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Usuarios de uno de los primeros parquímetros instalados en 1989 en Valladolid. El Norte
La ORA cumple 40 años en Valladolid: así ha crecido hasta alcanzar las 9.717 plazas

La ORA cumple 40 años en Valladolid: así ha crecido hasta alcanzar las 9.717 plazas

El estacionamiento regulado se implantó en el centro de la ciudad el 22 de octubre de 1984. Al principio, había que colocar tarjetas compradas en los estancos y no faltó la picaresca

Víctor Vela

Valladolid

Domingo, 5 de enero 2025, 08:08

«Es una medida audaz, pero imprescindible para aliviar el agobio del tráfico que sufre la ciudad». Lo decía Javier Puertas, entonces concejal de área, días antes de la entrada en vigor de una medida que cambiaría para siempre la movilidad en Valladolid. El lunes 22 de octubre de 1984 (se acaban de cumplir 40 años), la capital estrenaba la ORA, la zona azul, el pagar por aparcar en la calle. Al principio, en un perímetro limitado y acotado al centro urbano (buena parte de esas vías están hoy peatonalizadas). Había 1.740 plazas disponibles. Hoy, cuatro décadas después, la ORA se ha ampliado -de forma paulatina- a nuevas calles y barrios hasta alcanzar las 9.717 plazas. Y, además, el sistema se ha modernizado, con la posibilidad de pagos por un teléfono móvil que era impensable en 1984.

Aquel año, una de las grandes batallas se libraba contra la doble fila. El centro contaba, aproximadamente, con 1.495 huecos para aparcar. Pero la ocupación real, en horas punta, rozaba los 2.000 vehículos (un 33% más), según explicaron entonces el jefe de gabinete de Tráfico, Félix del Cura, y el ingeniero encargado de implantar la ORA, Rafael Segundo Lucas. Esto afectaba gravemente a la fluidez del tráfico. Y además, dificultaba el aparcamiento de los residentes y complicaba la gestiones rápidas en el centro, por las dificultades para encontrar un hueco donde dejar el vehículo.

El Ayuntamiento, pilotado entonces por Tomás Rodríguez Bolaños, apostó por el pago regulado y la ocupación temporal que ya existía en otras ciudades. La medida comenzó a funcionar el 22 de octubre de 1984. Se implantó en el perímetro que formaban Poniente, Rinconada, Vicente Moliner, Fuente Dorada, Ferrari, Duque de la Victoria, Montero Calvo, Panaderos, Divina Pastora, Dos de Mayo, General Ruiz, Muro, Colón, Acera de Recoletos, Zorrilla, María de Molina, Doctrinos e Isabel la Católica.

Anuncio publicado en El Norte el 22 de octubre de 1984, sobre la entrada en vigor de la ORA. El Norte

Para aparcar ahí era necesario un distintivo de residente (durante los seis primeros meses se repartieron 984 y daban permiso para aparcar sin limitación de tiempo) o bien adquirir una tarjeta de rotación. No existían entonces los parquímetros. Durante esa primera etapa de la ORA, había que comprar unas tarjetas de estacionamiento que se vendían en los estancos. Las había de tres tipos. La que tenía validez para media hora (de color verde) costaba 30 pesetas (18 céntimos de euros). La de una hora (azul), 60. La de hora y media (azul), 90 pesetas.

Estas fichas había que cancelarlas por perforación, «nunca por tachadura, determinando la fecha y la hora de llegada», según informaban las autoridades, que se encontraron con algunos casos de picaresca (personas que pegaban con cinta adhesiva la tarjeta por detrás para volverla a utilizar).

El control lo llevaban al principio 25 agentes de la Policía Municipal, pese a las críticas de los mandos por el exceso de trabajo que eso suponía. Debían estar ojo avizor mientras el tiempo en el que la limitación estaba en vigor (de 8:30 a 20:30 horas, de lunes a viernes y de 8:30 a 14:30 horas los sábado). Y vigilar no solo que el vehículo contaba con tarjeta, sino que, además había que comprobar que, una vez agotado el tiempo, el coche se había retirado o se había estacionado, al menos, a 250 metros de distancia. Las multas eran de 2.000 pesetas (12 euros).

Comparativa de los efectos de la ORA el primer día de su aplicación. Luis Laforga-El Norte

El Norte de Castilla publicó al día siguiente de la entrada en vigor de la ORA dos fotografías de Luis Laforga. Una del sábado anterior, en una calle llena de coches. Otra del lunes, ya con la línea azul, con menos vehículos aparcados. El centro de Valladolid, decía la crónica del periódico, se había convertido «en un paraíso a la hora de buscar aparcamiento para cualquier tipo de gestión que no rebase la hora y media de tiempo». Y el periodista se sorprendía de ver espacios vacíos en Duque de la Victoria o Miguel Íscar. «Lo que no fue tan fácil fue encontrar hueco en zonas próximas», al tiempo que se registraron «embotellamientos en el entorno».

La medida encontró partidarios y detractores. Bares y cafeterías se quejaban de la pérdida de clientes. El presidente de la Cámara de Comercio, Félix Rodríguez Massa, se reunía con el alcalde, Tomás Rodríguez Bolaños, para transmitirle que aunque consideraban la medida como «acertada», se temían las repercusiones que pudiera tener en el comercio, «con una reducción ostensible de compradores y usuarios». El grupo popular, que al día siguiente de la entrada en vigor de la ORA pidió que se suspendiera «por tiempo indefinido», en el pleno de noviembre reclamó tarjetas especiales para vehículos comerciales y que hubiera un periodo libre al mediodía, de 13:30 a 16:30 horas.

El debate se trasladó también a las páginas de El Norte. Los lectores comprobaron que el tema bullía en las 'Cartas al director'. «La gente huye de la ORA. El alcalde solo quiere dinero», escribía Manuel Sánchez el 10 de noviembre de 1984. «Muchos hacemos un uso egoísta del coche, sin pensar en aquellos que para su trabajo les es imprescindible utilizarlo y les es imposible encontrar una plaza donde aparcar», decía una misiva firmada por M. F. B.

A los seis meses, el Ayuntamiento hacía balance. Celebraba el alto nivel de cumplimiento. Cada día, aparcaban cerca de 8.500 vehículos. El porcentaje de infracciones era del 3,52%, «por debajo del de otras ciudades». Como ejemplo, ponían Granada, con el 6%. Y destacaban algunas curiosidades. Como la de aquellos conductores «que siguen considerando que la zona azul solo es la comprendida entre la raya y el bordillo, por lo que estacionan su vehículo en doble fila porque así ingenuamente creen eludir el abono de la limitación del estacionamiento».

El porcentaje de ocupación durante esos primeros meses rondó el 71,2%, con más espacios libres en torno a Santa Ana y Poniente y altísimo uso en la plaza de España o Miguel Íscar. Los estancos despacharon durante los tres primeros días de la ORA en vigor 90.000 tarjetas. En el primer semestre habían vendido 178.897 de media hora, 74.400 de una hora, 36.300 de hora y media. «Un autobús tarda ahora cinco minutos menos en recorrer el trayecto desde la plaza José Mosquera (en 1985 pasó a llamarse Caño Argales) y Poniente. Se han evitado atascos, ruidos», decía el concejal Puertas. Ya no había marcha atrás, la ORA había llegado para quedarse… y para ampliar su territorio en la ciudad.

Primera ampliación

La primera ampliación llegó el 25 de mayo de 1987, con la incorporación de 670 nuevas plazas en el primer tramo del paseo de Zorrilla (hasta la calle Juan de Juni), la zona de la plaza del Val (con San Benito, Francisco Zarandona o Sandoval), un tramo de Nicolás Salmerón y el entorno de Mantería (calle que comenzaba entonces las obras para su peatonalización). Para controlar esta nueva zona se destinó a cinco agentes más de la Policía Local.

Anuncio publicado el 11 de mayo de 1987 sobre la ampliación de la ORA. El Norte

Durante estos primeros años, la aplicación de la ORA se suspendía durante el mes de agosto. En 1989, la creciente peatonalización del centro provocó la pérdida de 180 plazas de aparcamiento, por lo que la ciudad contaba con 2.230 huecos cuando el 6 de noviembre de 1989 Dornier firmó el primer contrato para la explotación del servicio.

Parquímetros y descanso al mediodía

Esta externalización vino acompañada de varias novedades. Las más importantes fueron por un lado la interrupción de la vigencia de la ORA a mediodía (de 14:00 a 16:30 horas), la presencia en la calle de los controladores y por otro, la implantación de 105 parquímetros, que sustituían a las tarjetas de los estancos y permitían sacar tiques por fracciones de cinco minutos, con mínimo de 25 (y no de media hora, como hasta entonces). Podía hacerse con monedas o bien con una tarjeta (que permitía acumular hasta mil pesetas, seis euros). Poco después llegaría la ampliación del tiempo en el que se podía aparcar (pasaría de hora y media a dos horas). Y se aplicarían nuevas tarifas. La primera hora costaría una peseta por minuto. La segunda hora pasaría a costar 2,33 por minuto, con el objetivo de conseguir una «mayor rotación».

Uno de los primeros parquímetros instalados en la ciudad. El Norte

La implantación de los parquímetros mejoraba además la información estadística, para conocer cómo los vallisoletanos usaban la ORA. Así, la máquina que expedía más tiques era la situada en la Acera de Recoletos, seguida de la ubicada en la calle Muro. Le seguían en ajetreo las de Veinte de Febrero, General Ruiz y Doctrinos. Los menos usados eran los parquímetros de Francisco Zarandona, Vega y Labradores. Los primeros días se constató un incremento de infracciones que se atribuyó al desconocimiento inicial por el uso de estas nuevas máquinas. Pero el mismo parquímetro permitiría (a partir de enero 1990) también pagar la multa y obtener un 10% de descuento sobre la sanción.

Gran salto de 2.230 a 3.725 plazas

El lunes 5 agosto de 1991, la ORA vivía un momento clave con su extensión «a todo el centro de la ciudad». La zona azul incorporaba 68 calles más y pasaba de 2.230 a 3.725 plazas (el 67% más). Esto implicaba también la instalación de más parquímetros (uno por cada 25 plazas, aproximadamente).

La ampliación se resumía en tres nuevas zonas, que se sumaban a las cinco en las que se había dividido hasta entonces el estacionamiento regulado.

La zona 6 (con 290 plazas) implicaba a las calles Estación (números 1 a 41), Ferrocarril, Independencia, García Valladolid, Loza, Nogal y Panaderos (entre Nicolás Salmerón y Estación). La zona 7 (560 plazas) estaba formada, entre otras, por Alonso Pesquera, Fidel Recio, Santuario, Simón Aranda, Regalado, Fray Luis de León, Núñez de Arce, Santa Cruz, Librería, plaza de la Universidad, Cánovas del Castillo y López Gómez. La zona 8 (la más numerosa, con 629 plazas) implicaba a Portugalete, Echegaray, Bajada y plaza de la Libertad, Cantarranas, Leopoldo Cano, plaza del Rosarillo, Conde de Ribadeo, Felipe II, León, plaza de San Miguel, San Blas, Doctor Cazalla, General Almirante, Macías Picavea o la plaza de los Arces.

Años sin movimientos hasta 2002

La ORA permaneció durante más de una década inalterada, sin la ampliación de zonas ni la incorporación de nuevas calles. Hasta que en enero de 2002, con la firma del segundo contrato de Dornier, se llevó a cabo la mayor ampliación histórica, con 2.721 plazas que entrarían en vigor el 2 de mayo. Eso sí, no todas fueron para la zona azul. Aquí, se pasaba de 3.725 a 5.600 plazas, con la incorporación de 55 calles en los barrios de Circular, San Juan y en Puente Colgante (de Recondo al Paseo de Zorrilla).

Plano publicado en El Norte de Castilla con la ampliación de 2002. El Norte

En este 2002, llas máquinas expendedoras se tuvieron que adaptar a la llegada del euro, con una reprogramación informática que costó 70.000 pesetas (420,7 euros) por equipo.

Pero, además, se estrenaban los aparcamientos disuasorios, que sumaban 846 plazas en la Feria de Muestras (526), Las Moreras (74) y Usos Múltiples (246).

Esta fórmula de los aparcamientos disuasorios se amplió en noviembre de 2004 con 200 plazas más al incorporar el de la plaza de la India.

En 2005, en el entorno del Clínico

En julio de 2005 se anunció una nueva ampliación (entró en vigor el 29 de septiembre) de 1.212 en la zona azul con 28 calles hacia el norte, desde San Quirce hasta la plaza de San Nicolás y al este, desde Ramón y Cajal hasta Real de Burgos y la calle Huelgas. Aquí se incluyen vías como Imperial, Torrecilla, Padilla, Chancillería o Sanz y Forés. El incremento total, sin embargo, no fue tan acusado, ya que las peatonalizaciones y ensanchamiento de aceras había recortado huecos para aparcar en otras vías. Así, la suma total de plazas reguladas fue de 500 más, incluidas ese disuasorio en la plaza de la India y la puesta en marcha de la primera zona naranja en la calle Sandoval, en horario de mañana, y de la zona exclusiva para residentes (línea verde) en Colmenares, Mantilla, Marina Escobar y parte de Perú.

Ampliación hacia el sur desde 2009

Los primeros parquímetros de la calle Toreros, en marzo de 2009. Stephanie Lehmann

El lunes 16 de marzo de 2009, la ORA incorporaba 40 calles más al estacionamiento regulado, con la ampliación de varias de las zonas existentes. La 5 y 6 se anexionaban 749 plazas en las calles de Vadillos, San Juan y Circular, como Padre Claret, Niña Guapa, Renedo, Verbena, Santa Lucía o Doctor Moreno. La zona 9 se ampliaba con 397 huecos en tramos de Gabilondo y Toreros, Domingo Martínez, Norte y Peral. Y la zona 3 crecía con 699 plazas más al adherirse Magallanes, Reyes Católicos, Pizarro, Hernández Cortés, Vasco de Balboa, Capuchinos o Francisco Suárez (de Hospital Militar a Tres Amigos). En ese momento, la capital contaba ya con 8.367 plazas reguladas. De ellas, 7.095 por la zona azul y el resto, en aparcamientos disuasorios o zonas exclusivas para residentes (que incorporaban Marina Escobar).

Llegada de la ORA al Cuatro de Marzo en 2011. Gabriel Villamil

El 24 de enero de 2011, la ORA alcanzaba el Cuatro de Marzo, en el entorno de El Corte Inglés de Zorrilla, con 672 nuevas plazas que afectaban a este barrio y también a Juan de Austria, Estadio y Ultramar. En este año, la tarifa era de 0,65 euros por la primera hora y 1,55 por la segunda. Además, se sumaron nuevas plazas de residentes en el paseo del Cid, Reyes Católicos y Valdivia.

A finales de 2016, con la reapertura del mercado del Val, el Ayuntamiento cambia la regulación azul de las calles del entorno por una zona naranja con un tiempo máximo de estacionamiento de una hora.

La llegada de Telpark, en 2017

En enero de 2017, el Consistorio firma el tercer contrato con Dornier. Entre otras novedades, se incorpora el aparcamiento para autocaravanas en la Feria de Valladolid y se pone en marcha la aplicación Telpark, que permite desde el 6 de marzo de ese año el pago a través del teléfono móvil. Durante el primer mes, supusieron el 9,6% de todas las operaciones. Hoy son más del 60%. Además, se colocaron los nuevos parquímetros (grises, que sustituían a los de color verde) en los que hay que introducir la matrícula del vehículo.

Renovación de los parquímetros de la ORA, en abril de 2017. Alberto Mingueza

En julio de 2019 una nueva ampliación se acercó a calles como Cistérniga, Juan Bravo Veinte Metros, Industrias, Silió o Casasola (en el entorno de Vadillos). Y también a Seminario y paseo del Renacimiento (con la ampliación de la zona 2). Además, se ponía en marcha el aparcamiento disuasorio de la calle de la Vía y los residentes podían aparcar también en Las Moreras. La última gran extensión de la ORA tuvo lugar el 1 febrero de 2023, con más calles de Cuatro de Marzo y la colonización de La Farola (con vías como la plaza del Ejército y el Camino de la Esperanza).

En la actualidad, según los datos actualizados a diciembre de 2024 (cuarenta años después de su implantación), Valladolid cuenta con 9.717 plazas de aparcamiento regulado. De ellas, 7.408 rigen por la zona azul. Hay 1.242 plazas de aparcamientos disuasorios urbanos y para residentes (Adures), 387 que son disuasorios puros (387), 584 en zonas exclusivas para residentes, 64 de zona naranja (máximo una hora) y 33 de autocaravanas.

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