Paco Martínez, este viernes, en la barra de su restaurante. En el círculo, su pupila Elena Martín Unibaso. Carlos Espeso/ E. M.

Valladolid

El Olimpismo español rendirá tributo en París a su cocinero: 'Paco Criolla'

Francisco Martínez dará el relevo en los fogones a la vallisoletana Elena Martín Unibaso en los próximos Juegos que se celebrarán este verano en la capital de Francia

J. Asua

Valladolid

Sábado, 27 de abril 2024, 00:09

Espera Francisco Martínez, 'Paco, La Criolla', que en estos próximos Juegos de París le dé tiempo a ver alguna competición en vivo. Desde que en 1996 se estrenó como cocinero del Comité Olímpico Español en aquella cita de Atlanta lo de sentarse en una grada ... para seguir un partido o ver volar a los atletas de los 100 metros lisos ha estado complicado. «Dar de cenar cada día a seiscientas personas es difícil, no te deja mucho espacio libre», asegura el chef vallisoletano.

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El restaurador viajará en julio a la capital francesa en la que será su despedida de una misión de altura, que le ha llevado también a Sidney, Atenas, Pekín, Londres y Río de Janeiro (en Tokio se suspendió el despliegue a causa de la pandemia).

Allí dará el relevo en los fogones a la que ha sido su pupila y que le ha acompañado desde las Olimpiadas celebradas en China, la vallisoletana Elena Martín Unibaso, y recibirá, además, el homenaje del deporte español por tantos años de dedicación para llevar los sabores patrios a todos los rincones del mundo con el equipo nacional.

Esa idea de crear la Casa de España en cada sede olímpica se le ocurrió a él hace casi tres décadas. «Se lo comenté al que entonces era secretario de Estado, Rafael Cortés Elvira, y le pareció cojonuda; luego ganó el PP y su sucesor, Pedro Antonio Martín Marín, la puso en marcha», rememora Martínez.

Desde esa primera experiencia en Estados Unidos, Paco se consolidó como el cocinero oficial del deporte en su cita cumbre. «Para mí ha sido un honor, todo un privilegio, porque trabajar con deportistas es una maravilla, son gente muy agradecida y muy educada», subraya este profesional, que se acaba de jubilar a los 71 años y que esta semana ha recibido la llamada de Alejandro Blanco, presidente del COE y casi paisano, para anunciarle el tributo que se le está preparando. «La verdad es que me ha encantado y me emociona», asegura.

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Jamones, estrellas y noviazgo

Recuperado del ictus que sufrió y que le obliga a moverse en silla de ruedas cuando tiene que cubrir desplazamientos largos –«si me pongo, todavía puedo cocinar de pie», acota–, este chef ha sido el responsable de gestionar una compleja logística culinaria en seis Juegos Olímpicos para que esas citas deportivas supieran a España. Aún recuerda la intervención de urgencia de la Embajada cuando «veintipico» jamones se quedaron intervenidos en el aeropuerto de Atlanta o las decenas de estrellas de diferentes disciplinas a las que ha servido sus menús. Nadal, Indurain, Olano... La lista es interminable y las anécdotas también. «En Atlanta precisamente yo presenté a Iñaki Urdangarín a la Infanta Cristina», asegura.

Su labor en estos eventos se ha basado en atender principalmente a directivos de las diferentes federaciones e invitados de la delegación española –Casa Real, Presidencia del Gobierno...–, así como a los equipos de deportistas que celebraban la consecución de una medalla. Para ello el trabajo comienza con mucha antelación. Su equipo, formado por cinco personas, organiza los menús y la despensa necesaria para llevar al punto de destino y allí se contrata personal de apoyo, además de comprar otras viandas que puedan calzar con la gastronomía mediterránea. «Mientras haya buena carne y buen pescado no hay ningún problema», dice el cocinero.

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Paco deja la misión olímpica en buenas manos. Y es que Elena Martín Unibaso es ya toda una experta en este despliegue culinario-deportivo. «He tenido un buen maestro; la verdad es que lo afronto tranquila y con mucha ilusión, porque va a estar él y ya tenemos experiencia; en estos Juegos de París la Casa de España va a ser enorme, se va ubicar en una residencia de estudiantes con cien habitaciones», explica esta profesional, propietaria del bar La flor de la Canela. Será la última vez que compartan fogones en unas Olimpiadas, aunque la huella de Paco Martínez perdurará siempre. Él ha sido el responsable de que el deporte español coma como en casa, aunque se la juegue en la otra punta del mundo.

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