Ocho años de prisión para el narco de la operación 'Virgin' que se declaró inocente

El juicio se celebró únicamente contra el citado encausado, vecino de Bilbao, ya que sus nueve compañeros de banquillo, quienes confesaron su culpabilidad, llegaron a un acuerdo previo con la Fiscalía para asumir condenas a la baja que sumaron poco más de cuarenta años al reconocer la acusación pública a siete de ellos su adicción a las drogas como circunstancia atenuante.

Las penas de los autores confesos ya fueron anunciadas 'in voce' el pasado día 25 de octubre por el magistrado que presidía la sala, entre siete años y seis meses de cárcel la más dura y tres años y medio las menos gravosas, si bien tan solo quedaba por dilucidar la suerte de Asier F.C, quien rechazó acuerdo alguno, se declaró inocente y se desvinculó por completo de ese garaje ubicado en la calle Juan de Guisasola de la capital vizcaína donde agentes de la Guardia Civil y la Ertaintza desmantelaron un laboratorio con un total de 18 kilos de distintas sustancias.

Pese a su versión exculpatoria, el tribunal, en una sentencia recogida por Europa Press, le considera autor de un delito contra la salud pública causante de grave daño y notoria importancia, con la atenuante analógica de drogadicción, así como de otro de integración de grupo criminal y un tercero de tenencia ilícita de armas y le ha impuesto seis años y nueve meses de cárcel y multa de 253.000 euros por el primero, otros ocho meses de cárcel por el segundo y un año y tres meses de privación de libertad por el último.

En su fallo, la Audiencia Provincial justifica la condena en las distintas pruebas existentes que «infieren un concierto previo, al menos para el almacenamiento y distribución de las sustancias aprehendidas», entre el acusado y otro de los condenados que reconoció tener a su cargo el referido laboratorio de droga en Bilbao, entre las que cita el hallazgo en su coche de un llave que abría el citado garaje y un documento a su nombre localizado en el inmueble.

Así, al acusado se le adjudica el papel de ser uno de los proveedores a partir de ese laboratorio en Bilbao que abastecía al resto de la trama en Valladolid.

Aunque en el domicilio de Asier, en la calle Gordóniz de Bilbao, fueron halladas distintas sustancias y efectos para el pesaje de la droga, el ahora condenado apuntó en el juicio que solo parte de ella -la cocaína, el hachís y el speed- era de su propiedad con destino al autoconsumo y justificó la existencia de una balanza en su celo por evitar que le engañaran al adquirir la mercancía. «Solo alguna vez he trapicheado al menudeo para buscarme la vida», alegó con nulo éxito.

Las investigaciones comenzaron en octubre de 2021 tras conocerse que había un aumento de consumo y venta de drogas en Pedrajas de San Esteban (Valladolid), dentro de las funciones de prevención realizadas por el Puesto de Íscar.

Una vez facilitada la información al Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), se llevaron a cabo las vigilancias, seguimientos e interceptación de comunicaciones que permitieron descubrir una red de distribución de drogas que operaba en la provincia de Valladolid.

Esta organización estaba articulada en diferentes escalones y evidenciaba que existía un trasvase de drogas desde el origen de partida en Bilbao hasta su llegada al consumidor final en la provincia de Valladolid. Así, se logró identificar a todas las personas que formaban parte de la pirámide perfectamente estructurada y organizada y se inició la explotación.

Se ocuparon 14.265 gramos de speed, 3.313 gramos de cocaína, 1.041 de MDMA, 12,6 de heroína, 33 de marihuana, 700 de cafeína y otras sustancias de corte y precursores de drogas. En total, 18,6 kilos de sustancias. Asimismo, se incautaron un revólver calibre 22, 19.400 euros y siete vehículos (cuatro turismos, una furgoneta, una motocicleta y un ciclomotor).

El total de las sustancias intervenidas podrían haber sumado las 80.000 dosis y haber alcanzado aproximadamente un valor en el mercado de 1,5 millones de euros.