La oficina del Arzobispado contra los abusos alcanza el año y medio de vida sin denuncias

«Ha habido personas que se han dirigido a nosotros para consultarnos. Pero después no ha habido manera de profundizar o no han continuado», resume el portavoz de esta oficina, abierta el 20 de mayo de 2020 en cumplimiento de la orden del Papa Francisco recogida en su documento 'Vos estis lux mundi' (de 2019).

En esta oficina admiten que de esta carencia de denuncias no puede deducirse la inexistencia o el fin de los casos de abuso a menores en el seno de la Iglesia católica en Valladolid. «Ojalá pudiéramos decirlo así -valora Rodríguez Marcos-. Pero la amenaza sigue y está ahí latente». Aunque sus gestores también siguen la actualidad judicial de la ciudad y nos les consta que se haya tramitado ningún caso de forma directa por esta vía.

La Archidiócesis designó para un periodo de tres años a una comisión integrada por el juez y ex presidente de la Audiencia Provincial de Valladolid, Feliciano Trebolle; el abogado y secretario de la Asociación Castellano y Leonesa para la Defensa de la Infancia y Juventud (REA), Antonio Rodríguez; el psicólogo y terapeuta Diego Velicia; la docente del proyecto Aprendamos a Amar del Instituto Desarrollo y Persona de la Universidad Francisco de Vitoria, Mónica Campos, y el sacerdote experto en Teología Moral, Roberto Pérez Briso-Montiano.

Además habilitó un correo electrónico sava@archivalladolid.org, para quienes desearan comunicarse con esta oficina. El resto de obispados de la región (también del resto de España) ofrecen un sistema de atención similar.

Su objetivo era «ser un cauce para el reconocimiento, el amparo, la protección, la ayuda a las víctimas y la prevención de este tipo de abusos», según explicaron en su presentación. Su labor estaría centrada en la recepción de información sobre actos relacionados con posibles abusos sexuales realizados por clérigos, miembros de institutos de vida consagrada o sociedades de vida apostólica para que «sea tratada en tiempo y forma de acuerdo con la disciplina civil y canónica».

También se comprometían a la «orientación jurídica y procesal» y el «acompañamiento terapéutico y espiritual». Por último, entre sus labores se estableció el desarrollo de «acciones formativas o de sensibilización encaminadas a hacer de la Iglesia un lugar acogedor, sano, sanante y seguro para todos y, especialmente, para los menores y las personas vulnerables».

Esta última labor tampoco ha registrado actividad. «Es una segunda fase de la que estamos a la expectativa para que el arzobispado nos indique cuándo empezar», explicó el portavoz Rodríguez Marcos.

El obispo auxiliar de Valladolid y portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, insistió el 19 de noviembre, tras el último pleno de la cúpula eclesial española, que «no vamos a hacer investigaciones sociológicas o estadísticas» y que hay que «mirar hacia adelante». También afirmó que la Iglesia «está dispuesta a abrir expedientes a cada caso y en cada diócesis», para zanjar la demanda de causas generales que han sacudido a otras Iglesias como la francesa o la de Estados Unidos.