

Secciones
Servicios
Destacamos
Alberto Muñoz Muñoz se acordaba de alineaciones blanquivioletas antiguas, o de detalles como en el año 1951, cuando el Real Valladolid llegó a tener siete seleccionados de una tacada (los hermanos Lesmes, Babot, Ortega, Lasala, Aldecoa y Coque). «Fue en un partido ante Irlanda que terminó con goleada, 6-0, y mi padre me contaba que a la semana siguiente los seis goles se los metió al equipo el Madrid», recuerda Alfonso Muñoz, hijo de quien era el socio número 2 del Real Valladolid en el momento de su fallecimiento el pasado 3 de abril, a los 89 años, en el Hospital Clínico de Valladolid, víctima de la covid. Alberto Muñoz Muñoz era una institución en la grada del José Zorrilla, el último de los estadios en los que ocupó asiento para ver a su Real Valladolid, que no el único, pues ya festejó goles del equipo en el Viejo Zorrilla y en el campo anterior en el que jugó al lado de la plaza de toros, cuando a Alberto Muñoz, alumno del San José, los jesuitas le hicieron socio del club y le llevaban junto a compañeros de colegio de excursión al fútbol.
Especiales coronavirus
«El socio número 1 es José Antonio Añibarro y mi padre el número 2. Él decía que Añibarro era compañero suyo de colegio en San José y que mi padre estaba en un curso superior a Añibarro y posiblemente le hicieran socio antes que a él. En los años 40, cuando fueron a numerar a los socios del club, lo hicieron por orden alfabético entre los de la quinta, y por eso Añibarro, por apellido, es el socio más veterano, aunque posiblemente mi padre fuera el número 1», afirma Alfonso Muñoz, que lleva 40 años de socio «aunque desde los 6 ó 7 años iba al fútbol con mi padre». «Él le hizo socio a mi hermano Alberto, que es el mayor, pero como no le gustaba, iba yo con su carné, hasta que al final me hizo a mí el carné», recuerda Alfonso, que no recuerda con precisión los años de socio de su padre, «aunque más de 75 seguro, creo que 77».
«Mi padre desde los 10 años iba al fútbol, y desde entonces se ha perdido muy pocos partidos del Real Valladolid. Ha estado años enteros sin fallar ni a un solo partido. Aunque no militó nunca en ningún equipo, nos transmitió a través del fútbol el valor de la lealtad, para él la familia era lo primero, y luego, el Real Valladolid», agrega uno de los tres hijos (los otros dos son Alberto y María del Carmen) del socio número 2 del Valladolid, que esta temporada estuvo yendo a Zorrilla hasta el mes de febrero. «Se perdió uno o dos partidos hasta que se suspendió la Liga por la pandemia», apunta Alfonso Muñoz, que incide en que su padre tenía varias patologías, estaba operado de pulmón y que ingresó en el Hospital Clínico «el 26 ó 27 de marzo» sin síntomas de coronavirus.
«En el primer test dio negativo, pero en el segundo dio ya positivo. Había estado ingresado ya quince días antes, pero le mandaron para casa con oxígeno precisamente para que no se contagiara. No lo entendemos porque ni mi madre ni mis hermanos ni yo, que hemos ido a casa, nos hemos contagiado. Se infectaría en el hospital, suponemos», apostilla Alfonso Muñoz, de 57 años.
«Mis padres vivían una vida autónoma en su casa en la calle Encarnación», agrega Alfonso. Pero tras la muerte de su marido, Valentina de las Heras, de 88 años, se ha ido a vivir a casa de su hija María del Carmen. «En los últimos años mi madre no le dejaba ir al fútbol a mi padre porque no quería que cogiera frío, pero le compramos un chaleco eléctrico con pila el año pasado y se forraba con bufanda y gorro para no perderse ningún partido», recuerda Alfonso.
Alberto Muñoz Muñoz era nieto de Pantaleón Muñoz, nacido en Candelario (Salamanca) y que en 1882 se estableció en Valladolid regentando una acreditada salchichería en Fuente Dorada, trasladándose en 1920 a la calle Ferrari. Su hijo Teódulo continuó con el negocio desde 1943 y a otro hijo, Justo, le puso la popular tienda de juguetes de la calle Teresa Gil. «En la década de los setenta, a mi abuelo Teódulo le sucedieron al frente del negocio sus cinco hijos, uno de ellos mi padre», apunta Alfonso, que indica cómo en la actualidad es su primo Víctor Manuel quien continúa al frente de la empresa familiar.
«En 50 años solo nos perdimos unos minutos del partido en dos ocasiones, y siempre me lo recordaba en broma. Cada vez quería llegar más pronto, le gustaba ir con tiempo. Cuando yo no podía ir con él porque me dedico a la exportación y viajo mucho, convencía a mi hermana o algún amigo para que le llevaran, y estando allí me mandada una foto para que viera que ya estaba en el campo, y luego SMS con el resultado», señala Alfonso, que recuerda cómo a su padre le gustaron mucho jugadores como Cardeñosa, Landáburu o el 'Pato' Yáñez, y también rivales como Kubala, Di Stéfano o Gento. Y de entrenadores, don Vicente Cantatore, por supuesto.
«Era también del Barça y sus jugadores favoritos eran Cruyff y Messi, pero quería que perdiera siempre cuando jugaba contra el Valladolid o lo necesitara», concluye Alfonso Muñoz.
Publicidad
Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.