![«Se te cae el alma a los pies. Ha sido impresionante»](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202109/22/media/cortadas/volcan-k6BG-U150612195588svD-1248x770@El%20Norte.jpeg)
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Llegaron el sábado a la isla de La Palma para pasar una semana de vacaciones. Mariángeles Álvarez López y su marido José Antonio, y otras dos parejas de amigos, Paula y José Antonio y Raquel y José Manuel, todos vallisoletanos, tenían todo organizado para conocer ... la isla canaria a golpe de zapatilla. «Nuestra idea era hacer rutas de senderismo», explica Mariángeles. «El domingo por la mañana madrugamos y a las 8.30 nos fuimos hacia el sur de la isla a hacer, precisamente, la ruta de los volcanes. Cuando terminamos la ruta, nos fuimos a comer a la zona de las salinas de Fuencaliente, que no hay nada de cobertura; así que no teníamos ninguna noticia de la erupción del volcán. Cuando estábamos terminando de comer los camareros nos comentaron que había habido un terremoto en la isla, pero sin darle mayor importancia. Cuando salimos de la zona empezaron a llegarnos mensajes de la familia, amigos... y empezamos a leer las noticias», recuerda esta vallisoletana.
«Llamamos a la Guardia Civil y nos informaron que nuestro hotel había sido desalojado a las tres de la tarde y que allí no podíamos volver. No teníamos nada encima, ni DNI, ni tarjetas, ni cargadores de móvil... Primero nos llevaron a un cuartel militar en la capital, Santa Cruz de la Palma, y de ahí la cadena Meliá nos llevó a todos los que estábamos en su hotel, unas 600 personas, a un polideportivo. Nos llevaron agua y comida y a la media hora ya había allí un médico y una enfermera para atendernos y hacer recetas para todos los que tuvieran las medicinas que tenían que tomarse en el hotel. No hemos pasado miedo porque nos hemos sentido desde el primer momento muy bien atendidos», repite Mariángeles, en conversación telefónica desde Tenerife.
«A las seis de la mañana nos pusieron un ferry para Tenerife. Hubo gente que se quiso quedar en la isla pero nosotros pensamos que allí lo único que podíamos hacer como turistas era molestar. Teníamos que salir de allí porque entendíamos que había que atender a la gente de allí, a los que se tenían que quedar sí o sí, y estaban viendo cómo habían perdido todo. Se te cae el alma a los pies. Ha sido impresionante», añade Mariángeles quien junto a su grupo tomó el ferry sin dudarlo a Tenerife. «Ante una catástrofe así lo mejor es irse». El grupo estuvo de acuerdo.
«Al día siguiente salimos a comprar ropa interior y lo básico. Y menos mal que como habíamos salido de ruta llevábamos puesto algo de abrigo». Ahora están a la espera de que Iberia les confirme un vuelo el próximo sábado desde Tenerife para volver a la península. «Nuestro vuelo desde La Palma ya lo damos por perdido». Intentarán aprovechar los días que les quedan para hacer alguna ruta por La Orotava. «Era nuestra semana de vacaciones». Seguro no la van a olvidar.
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