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Aunque suponen solo el 10% de sus intervenciones, los agentes especializados del Grupo de Investigación Tecnológica y contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Jefatura Superior de Policía de Castilla y León, tienen como «prioridad absoluta» luchar contra la corrupción de menores.
Tras la ... pantalla se ocultan «ciberdepredadores» y los ocho agentes que conforman el cuerpo se dedican en «cuerpo y alma» en identificar, localizar y detener. «Es una sensación de satisfacción absoluta, el premio es poder apartar a estas personas de la red», explica el jefe de la Unidad, Víctor P.
Este tipo de investigaciones son por lo general «largas y muy complejas» hasta que se da caza a los autores de los delitos. Desde el departamento ubicado en la Comisaría de Delicias trabajan para desenmascarlos. «Hemos detectado además que la pandemia ha traído consigo un aumento en el consumo de pornografía infantil. Es execrable, que alguien consuma este tipo de contenidos porque está propiciando que se sigan generando. Aunque lleves muchos años en esto nunca de acostumbras a ver los archivos», señala el jefe de la brigada.
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Rastrean, obtienen y geolocalizan las direcciones IP, mantienen investigaciones propias o siguen la pista de las denuncias que les llegan a comisaría. «El otro día vinieron para denunciar que habían recibido un archivo que contenía pornografía infantil. Es lo que se debe hacer en estos casos, muchas veces las investigaciones se inician por esa vía». Su objetivo es identificar y detectar a los autores de estos delitos para ponerles en manos de la justicia, y por otra parte, identificar a los menores que han sufrido abusos, este último un proceso que puede demorarse incluso años.
El child grooming o acoso sexual de menores en la red es otro de los puntos en el que los investigadores de Valladolid centran todas sus energías. «Es muy duro para las familias pasar por este tipo de situaciones, cuando unos padres se dan cuenta de que su hijo o hija está siendo extorsionado para que publique contenido íntimo en Internet», explica Víctor P.
Todo comienza cuando contactan con los menores, «lo hacen a través de perfiles falsos y van creando confianza con sus víctimas para que les envíen fotos o vídeos con contenido íntimo. Siempre les van a pedir más y una vez que se niegan comienza la extorsión con difundir las imágenes o vídeos que tienen. No hay tantos 'groomers' pero el que lo es un auténtico depredador con múltiples víctimas», explican desde la Comisaría de Delicias.
víctor p.
Jefe del Grupo de Investigación Tecnológica
Precisamente hasta las dependencias de la calle Gerona llegó a comienzos de la pandemia la denuncia de una niña de 14 años que aseguraba ser víctima de este delito de acoso sexual. «Gracias a ella y a su valentía conseguimos identificar y registrar el domicilio del autor afincado en Sevilla e incautamos numeroso material, unos 17 Teras. Seguimos con la investigación y estamos en fase de identificación de víctimas, que son unas 12 por el momento», señala Víctor P.
Empatiza con las víctimas y sus familias porque sabe que el proceso es tedioso y largo, «aunque pasen unos años tienen que enfrentarse al proceso judicial que les hace revivir todo pero hay que denunciar y no echarse la culpa nunca. Ni culpar a lo niños ni que se culpen los padres», señala.
Víctor recuerda la operación 'Carlanca', en la que detuvieron en junio de 2021 a un menor de 16 años, como presunto autor de acoso sexual hacia una menor de 11 a la que chantajeó a través de una conocida red social y en la que el joven se hizo pasar por una niña de la misma edad.
Fue la madre, quien tras comprobar un cambio repentino en el comportamiento de la pequeña, miró en los archivos del teléfono móvil y se dio cuenta de que la niña había enviado contenido íntimo en el que aparecía desnuda, por lo que denunció los hechos. «Es muy duro ver cómo vienen de desencajados los padres, pero denunciar es fundamental. Les tratamos de una forma muy especial, cercana e incluso con la posibilidad de prestarles apoyo psicológico si lo requieren», aseguran desde la calle Gerona.
Desde el Grupo de Investigación Tecnológica y contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Jefatura Superior de Policía de Castilla y León explican que es fundamental prestar atención «a cualquier señal o cambio» en el comportamiento de los menores, que empiezan a hacer uso de redes sociales e Internet a edades cada vez más tempranas.
Los agentes especializados advierten de la importancia en el papel de los progenitores o tutores para tratar evitar que los menores sean víctimas de acoso sexual en redes.
«Lo primero es hablar sobre los peligros del uso de Internet y redes sociales, generar un clima de confianza con nuestros hijos y observar si se producen cambios en el estado de ánimo, en la autoestima, en el rendimiento escolar o si nos encontramos con menores que se aíslan de repente, que se muestran apáticos o con pocas ganas de comunicarse. Esos pueden ser indicativos de que están siendo víctimas de acoso», señala Víctor P.
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