «con libertad». «Es una medida perfecta; son calles muy estrechitas y ahora que tenemos que cambiarnos de acera cada vez que viene alguien se agradece», apostilló Martín. «Sí, así podemos pasear con más tranquilidad porque además por aquí suelen pasar muchos coches», añadió Abad.

A escasos metros, en Veinte de Febrero, estaba Mariano González paseando, como cada mañana, a su mascota. Este vallisoletano sí conocía las medidas, ante las que dijo estar «absolutamente de acuerdo». «Todo lo que sea peatonalización es bueno; por aquí pasan muchísimos coches, pero lo que hace falta es que lo lleven a otras zonas de la ciudad que también lo necesitan».

Ayer fue una primera toma de contacto, una apuesta por la movilidad a pie. La intención, tal y como reveló Vélez, es que «cada semana» se incorporen nuevas vías a este plan, no solo del centro de la ciudad, sino también de los barrios.

Así, de cara al próximo domingo, el concejal anticipó que el «objetivo» es hacerlo extensible a algunos barrios como Las Delicias o Rondilla. «Puede haber alguna calle más del centro, pero el objetivo es que llegue también a los barrios; es una cosa de todos, no solo del centro y esas zonas serían interesantes», indicó. Por el momento, dijo, «no hay nada cerrado», si bien están manteniendo conversaciones con las asociaciones vecinales para recoger propuestas y conocer su punto de vista. «No hay nada cerrado. Estamos abiertos a opiniones y también nos podemos equivocar. Se rectifica y no pasa nada», subrayó el edil.