Ocho de las 55 parcelas dotacionales que el Ayuntamiento de Valladolid ofrece a empresas y asociaciones dentro de su programa Constelación, con el que se busca dar vida a suelos públicos ociosos y promover la actividad económica,ya tienen un proyecto en marcha. El ... concejal de Planificación Urbanística, Manuel Saravia, dio a conocer ayer estas iniciativas entre las que destacan la promoción de viviendas colaborativas o tuteladas con servicios comunes para personas mayores, una fórmula alternativa a las residencias de ancianos clásicas, que está cobrando cada vez mayor protagonismo en España y en el mundo.
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En concreto, cuatro terrenos acogerán este tipo de comunidades para veteranos. Se sitúan en Girón, Huerta del Rey, Viveros y Villa de Prado. Además, en Villas Norte se ha admitido a trámite un negocio educativo integral impulsado por Sirga, mientras que en la zona de Zambrana se desarrollará un centro deportivo con residencia de estudiantes. También se promueve otro alojamiento para alumnos universitarios en Viveros y en Canterac se levantará una escuela internacional de circo.
Las ocho iniciativas deberán pasar todavía un filtro. La ley obliga a que la adjudicación de la cesión por un periodo de 75 años salga a concurso público. Según los datos facilitados, estos proyectos moverán un importante montante económico –cerca de 20 millones de euros– y sacarán del barbecho urbanístico cerca de cuatro hectáreas de terreno. Saravia, quien destacó que el programa está vivo y se pueden seguir presentando proyectos para las piezas vacantes, desgranó los criterios que su área valora para dar el visto bueno a las ofertas.
El número de puestos de trabajo creados y mantenidos en el tiempo, con preferencia para desempleados de larga duración o personas en riesgo de exclusión social, el importe de la inversión, la viabilidad económica y el grado de innovación tecnológica, social y medioambiental son los aspectos que mandan a la hora de tomar la decisión por parte de los técnicos de la concejalía.
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Al ser terrenos dotacionales no caben en este plan ni los usos industriales ni los de vivienda libre o de protección, según acotaron Saravia y el director de Planeamiento del Ayuntamiento, Jesús Llorente.
alladolid. Antes de ofertar de manera abierta las parcelas dotacionales, el Ayuntamiento trasladó a la Junta de Castilla y León el listado para conocer si estaba interesada en algún suelo. Es un trámite obligado por ley. Pues bien, la Consejería de Sanidad comunicó su intención de quedarse con dos piezas.
Son solo reservas, según matizan en el departamento que gestiona Verónica Casado, al tiempo que subrayan que no se prevé obra a corto o medio plazo. Se trata de la número 8, ubicada en la calle Santa María de la Vid, en el barrio de Villa de Prado (3.148 metros cuadrados), y la 40, con casi 10.400 metros cuadrados en la calle Dulzaina, junto al Hospital Río Hortega.
En el primer caso, se planea, según avanzó Manuel Saravia, la construcción de un centro de salud para este barrio, una vieja reivindicación de los vecinos, que ahora son atendidos en las instalaciones de Huerta del Rey. El suelo de Delicias se sitúa colindante al centro hospitalario y su destino podría ser la ampliación de algún servicio o unidad del mismo. No obstante, en ambos casos aún no hay ningún proyecto concreto, aunque la mera reserva apunta ya las intenciones de la consejería.
Los adjudicatarios también tienen que ofertar un canon por esta cesión de uso. Sin embargo, si se considera que el proyecto tiene un destacado interés social o va a generar un volumen de puestos de trabajo importante, se les podría eximir a los promotores de ese pago anual como compensación a las arcas públicas. El adjudicatario, eso sí, deberá depositar una garantía equivalente al 3% del valor del dominio público ocupado para garantizar que la inversión se va a materializar, según consta en la convocatoria.
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Las parcelas se sitúan en todos los barrios de la capital y tienen superficies y configuraciones muy variadas. El edil calificó de «curioso» que suelos situados en zonas muy atractivas, como Parquesol, Los Santos-Pilarica o Covaresa no hayan tenido aspirantes para su ocupación.
J. A.
valladolid. «Convivir en grupo dentro de un proyecto solidario te da fortaleza, seguridad y calidad de vida». Lo subraya Carmen Gómez, secretaria de la Asociación Tejiendo Vida, una entidad que a día de hoy cuenta con 22 socios y que ha sido seleccionada por su iniciativa para levantar un edificio de pisos colaborativos para mayores, lo que en Europa y en el resto del mundo se denomina como 'cohousing'.
No es un negocio. Este «grupo germen» está compuesto por amigos que han decidido apostar por esta fórmula de convivencia en la que la autogestión y la ayuda mutua son las protagonistas. Se combina la independencia de un hogar propio con las ventajas que ofrece compartir espacio con personas dispuestas a echarse una mano en todo lo que sea necesario. Es una alternativa que está comiendo el terreno, rápido, a las clásicas residencias de ancianos.
Abiertos a la entrada de otras personas interesadas, planean un bloque de treinta apartamentos de 50 metros cuadrados para una o dos personas y servicios comunes. Entre ellos, una cocina con comedor para compartir el rato del almuerzo, una zona de lavandería, salas de estar y para actividades... Todo ello dentro de una edificación sostenible, donde la eficiencia energética, la gestión responsable de residuos y del agua y el cuidado del entorno natural serán la marca, según explica. La parcela seleccionada para ellos se ubica en el plan parcial de Viveros, un barrio de nueva factura que se extiende tras la antigua factoría de Lauki. Su intención es contar también con un espacio de jardín comunitario en la edificación.
La idea es comenzar a convivir y compartir desde ya esa vecindad solidaria. Cuando los años pasen y lleguen tiempos de dependencia, este grupo se planteará la contratación de los servicios necesarios para atender a los residentes con más dificultades.
«La propiedad será de la cooperativa, nosotros solo tendremos el derecho a usar los apartamentos y los espacios comunes durante toda la vida, de manera que no compramos la vivienda, sino el disfrute de esa casa común. No se podrá vender o alquilar y la cooperativa velará para que el proyecto no se desvirtúe y se evite así la especulación», matiza Carmen Gómez, quien invita a conocer las condiciones en la página que han elaborado: tejiendovida.wordpress.com. El compromiso de apoyo mutuo es la base de este acuerdo entre los miembros de esta entidad que se convertirá en cooperativa. Toman las decisiones de manera democrática y a poder ser por consenso. Ahora trabajan en la planificación económica de su iniciativa, una vez que el Ayuntamiento ya les ha dado el visto bueno.
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