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Un hombre se pone en pie para orar durante un culto evangelista Pentecostal en la iglesia. Alberto Mingueza
Valladolid reunirá por primera vez a sus once religiones para facilitar la convivencia

Valladolid reunirá por primera vez a sus once religiones para facilitar la convivencia

El Ayuntamiento organiza un encuentro este jueves para abordar por primera vez la pluralidad religiosa y buscar soluciones al desarrollo de sus derechos

Berta Pontes

Valladolid

Martes, 1 de marzo 2022, 19:44

El Ayuntamiento de Valladolid reunirá este jueves a los representantes de las once confesiones religiosas oficiales de la ciudad para abordar la diversidad existente en sus calles, evidenciar las exclusiones y solucionarlas a través del acomodo razonable. Este concepto consiste en proporcionar a los ciudadanos las facilidades necesarias para acceder al ejercicio de sus derechos religiosos en cualquier ámbito. Así, los fieles de las diferentes religiones podrán, por ejemplo, enterrar a sus muertos según sus ritos fúnebres o recibir en los albergues comida adaptada a sus creencias. En estos momentos, esas religiones oficiales, es decir, las que constan en el registro del Ministerio de Justicia, son once: evangelistas, cristianos, musulmanes, budistas Kadampa Lamrim, budistas Dojo Zen, bahá'ís, ortodoxos, gnósticos, mormones, rosacruces y testigos de Jehová.

Tal diversidad religiosa pone de manifiesto que «Valladolid es plural», tal y como destaca Carmen Jiménez, concejala de Convivencia y Mediación Comunitaria. «Lo fundamental es no relacionar el tema de la inmigración con la religión y conocer cada una de ellas culturalmente; para nosotros es un reto reunir a todas las religiones porque nunca antes se ha hecho», concreta. Opinión que comparte con Elbekkai Grioui, presidente de la Comunidad Musulmana Al Anwar, quien explica que «la mezquita está abierta a todos los vallisoletanos». Para este musulmán afincado en Valladolid es «necesario» que se conozca la diversidad religiosa de la ciudad para que «desaparezcan los prejuicios, para que la gente no tenga miedo y no nos aísle».

Prejuicios que, en la mayoría de los casos, vienen dados por el desconocimiento de las prácticas que cada fe lleva a cabo. Por ello, se ha creado el Plan de Convivencia Ciudadana Intercultural, a través del cual se ofrece la libertad de expresar y manifestar las creencias religiosas que conviven en Valladolid tanto en el ámbito público como en el privado. Entre sus objetivos destaca «trabajar la concienciación en los barrios de la ciudad, donde mayor presencia existe de la multiculturalidad religiosa». Barrios como Pajarillos, Rondilla o Delicias son los que más confesiones reúnen y en sus calles conviven católicos, evangelistas, ortodoxos y musulmanes, entre otros.

En Pajarillos altos, cada martes, la explanada frente a la iglesia evangelista Pentecostal de la calle Santa María de la Cabeza se llena de coches a medida que se acercan las siete de la tarde. De ellos bajan familias completas dispuestas a acudir a un culto en el que la música inunda cada rincón de la blanca iglesia y los allí presentes se deshacen en alabanzas. «Es nuestra forma de celebrar que adoramos al Señor y le agradecemos lo bueno», explica.

Convivencia «amable»

Otro de los distritos vallisoletanos que mayor multiculturalidad recoge y en el que más confesiones religiosas conviven es Rondilla. Allí, «no existe la discriminación y el nivel de las relaciones entre las fes es muy bueno», según explica Carmen Quintero, vicepresidenta de la Asociación Vecinal Rondilla. «Somos muchos y cada uno tiene sus creencias, pero eso no interfiere en nuestras vidas ni en el avance del barrio para ser más plural y receptivo con todo el mundo».

Pero para Carmen, lo más importante es lo «bien integrados que están en el barrio», algo que se debe, en parte, a la evolución de la multiculturalidad en la ciudad. «Ha sido muy positivo que llegue gente de otros países con sus creencias y tradiciones porque nos enriquece a todos». Además, destaca la inexistencia de disputas entre las diferentes confesiones religiosas porque «cada grupo hace su vida sin meterse con los demás, por lo que la convivencia es amena y amable».

Para que esta idea pueda ser llevada a la práctica, los miembros de las diferentes comunidades religiosas cuentan en Valladolid con el apoyo de la Red Íncola. A través de este colectivo, Silvia Arribas, responsable del Espacio Interreligioso, asegura que la convivencia entre ellas es «normal, aunque las personas llevan su creencia consigo y muchas veces no las expresan por miedo al rechazo». De su trabajo concluye que «no se puede separar una persona de lo que cree porque se le quita una parte a ese ser». Para ella, el desconocimiento de las creencias religiosas existentes es «generalizado» y cree que «el acompañamiento es necesario para evitar las diferencias culturales y conseguir una total comprensión e integración de estas en la sociedad, así como evitar prejuicios educando en diversidad desde pequeños».

Con las puertas abiertas

Para evitar «caer en suspicacias» y conseguir la total integración de su comunidad, Raúl Fernández, miembro de la iglesia evangelista Pentecostal Filadeldia explica que «puede venir todo el que quiera, no echamos a nadie y las puertas de nuestra iglesia siempre están abiertas». En el templo, el blanco de las paredes predomina y deja como protagonistas a los fieles y a una enorme cruz que preside el altar. En su opinión, la fe consiste en «dejarse guiar por la palabra de Dios para tener validez como humanos». Esta iglesia Pentecostal está incluída en los evangelistas, que también cuentan en Valladolid con representación de los Bautistas y de los Anglicanos.

Con una base común, la palabra de Dios, estas tres ramas invitan a todos los ciudadanos a unirse a sus cultos. Los Bautistas, según explica el pastor,Samuel Torres, con cerca de 120 miembros en la ciudad de veinte nacionalidades diferentes, basan su fe en «ayudar a las personas y vivir en paz con la comunidad». Por su parte, los anglicanos en Valladolid son poco más de una treintena y viven su fe en una convivencia «amable y cordial» con las demás religiones, precisa la presbítera Laura Esmeralda Rodríguez.

Con las siempre puertas abiertas está también la mezquita de la calle Olmedo. Repleta de alfombras para proteger los pies descalzos de los fieles recibe «a todo aquel que desee entrar». Elbekkai Grioui asegura que el islam en Valladolid se vive de forman «normal». Ahora, con la construcción de una nueva mezquita en la calle Celtas Cortos, confía en que la comunidad musulmana, que cuenta con más de 3.000 miembros en la capital, tenga un templo «digno» al que acudir y del que estar «orgullosos», además de poder invitar a los vecinos del barrio a descubrir su forma de vivir la fe y cóm ose refleja en su día a día.

La que sí cuenta con lugares de reunión en los que se sienten «a gusto para dejar la mente en blanco» es la comunidad budista de Valladolid. Dividida en dos ramas, Dojo Zen y Kadampa Lamrim, sus representantes, Adolfo Argüello y Kadam Natalia, respectivamente, coinciden en que «el budismo es para todos y no interfiere con otras confesiones religiosas».

Para conseguir la integración de estos espacios religiosos en la sociedad, la reunión de los representantes de las diferentes confesiones tendrá entre sus objetivos generar una estructura estable para que presenten sus necesidades y se pueda realizar una normativa municipal acorde a las peticiones de cada grupo.

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