«El arranque de la carrera electoral ha sido en Pajarillos y las formaciones han ofrecido, una vez más, su apoyo al barrio, lo que es de agradecer porque aquí la ayuda es necesaria para que no se convierta en un gueto y las nuevas ... generaciones puedan vivir dignamente». Son palabras de Alberto Bertoni, director del colegio Cristóbal Colón, a raíz de que las diferentes formaciones apostaran por Pajarillos y, especialmente, por el núcleo del 29 de octubre para defender los proyectos que allí se desarrollan.
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Según cuenta Bertoni, el barrio está «camino de la guetificación y es urgente impedir que eso ocurra». La situación que vive parte del barrio se refleja en el día a día del colegio y este vallisoletano apuesta firmemente por sacar adelante a sus vecinos. Sirviendo de frontera entre la recién remodelada zona del 29 de octubre y el resto del barrio, el colegio Cristóbal Colón cuenta con menores de las casi cuarenta nacionalidades que allí conviven y muchos abandonan los estudios porque «la calle les llama y sus familias no ayudan». En base a esto nació la Plataforma Pajarillos Educa, con la idea de «unir las fuerzas de todos los partidos para ponerse de acuerdo y engrasar la maquinaria necesaria para poder salir adelante».
En mitad de una riña a dos de las alumnas del colegio, Bertoni explica que el proyecto trabaja «lo más complicado» y en este barrio es la zona del 29 de octubre. «Se intenta por todos los medios la reinserción social y laboral para dignificar a estas personas y tengan acceso al mundo real para poder cambiar su perspectiva de futuro», apostilla. Además, asegura que se va a crear un observatorio de inclusión y participación ciudadana para analizar y realizar un diagnóstico de lo que está ocurriendo en estos barrios, qué necesidades existen y qué soluciones hay. Por ello, el impulso del barrio son los microproyectos que forman Pajarillos Educa. «Si estos funcionan, como el de la mujer o el de los chavales en el deporte, será el camino a seguir para salir de esta situación», precisa Bertoni. Explica, además, que es una zona «conflictiva en la que un pequeño grupo complica la convivencia la resto».
«El barrio está crispado y eso se va a reflejar en los votos», explica una vecina que prefiere no revelar su identidad. Como ella, muchos de los vallisoletanos que viven en Pajarillos han visto durante las últimas semanas desfilar por sus calles a los líderes de los partidos políticos que presentan su candidatura a las elecciones del próximo 13 de febrero.
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En este sentido, los vecinos de Pajarillos saben que desterrar el estigma que pesa sobre su barrio es «complicado y más con lo caldeado que está el ambiente», en palabras de Zacarías, un jubilado que dedica sus días a pasear, tomar café y charlar con sus vecinos. Reside en el barrio, ha vivido la Guerra Civil y el franquismo y piensa que esa época no está tan olvidada. «Los políticos vienen aquí para nada y la gente está dividida, creo que deberían dejar de prometer tanto y hacer las cosas bien», confiesa. Además, asegura tener claro su voto. «Es algo que no va a cambiar por mucho vengan a mendigar, pero hay algunos que decidirán a última hora y sabe Dios lo que puede pasar».
En sintonía con él, la mujer que define el ambiente como «crispado» confiesa que «el voto se va a ir a lo más radical porque hay mucha división entre una parte y otra del barrio, y todos sabemos por qué es». Escoltada por el anonimato, agradece que se lleve a cabo Pajarillos Educa en una parte de la ciudad en la que «se trabaja con una parte muy complicada de la sociedad que no quiere dar su brazo a torcer para que la convivencia mejore».
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Aunque la mayoría de los vecinos de Pajarillos prefieren no opinar sobre el desfile de políticos, Carmela García, sí lo hace. Del barrio «de toda la vida» describe la visita de los políticos como «una compra de votos tras la paga que se ha dado a los jubilados». Ella, pese a ser beneficiaria de la misma, piensa que «en uno o dos años la quitarán porque ya habrán conseguido lo que querían, ganar las elecciones».
La radiografía de lo que serán las elecciones en Pajarillos no es tan fácil de divisar y para el matrimonio de jubilados formado por Justino Sánchez y Ofelia Caramanzana, la solución radica en que «todo esto que prometen lo cumplan y sirva para algo».
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A pesar del «descontento general con la situación del barrio y el empeoramiento de este en muchos aspectos», Bertoni agradece el apoyo de los políticos a Pajarillos Educa y asegura que la Junta de Castilla y León, la Diputación y el Ayuntamiento de Valladolid «saben desde hace meses que es un modelo perfectamente realizable y exportable a otras zonas de la región que se encuentran en contextos similares». Es por ello que los representantes muestran un apoyo «que no debe cesar porque puede solucionar la vida de muchas personas». Además, destaca que no es algo puntual por estar en campaña electoral porque «durante todo el año visitan el barrio y se interesan por lo que ocurre en sus calles».
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