«Si nos lo ordena el partido, romperíamos el pacto de Gobierno en Valladolid»

-¿La política es lo que esperaba?

-No, no es lo que esperaba.

-¿En qué sentido?

-La política municipal, por parte de la oposición, está excesivamente polarizada. Las conductas que tienen son, en determinados momentos, agresivas y violentas y de falta de respeto. Y creo que ese tipo de actitudes lo único que hacen es degradar esta institución. Lo podéis ver en los plenos, la manera de dirigirse hacia nosotros por parte de la oposición, incluso con insultos, llamándonos asesinos y demás. Y creo que la ciudadanía está harta de las actitudes broncas.

-¿Y el socio?

-Con el socio de Gobierno la relación es correcta. Como en todas las asociaciones o en todos los matrimonios, hay puntos de fricción. No tenemos visiones unívocas, como no puede ser de otra manera, porque representamos a partidos diferentes. Pero con diálogo, con consenso y con voluntad de mejorar Valladolid, pues sí que lo conseguimos.

-Se le anticipaban fricciones, más que nada por el tema de las competencias, con la concejalía de Blanca Jiménez, con la que podía solaparse un poco. ¿Cómo lo han llevado?

-No, lo llevamos perfectamente. Mucha parte de la política municipal es transversal. Hay determinadas materias que se pueden tocar por diferentes concejalías. Y la voluntad siempre es la de trabajar coordinándonos.

-¿Fricciona más con servicios sociales, por ejemplo?

-No friccionamos con ninguna concejalía con carácter especial.

-Lo digo por los temas. Por ejemplo, antes Educación y Servicios Sociales sufragaban a medias el Zorrilla's Fest. Ahora solo Servicios Sociales.

-Nosotros no estamos de acuerdo con que el dinero público se utilice para un tipo de festival de carácter sectorial, fundamentalmente porque mucha parte del colectivo LGTBI manifiesta que este tipo de actividades no les representan. Y no creo tampoco que un festival que se llama Zorrilla's Fest, por el propio título que tiene, que induce a la ironía o al error, sea dignificante de un colectivo LGTBI, con todo el respeto que me merece.

-Ustedes no estuvieron presentes en la foto oficial del Día del Orgullo en el Ayuntamiento, ni en la lectura del manifiesto.

-Nosotros no subimos porque nosotros trabajamos para todos los vallisoletanos. Y ese día los tres concejales de Vox estábamos trabajando para todos los vallisoletanos. Valladolid, con independencia de casos muy aislados, es una ciudad muy respetuosa con el colectivo LGTBI. Cuando trato con las personas, la orientación sexual es una dimensión muy parcial de lo que para mí representa una persona. Para mí a una persona no la califica su condición sexual y, por lo tanto, hacer distinciones con arreglo a la orientación sexual puede conllevar el peligro de estigmatizarla.

-El alcalde, Jesús Julio Carnero, anunció el pasado lunes la creación de una Casa de la Gente para el colectivo migrante. ¿Qué le parece?

-Desde Vox estamos siempre en contra de la inmigración ilegal e irregular. ¿Por qué? Porque esa inmigración ilegal e irregular, y no lo digo yo, lo dice Europol, está auspiciada por personas que estaban fichadas por tráfico de personas y que ahora están fichadas por trata de seres. Y desde las administraciones públicas debemos mandar un mensaje claro de que no se va a auspiciar la criminalidad. En el año 2016 la Europol reconoce que 10.000 menores no acompañados han desaparecido de la Unión Europea y por lo tanto es un problema humano fundamental. Porque solamente una inmigración regular y ordenada que accede a nuestro país con un permiso de residencia y con un contrato de trabajo es la que pone las bases de la dignidad humana.

-¿Esa Casa de la Gente cumple con atender a esa inmigración regular y ordenada?

-La Casa de la Gente efectivamente cumple con esa condición. Nos sorprendió el anuncio, pero el alcalde nos ha trasladado que esta casa está destinada a asociaciones debidamente registradas de inmigrantes legales, la mayoría hispanoamericanas, y que tengan voluntad de integrarse en la sociedad de acogida. En ningún caso el grupo municipal Vox va a permitir que se destinen recursos municipales para alentar la inmigración ilegal, el efecto llamada, o se produzcan celebraciones fuera de lugar en un país como España. Si fuese esa la intención, no contaría con el apoyo de este grupo municipal.

-Dijo Santiago Abascal que si los ayuntamientos contribuyen a favorecer la inmigración ilegal, Vox también cortará los pactos en los ayuntamientos. Dado que no tienen competencias directas ¿qué entiende por que un ayuntamiento favorezca la inmigración ilegal?

-Evidentemente las competencias corresponden a las comunidades autónomas y las competencias municipales son inexistentes, fundamentalmente porque los centros de acogida de menores no acompañados dependen de la Junta de Castilla y León.

-Una subvención, por ejemplo, a Accem, una de las organizaciones con las que ha sido crítico Vox, ¿sería colaborar con la inmigración ilegal?

-Ese tipo de subvenciones están gestionadas por la Consejería de Servicios Sociales del PP.

-¿Pero para ustedes eso es colaborar con la inmigración ilegal?

-Nosotros hemos venido a trabajar por Valladolid y haremos lo que nuestro partido nos indique.

-Y si el partido lo ordena, ¿rompería el pacto de gobierno?

-Si el partido lo ordena, evidentemente romperíamos el pacto de Gobierno, porque nosotros no vamos a engañar a nuestros votantes. Nosotros vinimos a gobernar Valladolid con una serie de premisas y no vamos a engañar a nuestros votantes, algo que por ejemplo no ha hecho el PP, que ha estado negociando a espaldas de sus votantes los sillones de las instituciones básicas del Estado, el Consejo General de Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas...

-Con lo que cuesta llegar a un Gobierno autonómico, salir a los dos años por un desencuentro, por mucho que sea una línea roja, ¿cree que se entiende?

-Palpando la calle, la calle lo entiende. Porque Vox vino con unas líneas políticas claras. Queremos otra forma de hacer política.

-¿Cómo se explica que se rompa un pacto a dos kilómetros de aquí, en la Junta, y las mismas fuerzas se mantengan de acuerdo en el Ayuntamiento?

-Fundamentalmente por lo que ha dicho, porque las competencias en materia de migración son de la Junta de Castilla y León y no competen al municipio.

-Otro punto que está en conflicto en la gestión municipal es la zona de bajas emisiones.

-En aras a una normativa pactada por el PSOE y el PP en Europa, que se ha extrapolado a una norma estatal, las ciudades de más de 50.000 habitantes deben tener una zona de bajas emisiones. Nuestro acuerdo de gobierno fue reducir al máximo el impacto negativo de esa zona de bajas emisiones, partiendo de una premisa fundamental, que la calidad del aire de Valladolid es buena. El primer paso que dimos desde Vox fue empujar o arrastrar a que esa zona de bajas emisiones se redujera exponencialmente. De manera que esa reducción no nos privara de unos fondos europeos que recibió el Gobierno municipal anterior. Fondos europeos que estaban en torno a unos 3 millones de euros. Pero ahora la normativa estatal permite una serie de restricciones relativas y una serie de restricciones absolutas. Y el Tribunal de Justicia Europea y nuestro Tribunal Supremo, que se ha cargado de diferentes zonas de bajas emisiones, lo que exige es precisamente esa proporcionalidad. Y por lo tanto, entendemos que las restricciones no tienen por qué ser absolutas, sino que deben tener el mínimo impacto.

-Habla de empujar y arrastrar al socio de Gobierno, parece que el PP no estuviera muy por la labor. Ya se redujo de más de 3 kilómetros cuadrados a 1,1. Por debajo de eso se reduciría a las calles peatonales.

-Por debajo de eso no se puede hacer porque tendríamos que devolver los fondos europeos. Y nosotros partimos siempre de una posición de responsabilidad. Pero una vez determinada esa superficie, lo que queremos es que las restricciones sean proporcionales y no sean absolutas.

-¿Un ejemplo de proporcionales y no absolutas?

-Puede haber franjas de horarios, puede haber posibilidad de suspensión de la zona de bajas emisiones en determinados momentos, como pueden ser festividades locales o momentos medioambientales en los que exista una dana o una gran nevada, una serie de excepciones para los colectivos más vulnerables... Hay modelos de ciudad gobernadas por el PP que están utilizando una serie de medidas más laxas y que también son ciudades sello-misión, como puede ser Zaragoza, Valencia o Salamanca. O Vigo, ciudad gobernada por el PSOE, donde se han establecido tres anillos de zona de bajas emisiones de 900 metros cuadrados, no llega al kilómetro cuadrado, y no se va a sancionar.

-Le preguntaba al principio si la política era lo que esperaba. ¿Se ve en política más años?

-De esta aventura personal, lo que me gusta es la gestión. Gestionar para Valladolid, intentar hacer las cosas lo mejor posible, intentar mejorar nuestros servicios públicos, estar en contacto con lo que necesitan los ciudadanos. Es para lo que vinimos, para construir un Valladolid mejor.