![Una mujer paga con su teléfono móvil en el bar El Templo, en la calle Madre de Dios.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202106/06/media/cortadas/sadad-k0BD-U14061174648286F-624x385@El%20Norte.jpg)
![Una mujer paga con su teléfono móvil en el bar El Templo, en la calle Madre de Dios.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202106/06/media/cortadas/sadad-k0BD-U14061174648286F-624x385@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Ya no es solo la llamada telefónica, el mensaje de 'Whatsapp', la fotito en la red social. El móvil avanza a pasos agigantados en su conquista de nuevas parcelas y ya se percibe como una herramienta básica para el trabajo y a la hora de ... pasar por caja en los comercios. El móvil es la nueva oficina, el monedero del futuro, un dispositivo más para el trabajo de empresas y los servicios a clientes.
¿De verdad lo usamos tanto para este tipo de utilidades? «Los chavales, por supuesto. La gente joven, también. Y luego, cada vez más personas lo utilizan a la hora de pagar», dice Carolina Domínguez, responsable de The Black Monkey, tienda de moda en la calle López Gómez donde cada vez son menos las operaciones en efectivo. «En torno al 30%», calcula Carolina. Así, hay menos billetes, pocas monedas, cada día que pasa se hace más raro eso de buscar el cambio en la caja registradora o la cantidad exacta en la cartera. Ahora, el monedero se abre para sacar la tarjeta de crédito y, en algunos casos, ni eso. El teléfono se está asentando como nueva herramienta para abonar la compra. «De ese 70%, en torno al 40%y a paga acercando el móvil a la terminal», aseguran en The Black Monkey, uno de los negocios vallisoletanos conscientes de que el futuro está ahí –en esas facilidades para nuevos modos de pago– y en los escaparates digitales que ofrecen las webs. La tendencia parece clara, pero se avanza a distintas velocidades.
«La implantación es muy dispar», reconoce María Balsa, secretaria general de la agrupación de comerciantes Avadeco. «Hay comercios que están completamente al día en todo, aunque no son mayoría. Todavía hay muchos reticentes a lanzarse al comercio digital. Con la pandemia parecía que esto iba a cambiar muchísimo, que no iba a haber más remedio que digitalizarse, pero también se ha notado un retorno al comercio tradicional», indica Balsa. En todo caso, lo que sí se ha hecho evidente durante estos meses de covid es que cada vez es menor el pago en efectivo.
El año pasado, al inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el uso del pago telemático para evitar el intercambio de monedas y billetes. «La tarjeta es hoy mayoritaria», admiten en Avadeco. Y sí, cada vez se recurre más al móvil. Si está asociado al número de cuenta o de tarjeta (es lo más habitual), al final, la operación es la misma: basta con acercar el teléfono al datáfono (al terminal punto de venta TPV).
La progresiva desaparición de cajeros automáticos (de los 61.714 del año 2008 a los 49.481 con los que se cerró 2020), en un movimiento vinculado con el cierre de sucursales bancarias, sobre todo en el medio rural, ha ido paralelo a un crecimiento sostenido de los terminales de punto de venta (TPV), los populares datáfonos que permiten el pago con tarjeta. Eran 2.073.889 en el último trimestre de 2020, según datos del Banco de España, que detecta un incremento desde 2014 (en 2013, en el año con la tasa de paro más alta, cayó el 11,98%, por el cierre de comercios con la crisis). Este incremento de terminales hace que también haya crecido el número de operaciones asociadas (el 4,4%, a un menor ritmo de incremento que en los años anteriores; fue del 16,2%en 2019), aunque no el de importes. Es decir, pagamos más con tarjeta, pero gastamos menos con ellas (el 0,49% menos en 2020). La pandemia ha influido: con varios meses de confinamiento, con restricciones en centros comerciales, tiendas de proximidad y hostelería cerrada. Pero el efecto de la covid se ha notado sobre todo a la hora de ir a los cajeros para sacar dinero en efectivo. Los hemos usado menos. Mucho menos. Las operaciones cayeron el 31,25%durante el año pasado (el descenso fue del 51,79% durante el segundo trimestre, en pleno confinamiento) y los importes retirados se redujeron el 18,36%.
«Y lo mismo que el móvil pueden servir los relojes de pulsera digitalizados», cuenta Ángel Luis Lorenzo, presidente del sector del taxi en Valladolid. También aquí se ha percibido un incremento de los pagos sin dinero físico, sin papel ni metal. «El taxi está obligado a ofrecer una forma de pago telemático. Y el dispositivo acepta tanto la tarjeta como el móvil, claro. Para nosotros tiene sus ventajas. No hay que llevar siempre dinero encima o que ir al banco para conseguir cambio. Porque tienes que garantizar que puedes darlo para billetes de 20 euros. Como te venga un cliente a primera hora, nada más empezar el servicio, con uno de 50, te puede complicar todo», dice Lorenzo, quien cifra en torno al 40% los pagos ya efectuados con tarjeta y móvil. Esta es una de las vías en el uso económico del teléfono. La segunda es la transacción mediante aplicaciones tipo 'bizum', que permiten enviar dinero entre cuentas con solo saber el número de teléfono del destinatario.
Más allá de estas apreciaciones personales, a pie de calle o de comercio, los datos sobre este fenómeno rara vez aluden a los mercados locales. Hay que fijarse en las tendencias nacionales y en los estudios de empresas del sector. El portal especializado Statista Digital Market Outlook calcula que el año pasado el 55% de los usuarios de teléfono móvil lo utilizaron para comprar a través de Internet (eran el 29% en 2016).
El Barómetro de Pagos Digitales de Mastercard dice que el 31% de los españoles usan de forma habitual su móvil para pagos vía electrónica y también en tiendas físicas. La agencia de calificación Moody's estima que en tres años la mitad de los pagos se harán por el móvil.
La plataforma Bizum (de pago por móvil de la banca española)dice que supera ya los 15 millones de usuarios (con 20.000 nuevas altas al día durante 2020)y los 370 millones de operaciones desde su lanzamiento hace cuatro años. De acuerdo con los datos de la compañía, el 28% de sus usuarios tienen entre 25 y 34 años, seguidos por el segmento de 35 a 44 (25%) y el de 18 a 25 años (el 20%).
«La tendencia está clara», aseguran desde Asucyl, la asociación de empresarios de supermercados de Castilla y León, una plataforma que aglutina a las principales cadenas. Allí son testigos a diario de cómo la compra ahora se abona con plástico y gigas. Para ponerle cifras remiten al informe 'Nuevos métodos de pago en tiempos de covid-19', elaborado en julio del año pasado por la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc, colectivo que engloba a 30.000 empresas y que es «una de las más prestigiosas en este tipo de estudios», asegura Isabel del Amo, secretaria de Asucyl.
¿Conclusiones? El 45,4% de los encuestados aseguró que evitaba «al máximo el contacto con el personal de la tienda». El 44,3% dijo que le gustaría que hubiera varios puntos de pago en la tienda, no solo en la salida de cajas. El 43,4% afirmó que le gustaría «poder salir de la tienda sin pasar por caja, pudiendo pagar de forma automática sin esperar». Y a la hora de abonar: el 84% había usado alguna vez la tarjeta; el 72% el efectivo; el 22% había pagado en alguna ocasión con el móvil (13% con aplicaciones tipo apple pay, samsung pay..., el 11% con apps del banco y el 7% con la del establecimiento). Entre las conclusiones del estudio, destaca el «empate» técnico entre los que consideran que lo más cómodo es pagar con el móvil (lo dice el 22% frente al 23% que prefiere el efectivo). Para el 56%, lo más fácil es echar mano de la tarjeta. Entre las desventajas, que el 45% de los encuestados consideran que el móvil es el método de pago menos seguro.
En realidad, las asociaciones de consumidores recuerdan que pagar con el móvil en un comercio es igual de seguro que hacerlo con una tarjeta (ya que, en muchos casos, el móvil es tan solo un dispositivo asociado a esta). Pero, aún así, entidades como la OCU hacen una serie de recomendaciones para evitar sorpresas. Por ejemplo, aconsejan tener siempre instalada la última versión del sistema operativo, así como un antivirus.También recomiendan activar el bloqueo automático de pantalla cuando el móvil está inactivo y desvincular las tarjetas cuando se lleve el móvil a arreglar. «Actualmente, el pago por móvil no aporta grandes ventajas respecto al pago con una tarjeta, solo es una forma distinta de usarla», concluye la OCU.
Junto a estos datos generales, hay algunos indicadores de Valladolid que pueden servir de orientación. Tres de cada diez tiques que se sacan en la ORA se hacen a través de la aplicación Telpark (desde la que ya se recaudan uno de cada tres euros de la zona azul)y Auvasa ha implantado también la posibilidad de abonar el trayecto en autobús urbano a través del teléfono móvil.
Hay sectores donde el pago por móvil avanza a mayor velocidad. Aunque, en muchos casos, son los clientes los que empiezan marcando el ritmo. Ha ocurrido, por ejemplo, en bares y restaurantes, como explican desde la asociación provincial de hostelería. «En el caso de las cartas digitales, con el código QR, los hosteleros han ido por delante y ofrecido el servicio antes de que lo demandara el cliente. Pero en el caso de las reservas a través de aplicaciones o el pago con el móvil, los clientes han llevado al hostelero a modernizarse», aseguran desde el colectivo hostelero, donde destacan que el pago a través del móvil es ahora habitual tanto como tarjeta como a través de bizum.
La penetración de este tipo de pagos es alta también a la hora de echar gasolina, ya que existen atractivos 'extra' por pagar con el móvil. «Las petroleras tienen sus propias aplicaciones y regalan puntos, bonos para el lavado del coche. Es una forma de fidelizar al cliente. Tal vez en las estaciones de servicio libres esa una herramienta que no funciona tanto, pero las vinculadas a una petrolera lo notan mucho», asegura Leopoldo Herrero, presidente de la asociación vallisoletana de estaciones de servicios, entidad integrada en CEOE Valladolid.
En esta institución, han puesto en marcha dos proyectos (impulsados junto a la Diputación y elAyuntamiento) para favorecer la digitalización de los negocios vallisoletanos. «El móvil es una parte fundamental para conseguirlo», asegura Noemí García, responsable de relaciones institucionales de CEOE Valladolid. Uno de ellos es el programa Digitalízate, con pymes y microempresas de la provincia.
«El año pasado, durante el confinamiento, nos dimos cuenta de que había carencias respecto al uso de las nuevas tecnologías que había que solventar», indica García. La convocatoria de 2020 llegó a 200 negocios. Este año son 50 más. La formación enseña a agilizar los certificados digitales, la facturación 'on-line', la firma electrónic a(«esto es muy beneficioso para trámites con la Seguridad Social o la Agencia Tributaria, sin necesidad de ir a las oficinas presenciales»), ofrece claves de ciberseguridad, de automatización de tareas y de nuevos usos de dispositivos.
«Descubren que el móvil es parte esencial de su oficina. A través de él pueden hacer facturación, videoconferencias, disponer de la firma electrónica o de bases de datos de sus clientes», aseguran desde la CEOE, desde donde recuerdan que esta herramienta, más allá de como instrumento de pago, es clave para una «gestión optimizada y avanzar en el teletrabajo». «La digitalización será clave: evita desplazamientos para hacer trámites, reduce gastos en consumibles (como papel o tóner), ayuda a la conciliación y resuelve problemas ocasionados con el cierre de oficinas en los pueblos», apunta García, quien señala, entre las desventajas, los problemas de coberturas que todavía hay en puntos de Castilla y León, «incluso en polígonos o zonas donde se concentran naves industriales o empresariales».
En Valladolid hay casi tantas líneas de teléfono móvil (518.521) como habitantes empadronados en la provincia (520.385). Son los datos, de 2019, correspondientes al último informe de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, que sitúa a Valladolid como la cuarta provincia con mayor penetración del teléfono móvil en el país, por detrás de Madrid (122,1 líneas por cada cien habitantes), Cantabria (108,6) y Barcelona (106,5). En Valladolid hay 99,7 líneas pospago por cada cien vecinos, lo que supone que hay un importante número de personas con dos líneas (números personales y de trabajo). El número de usuarios no ha dejado de crecer. En 2009, eran 370.211 líneas en la provincia. En la actualidad hay 228.114 líneas de teléfono fijo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.