La obra del túnel de Panaderos se prolongará aún varias semanas

Las tres bocas del paso para coches -Panaderos, Recondo y avenida de Segovia- están ya interconectadas, pero en su interior queda tajo pendiente. Los técnicos del Consistorio que llevan la dirección de una intervención, que desarrolla la firma Marco Infraestructuras, aseguran que «muy pronto» se notarán avances destacables, pero las últimas modificaciones introducidas en el proyecto obligan a ampliar el plazo de ejecución previsto en un primer momento.

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Entre ellas destacan dos, según acotan en el departamento municipal. Una es la colocación de unos bordillos en todo el trazado del paso para separar las paredes del túnel de la zona de la calzada (antes solo estaba previsto un pequeño arcén señalado con pintura). La otra consiste en el revestimiento de todas las paredes con unas planchas metálicas especiales preparadas para amortiguar el ruido interior del tráfico que soportará.

Además, un túnel que va a acoger toda la circulación entre el centro y el barrio de Delicias mientras se aborde la intervención en el paso de Labradores no se puede abrir en precario. Tiene que estar plenamente operativo para evitar problemas a los usuarios, más cuando tendrá doble dirección. A estas labores, que «llevarán su tiempo», se suma el asfaltado de los recorridos y la señalización de las calzadas.

Decenas de operarios trabajan en ambas márgenes de este paso, así como en la calle Estación, cuya apertura, que estaba prevista para el 31 de enero (el próximo martes), también sufrirá retrasos, ya que la vía por el momento está en zahorra y hay que echar la solera de hormigón para posteriormente asfaltar. Las mismas fuentes señalan que el acondicionamiento de esta calle para que sea transitable llevará «unas dos semanas más» sobre el último plazo fijado.

En el entorno el malestar es creciente. Alejandro García Pellitero, presidente de la asociación de comercio Avadeco y con tienda en Panaderos, se ha erigido en portavoz de los que están «sufriendo» el tajo. «Los plazos se llevan incumpliendo uno detrás de otro; yo no cierro, porque me sale más caro, pero las ventas en mi caso han caído hasta el 60%; otros, como la tienda de complementos Kaki ya está en liquidación», señala el comerciante. La «puntilla», subraya, la ha dado la clausura de la calle Estación, que ha agravado la situación de muchos negocios.

Estos ya están organizándose para solicitar o bien una indemnización directa por las pérdidas acumuladas o una compensación en sus obligaciones fiscales con la Hacienda municipal, que se podría sustanciar con la exención del pago del IBI o las tasas de vados, «que en muchos casos se han pagado y no se han podido utilizar». García Pellitero destaca que en vez de ir acabando lo que se ha empezado, «principalmente donde crea problemas a comercios y vecinos», se han abierto «muchos frentes». «Estábamos mejor con la tapia del tren, aquí nadie quiere esta obra», reitera.