Valladolid

Los pasajeros deberán levantar la mano para que el bus se detenga en la parada

En su artículo 13, sección 2, se establece como obligatorio «solicitar, con antelación suficiente, la detención del vehículo en la parada tanto para ascender como para descender del mismo». Esto es, pulsar el correspondiente botón que anticipe al conductor que desea bajarse en la siguiente parada y, si está aguardando su llegada en la marquesina, alzar la mano o el brazo «realizando una señal inequívoca de solicitud de parada».

Pero hay excepciones. Desde la dirección de Auvasa se ha instado a los conductores a ser permisivos con la medida en determinados supuestos. Por ejemplo, que la parada en cuestión sea para una única línea. «Dentro de esa obligatoriedad tenemos una serie de precacuiones para que el personal de conducción extreme la cautela, sobre todo en aquellas paradas donde solo hay una línea; entonces sí que tienen la obligación de parar», afirma su gerente, José Alfonso Gálvez, quien añade que este abanico de excepciones se extiende también en los casos de detectar que en la parada «hay personas con algún tipo de discapacidad».

«Nos referimos preferentemente a personas ciegas o con baja visibilidad, y en el resto de casos pedimos al personal que extremen la precaución ignorando la velocidad porque siempre puede haber alguna persona ocupada, atendiendo al teléfono o haciendo alguna otra cuestión, y no se percata de que se aproxima el bus», explica el responsable de Auvasa.

De esta nueva medida se advierte desde hace dos meses y medio en los paneles de las marquesinas. Su objetivo, señala José Alfonso Gálvez, es «múltiple». Por un lado, «evitar la congestión» en aquellas paradas donde concurren varias líneas. Por otra parte, con todo ello se persigue «hacer más ágil y competitivo el transporte público, porque un vehículo de esas características pierde bastante tiempo en la aproximación de las paradas y en volver a arrancar cuando no hay ninguna persona que quiera acceder al mismo».

Asimismo, la ordenanza incorpora una serie de obligaciones que los usuarios del transporte público deben cumplir desde el momento en el que pongan un pie en el autobús. Por citar algún ejemplo, está prohibido hablar con el conductor mientras el vehículo esté en marcha, «salvo por razones de necesidad relacionadas con el servicio». Tampoco se puede practicar la mendicidad, llevar mochilas colgadas a la espalda ni utilizar radios, altavoces o cualquier dispositivo que reproduzca sonido, a excepción de si se usan auriculares.

En lo relativo a la comida y bebida, la norma recoge que los pasajeros deben «abstenerse de comer en el interior de los autobuses y de acceder a los mismos portanto bebidas en vasos sin tapa, helados o cualquier otro alimento que no vaya debidamente envasado». Además, no se puede fumar ni consumir tanto bebidas alcohólicas como estupefacientes, ya sea en el interior del vehículo o en la parada.