El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, sigue las intervenciones del pleno en el que él fue el protagonista. Alberto Mingueza
Valladolid

La oposición afea el doble cargo de Carnero y el Gobierno local les pide que «superen el duelo»

Herrero considera que el alcalde es «mayorista, pero no limpia pescado» y el PP le contesta que él le cuesta a la ciudad «800 euros diarios por soltar exabruptos»

J. Asua

Valladolid

Viernes, 5 de julio 2024, 14:26

Hubo leña para los dos. Para Carnero, al que la oposición afeó su doble cargo de alcalde y senador, que le impide, aseguran, ejercer en condiciones sus responsabilidades, «porque lo único que le interesa es servirse de Valladolid» para su propio interés. Y también para ... Pedro Herrero, portavoz del PSOE, al que acusaron de «envenenar a tiempo completo» la política municipal con «mentiras» y de «no superar el duelo» tras haber sido desalojados del gobierno de la ciudad. El pleno extraordinario celebrado este viernes a petición de los socialistas para reclamar al regidor una dedicación exclusiva a la gestión de la ciudad se ha saldado con reproches cruzados, bastantes alusiones al ministro Óscar Puente y la confirmación de que la ruptura entre el Ejecutivo local y las formaciones que lo controlan es total.

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La sesión comenzaba poco después de las 8:15 horas con la intervención del grupo proponente. Pedro Herrero tiraba de números para intentar acreditar que a Carnero lo de ser alcalde «no le interesa». Así, repasó la trayectoria laboral del regidor en los 380 días que lleva con el bastón de mando para subrayar, siempre según sus datos, que el primer edil ha tenido en este tiempo 83 días sin agenda, 103 mañanas libres y otras 227 tardes sin tarea. Únicamente dos días a la semana mantiene una dedicación exclusiva al Consistorio, dijo. «Se está riendo de todas las personas trabajadoras y de los vecinos de Valladolid; por mucho que añada que su conciencia está tranquila es usted un auténtico privilegiado, se ha montado aquí un auténtico chollo», le espetó.

Para Herrero, Jesús Julio Carnero tiene «puesto en el despacho el cartel de 'no molestar', con un alcalde B, sueldos más altos para sus asesores y un chófer que se ha traído de fuera porque los del Ayuntamiento no le valen». Mientras, añadió, la gestión está «al ralentí y hecha unos zorros», el máximo responsable municipal «se expone muy poquito» y lo único que hace es «propaganda». Y de ahí viajó el socialista hasta la madrileña calle Bailén, en la que su ubica el Senado, para censurar lo que, a su juicio, allí hace el alcalde. «En once meses solo tres preguntas sobre Valladolid y el soterramiento; de las seis mociones en la Comisión de Transportes y Movilidad Sostenible ninguna ni siquiera sobre Valladolid», apuntaba Herrero. Esto, acotó el socialista, con una retribución de 100.000 euros en la Cámara Alta más los 14.000 que cobra por las indemnizaciones de asistencia a las sesiones plenarias municipales. «Usted es mayorista, como el de la serie 'La que se avecina', y tampoco limpia pescado», le dijo para criticar su «falta de compromiso» con la capital.

«800 euros al día por exabruptos»

Le dio la réplica en el PP, su portavoz y concejala de Turismo, Blanca Jiménez, quien acusó al del PSOE de practicar el «infantilismo político y la pataleta» con la presentación de este tipo de propuestas, además de considerar que Herrero hace gala de un estilo «macarra» y recordarle que su formación ganó al PSOE en las elecciones municipales, generales y europeas, «porque a ustedes no les quieren». La edil sacó sus propios datos para subrayar que, según la agenda de Herrero, en febrero trabajó solo ocho días, en abril lo hizo doce y en mayo uno más. «Los vallisoletanos tienen que saber que usted le cuesta a la ciudad 800 euros al día por soltar exabruptos», abundó. La edil tiró con bala y le afeó que durante el tiempo que estuvo al cargo de la Concejalía de Hacienda lo hizo también «a tiempo parcial», porque preparaba además su tesis doctoral con la anuencia de su jefe, Óscar Puente. «Asuma que está aquí por descarte», le aconsejó al tiempo que cifró en 490.000 el ahorro para las arcas municipales por la decisión del suyo de optar por el sueldo nacional.

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Los populares hicieron hicapié en la sentencia que confirmó que los cargos se senador y alcalde son compatibles tras la presentación de una demanda por parte del PSOE municipal. Y subrayaron que Carnero ocupe un puesto en el Senado «es esencial» para defender los intereses de la ciudad y la provincia. Jiménez recordó que Óscar Puente compaginó la Alcaldía con su cargo en la Ejecutiva federal del PSOE y más tarde con la Secretaría Provincial. Puestos de partido, insistió. También comparó los actos a los que acudieron ambos en su primer año de mandato: «1.054 actividades de Puente frente a 1.062 de Carnero». La concejala acotó que en este momento en el Senado hay 49 alcaldes y que el PSOE tiene 11 senadores y seis diputados que lo compaginan con el cargo de regidor. No se olvidó de apuntar que Bolaños, Paco Vázquez, Belloch o Emiliano García-Page también compatibilizaron la gestión municipal al frente de sus ciudades con cargos en las cámaras nacionales.

Como era de esperar, la primera teniente de alcalde y concejala de Cultura, Irene Carvajal, avaló la presencia de Carnero en el Senado «para hacer valer allí lo que Puente niega a los vallisoletanos»: el soterramiento. Y sacó la política de Vox, quien apuntó que el exalcalde y ahora ministro «se iba a jugar al golf en sus mañanas laborables», el caso de Hospitalet de Llobregat, al que el Gobierno de Sánchez va a financiar íntegramente una operación de entierro de vías con mil millones de euros. Carvajal le censuró a Herrero su falta de apoyo a esta gran obra de sutura urbana y rememoró «el clamor en su contra» en el Pleno que se dedicó a debatir sobre el proyecto y en el que el PSOE se desmarcó del asunto. La edil le propuso que se postule como sustituto de Tudanca al frente del partido en Castilla y León «para descanso de los vallisolletanos».

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Desde Toma la Palabra los argumentos de censura al doble cargo de Carnero fueron muy similares. Para Rocío Anguita, este desdoble de funciones le lleva a dar «palos de ciego» en la gestión municipal practicando, a su juicio, una «perversión de la democracia» al delegar en Indalecio Escudero, para la oposición el denominado alcalde B, la coordinación de las áreas. «Aunque sea legal es un fraude democrático», consideró la portavoz. Anguita también arremetió contra la que considera una actitud de desidia por parte del primer edil. «Usted no se lo sabe, no patea las calles, no deja que los vecinos le interpelen...», le dijo.

Cerró la sesión el protagonista de la misma. El alcalde abría el micrófono para exponer que compaginar ambos cargos es una cuestión de «sentido común» cuando se trata de una cámara de representación regional y local y reiteró que él se dedica «en cuerpo y alma» a defender los intereses de Valladolid. El primer edil sacó también el caso del soterramiento de Hospitalet al tiempo que lamentó que el Gobierno transfiera a Cataluña otros 15.000 millones de euros y se niegue la operación de transformación urbana a Valladolid.

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