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La autovía autonómica que une Valladolid con Segovia (A-601) gana enteros como corredor de transporte de la meseta hacia Madrid con un tráfico ... creciente que ha superado la barrera de los 9.000 vehículos diarios de media. El año 2022 cerró balance, concretamente, con una intensidad de circulación de 9.362 vehículos al día de promedio frente a los 8.885 del año anterior, según datos oficiales de la Consejería de Movilidad y Transformación Digital de la Junta de Castilla y León. Entre los 6.616 vehículos diarios con que se estrenó en 2009 y los casi 9.400 que ruedan sobre su asfalto actualmente, el uso de la autovía se ha incrementado un 40%.
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La evolución del tráfico rodado refuerza la opción de llegar a Madrid desde Valladolid por Segovia frente a la ruta tradicional de la carretera de la Coruña, vía Medina del Campo y Adanero. Este punto del mapa donde se ubican las cabinas de peaje ofrece una de las claves que juegan a favor de la Valladolid-Segovia y que son las tarifas de acceso a los túneles de Guadarrama. Un vehículo ligero abona por la AP-6, según los precios que facilita la empresa concesionaria, 13,35 euros. La cuantía que abona el mismo turismo por el tramo de autopista que une Segovia con Madrid oscila de los 6,70 euros en las horas y días de menos circulación, lo que se llama tarifa valle, a los 9,25 euros de la tarifa pico que se concentra en festivos y fines de semana. Entre una y otra hay una tarifa intermedia de 7,60 euros.
Son precios más económicos los de la opción de ir a Madrid por Segovia, que se trasladan también a los vehículos pesados. Los camiones de menos envergadura abonan 19,95 euros para que se levante la barrera en este trazado, frente a los 27,85 que pagan los transportistas en Adanero si optan por la AP-6, precio que sube en el caso de vehículos traíler a 31,30 euros que se reducen a 23 euros en el peaje al que emboca la Valladolid-Segovia.
A esa factura más económica por el uso del tramo de autopista se une un trazado más moderno y menos sinuoso, con curvas que no exigen giros bruscos de volante. También juega a favor de este recorrido la solución al punto de embudo que suponía la circunvalación de Segovia, en el que los conductores afrontaban los últimos kilómetros que unían la Valladolid-Segovia con la autopista entre Segovia y Madrid mediante un tramo sin desdoblar. La ronda segoviana culminó tras años de obras y es ahora de doble calzada.
«La A-601 es un itinerario alternativo verdaderamente competitivo respecto a la A-6 para los desplazamientos entre Madrid y Valladolid, especialmente tras la puesta en servicio de la ronda de Segovia, la SG-20», incide la consejera María González Corral.
El tráfico de la autovía ha evolucionado a lo largo de los años, desde los iniciales 6.616 vehículos de media de los primeros recuentos. La intensidad de la circulación «es una variable que actúa como termómetro de la economía... sensible a factores como el precio de la gasolina, la inflación...», indican desde la Consejería de Movilidad.
El trazado de la A-601
Valladolid
La Cistérniga
10 km
El Otero
Junta
Aldeamayor de San
Martín
Portillo
Santiago
del Arroyo
43 km
Tramo Norte
Autovía
de Pinares,
S.A.
(Aupisa)
San Miguel
del Arroyo
Viloria
del Henar
Cuéllar
Sanchonuño
Pinarejos
Navalmanzano
Tramo Sur
Carbonero
el Mayor
49 km.
Autovía
del Eresma
Tabanera
la Luenga
Roda de
Eresma
Valseca
8 km.
Zamarramala
Junta
Segovia
El trazado de la A-601
Valladolid
La Cistérniga
10 km
El Otero
Junta
Aldeamayor de San
Martín
Portillo
Santiago
del Arroyo
43 km
Tramo Norte
Autovía
de Pinares,
S.A.
(Aupisa)
San Miguel
del Arroyo
Viloria
del Henar
Cuéllar
Sanchonuño
Pinarejos
Navalmanzano
Tramo Sur
Carbonero
el Mayor
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Autovía
del Eresma
Tabanera
la Luenga
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Eresma
Valseca
8 km.
Zamarramala
Junta
Segovia
El trazado de la A-601
Valladolid
La Cistérniga
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El Otero
Junta
Aldeamayor de San
Martín
Portillo
Santiago
del Arroyo
43 km
Tramo Norte
Autovía
de Pinares,
S.A.
(Aupisa)
San Miguel
del Arroyo
Viloria
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Cuéllar
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Pinarejos
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Tramo Sur
Carbonero
el Mayor
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Tabanera
la Luenga
Roda de
Eresma
Valseca
8 km.
Zamarramala
Junta
Segovia
La Valladolid-Segovia mantuvo una línea ascendente, de crecimiento interanual, entre 2009 y 2012. La crisis económica provocó una disminución del tráfico, que comenzó a remontar de nuevo en 2014 hasta 2020, momento en el que las medidas adoptadas para frenar el coronavirus tuvieron su reflejo en el tráfico rodado. En el caso de esta autovía autonómica, los meses de confinamiento en casa y los periodos de 'cierres' provinciales o autonómicos se tradujeron en un descenso de la intensidad media anual de alrededor del 25% del tráfico, pasando de 8.984 vehículos de media al día a 6.912.
El desdoblamiento de la carretera autonómica CL-601 se hizo en tiempo récord por el sistema dos concesiones a empresas que se encargaron de la construcción a cambio de un canon por paso de vehículos que la Junta comenzó a abonar cuando la obra se abrió al tráfico. El primer año de pago fue 2009. Hasta 2022, en esos quince ejercicios, la Administración autonómica ha abonado 106,25 millones de euros a Autovía de Pinares (Aupisa) sociedad que construyó y gestiona el tramo entre la salida de Valladolid y Cuéllar, y 119,08 millones de euros a Autovía del Eresma, que hace lo propio con el trazado entre la villa cuellarana y el acceso a Segovia. En total, 225,34 millones de euros por la puesta se servicio, explotación y mantenimiento de 92,3 kilómetros de doble vía, que se construyeron por ese encargo concesional a partir de 12 kilómetros que la Junta había puesto avanzado por medio de contratación tradicional de obra pública entre Valladolid y Aldeamayor de San Martín y otro tramo similar en la llegada a la capital segoviana.
La Administración autonómica ha desembolsado pagos a las dos firmas concesionarias durante 15 años para un contrato que tiene una vida de 35. Concluirá en 2041.
La autovía entre Valladolid y Segovia funciona como una autopista pero sin cabina de peajes ni pago directo de los conductores. Quien paga es la Administración autonómica, la Junta, y las cabinas de peajes son sustituidas por sistemas de conteo insertados en el asfalto, por una red de espiras electromagnéticas, instalada en 22 puntos de conteo a lo largo de una autovía con una amplia red de cámaras de vigilancia.
Castilla y León estrenó este sistema de financiación para construir una obra pública con la Valladolid-Segovia. La construcción de la autovía se dividió en los tramos y el proyecto se adjudicó a dos grupos de empresas que se encargaron de financiar el proyectos y construirlo, mediante una concesión que implica la explotación y conservación de la obra durante 35 años a partir de la puesta en servicio. Los contratos se adjudicaron en 2005, la obra comenzó en 2006 y en 2008 estaba la autovía abierta al tráfico. La Junta abonó los primeros pagos del canon en 2009 por una 'relación' que le une a las concesionarias hasta 2041.
El sistema viene a ser, salvando las distancias, como una hipoteca de una vivienda. El propietario la compra de una vez, con dinero el banco, en lugar de ir ahorrando y hacerse ahora con el salón, más adelante con la cocina, después con el baño. La Administración hace algo similar y encarga la construcción de la obra de una vez en lugar de acometarla directamente ella e ir avanzado por tramos cuando reúne el fondos propios o prestados.
La Administración paga por vehículo y kilómetro recorrido, diferenciando entre turismos y camiones. La tarifa se revisa con el IPC. Actualmente la Junta abona 0,0495 euros por vehículo y kilómetro recorrido (IVA incluido) en el tramo de Valladolid a Cuéllar y 0,0600 euros en el trazado de Cuéllar a Valladolid. La diferencia estriba en que el proyecto del tramo segoviano tenía mayor complejidad de ejecución.
Las firmas que se hicieron con la concesión son Autovía de Pinares y Autovía del Eresma. En estas uniones de empresas participaron constructoras nacionales como el grupo Dragados o Sacyr, autonómicas comola burgalesa Río Vena (ligada al empresario José Miguel Méndez Pozo) y algunas de las cajas de ahorros de Castilla y León, como la antigua Caja España.
La Junta extendió la fórmula de concesión público-privada que aplicó en la Valladolid-Segovia a la construcción del Hospital de Burgos. El resultado no fue el mismo. El contrato de la autovía no ha sufrido tropiezos y el del hospital empezó con incrementos de costes, la Junta se vio en la tesitura de buscar préstamos públicos para la concesionaria y los litigios por la aplicación de cláusulas han sido constantes.
Las localidades por las que discurre el trazado vieron cómo cambiaban una carretera convencional con travesías por las que circulaba un tráfico importante, con fuerte peso de camiones, por una autovía que mejoraba los tiempos de conexión con Segovia, Valladolid y Madrid. «El nivel de tránsito es otro. Todo el tráfico duro, de camiones, desapareció y eso facilita, por ejemplo, que los alumnos accedan a los centros escolares», explica Juan Antonio Esteban, alcalde de Portillo, que considera que la infraestructura ha contribuido a fijar población. «A ello contribuye, además de la conexión, que somos una población con muchos servicios», añade el edil.
La conversión de la CL-601 en autovía ha facilitado la apertura de negocios y empresas a lo largo de ese trazado. En el caso de Portillo se planificó un polígono industrial por parte de la Junta de Castilla y León con terrenos que siguen en barbecho por un proyecto judicializado (junto a la compra del edificio de Arroyo de la Encomienda conocido como la Perla Negra y que alberga áreas de las consejerías de Economía y Hacienda y de Industria) por presunta corrupción en la adquisición y promoción de las parcelas. Pero eso es harina de otro costal que no tiene que ver con la autovía.
Las concesionarias asumen desde las actuaciones de vialidad invernal a las reparaciones de la autovía. De hecho, pueden tener penalización económica de canon si hay puntos de concentración de accidentes, por el estado del asfalto o cortes de circulación. También pueden recibir bonificaciones por el servicio que prestan. El contrato contempla una extensión de año y medio adicional de la vigencia del contrato y del pago del canon si cumplen criterios de reducción continuada de accidentes con víctimas.
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