Las aulas y pasillos de este colegio se han convertido en una gran parque del jurásico R. Jiménez

Un parque jurásico en el cole

El colegio Maristas CCV se convierte en un gran parque temático prehistórico para potenciar la imaginación y el aprendizaje a través de una metodología por proyectos

Laura Negro

Valladolid

Lunes, 5 de febrero 2024, 00:54

Para los alumnos de infantil del colegio Marista Centro Cultural Vallisoletano, ir a clase, es una gran aventura en la que ellos son los auténticos protagonistas. Los pasillos y las aulas de este centro educativo se han convertido en un impresionante parque del jurásico, donde ... cada día es posible conocer increíbles especies extintas. Pasillos con una exuberante vegetación y antiguos nidos de dinosaurios, fósiles que esconden historias de tiempos inmemoriales y profesores convertidos en exploradores, hacen más divertidas las lecciones, al tiempo que despiertan la imaginación de los pequeños a través de sus sentidos. Pintar un velociraptor, buscar huellas de un diplodocus o aprender la letra T cuando quien la enseña es un feroz tiranosaurio Rex, siempre es mucho más entretenido.

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Los ocho profesores de infantil de Maristas CCV han iniciado un proyecto global que durará 6 semanas que gira en torno a los dinosaurios, todo con el objetivo de educar a través de la emoción, la exploración y el descubrimiento. Las familias han colaborado, y mucho, a la hora de transformar las clases de su colegio en un espacio de aprendizaje y diversión a través del hilo conductor de los dinosaurios. Han invertido varias tardes en preparar junto con los profesores, todos los materiales y decoraciones, para que sus niños aprendan lecciones que van más allá de los libros de texto. «Los dinosaurios nos dan una excusa para poder profundizar en diferentes contenidos. Así, los alumnos de 3 años aprenderán a distinguir tamaños y harán conteos, mientras que los de 4 y 5 años trabajarán la lectoescritura y las matemáticas, sabrán qué animales están en peligro de extinción y conocerán la diferencia entre un carnívoro de herbívoro, entre otras muchas cosas. Las posibilidades son infinitas», explica Víctor González, jefe de estudios de este colegio. «La implicación que se consigue en los niños por el efecto impacto es enorme. Aprenden como si estuvieran viviendo en un cuento o en una película y eso es algo de lo que nunca se van a olvidar», añade.

Rodrigo Alcalde es profesor de 3º de infantil y clase está de lo más entretenida. Los pequeños están trabajando en grupos, muy atentos y aplicados. Mientras unos trabajan la lógica y las matemáticas con sudokus de dinosaurios, otros refuerzan los procesos cognitivos con juegos de memoria y otros potencian su creatividad al tiempo buscan fósiles en la arena. «¡Los dinosaurios molan. Dice mi profe que se extinguieron por un meteorito», explica la pequeña Isabel mientras pinta un pterosaurio con puntillismo.

En el aula de 4 años, más de lo mismo. Vanessa, la profesora, les acaba de explicar cómo nacen los dinosaurios y los niños, muy concentrados, están rellenando fichas. En esta clase reina el silencio. «Los diplodocus ponen huevos, los bebés nacen y se hacen muy, muy grandes», afirman Josué y Rodrigo con la lección bien aprendida.

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En el aula de 3 años, la algarabía aumenta. Allí están Gonzalo y Vega convertidos en dos pequeños paleontólogos, buscando huellas de dinosaurio y fósiles bajo un volcán, ante la atenta mirada de su profesora Curra. «Me gustan mucho los dinosaurios que comen hojas», dice la niña. «Pues a mí me encantan los que son gigantes», apostilla su compañero de pupitre.

Para los profesores resulta muy gratificante trabajar por proyectos y ver cómo los alumnos se convierten en protagonistas de un proceso educativo integral. Su labor se basa en guiar y orientar a la clase pero son los estudiantes quienes lo interpretan y desarrollan, marcando el ritmo y avanzando según van adquiriendo nuevos conocimientos. «Nos apoyamos en los dinosaurios para enseñarles matemáticas, lengua, música, cinestésica y les ayudamos con el autoconocimiento de ellos mismos… Esto también les ayuda a ser más autónomos. El aprendizaje es global y los dinosaurios son el hilo conductor. La clave de todo es la motivación, ya que si conseguimos que los niños estén motivados, aprender les resulta sencillo», informa Rodrigo Alcalde. «Estos materiales no están en las editoriales. Lo preparamos todo nosotros y eso requiere mucho tiempo. Sin la colaboración de las familias, que han pasado aquí muchas tardes recortando hojas, haciendo maquetas y dinosaurios de gran tamaño, no hubiera sido posible sacar a delante el proyecto. Ha sido muy divertido programarlo, llevarlo a cabo y ahora disfrutarlo», concluye.

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