La obra del túnel de Panaderos agita al vecindario al anular 500 plazas de garaje

«Desinformación» es la palabra con la que definen la situación, a pesar de una reunión en el Ayuntamiento en la que se les avanzaron algunos aspectos de la obra. Estaba previsto clausurar la vía este próximo lunes, pero el retraso en la llegada de unos tubos para el desvío de la red de saneamiento a causa de la huelga del transporte ha aplazado el inicio. De esto se han enterado «de oídas». Sin ninguna comunicación oficial. «No sabemos nada, aquí nadie da explicaciones», denuncia Juan José Soto, propietario de cincuenta puestos para coches en un estacionamiento privado de la calle Loza, que alquila a vecinos y trabajadores.

Algunos de sus inquilinos ya le han anunciado la intención de mudarse. Se están buscando otro espacio en garajes que no estén afectados por la obra. Aseguran que los precios en los alrededores se han disparado. De 60 u 80 euros al mes a 120. «Y eso si lo encuentras», recalcan.

Lo confirma Borja Díaz, residente en Panaderos 71. «En mi bloque tengo tres plazas en propiedad: dos para mí y una en alquiler; me he tenido que buscar una alternativa: he alquilado una en Labradores por 105 euros y otra en Nicolás Salmerón por 80, que es muy pequeña. Además mi inquilino ya me ha dicho que la deja y que bajará en moto. ¿Quién y cómo nos van a resarcir de esta pérdida económica?», se pregunta este residente, quien subraya que la imperiosa necesidad de estacionar ha disparado la «especulación». Borja tiene contacto con los jefes de obra de Marco Infraestructuras, adjudicataria de la intervención. «Ahora dicen que empiezan después de Semana Santa, pero nadie tiene claro nada; esto no es que esté mal pilotado, está peor», critica.

La rampa de este paso inferior arranca, según los planos, a la altura de la calle Nogal. A la derecha de este tramo de Panaderos mirando desde Caño Argales, se habilitará una acera peatonal, que los viandantes tendrán que compartir con los vehículos de los vados de esta franja de los números pares. A la izquierda, se crea un carril en superficie para el tráfico rodado que desemboca en Estación y en el que se permitirá el giro a izquierda y derecha. En esta misma margen, se urbaniza una acera junto al lineal de edificios. El túnel tiene otra entrada por Estación, una boca ya en ejecución, que conectará ya bajo tierra con el canal de Panaderos para abrirse en dos carriles en su recorrido bajo las vías hacia el barrio de Delicias.

Lo del túnel no lo entienden. «No hay ningún estudio que avale su necesidad, porque Labradores asume bien el tráfico. Podrían haberlo ampliado y con eso hubiera sido suficiente», argumenta Alfonso Arranz, vecino de Panaderos, quien como el resto sostiene que la solución era «el soterramiento».

En vilo están también los dueños de los negocios. Es el caso de Diego Sanz, copropietario de la ortopedia Geratec, que a diario mueve cargas de mucho peso y volumen –sillas de ruedas, camas adaptadas, grúas para el movimiento de discapacitados...–, además de atender a una clientela de edad avanzada o con problemas de movilidad. «Nuestros productos pesan y la única plaza de minusválidos se va a anular; no sé cómo van a llegar aquí con una silla de ruedas, nuestro cliente necesita acera para desplazarse; si yo para la carga y descarga me tengo que buscar otro sitio, no me quedará más remedio, pero necesitamos acceso», incide.

A su lado, Pablo Santamaría, propietario de la correduría de seguros Nuevo Siglo XXI, también muestra su preocupación. «Llevamos aquí veinte años, nuestros clientes son de todo Valladolid, no es un negocio de proximidad, y nos tememos que con los problemas de la obra y la falta de aparcamiento busquen el seguro en otro sitio y perdamos clientes», vaticina. «Está demostrado que cuando hay una intervención importante en una calle el comercio afectado baja el 50% sus ventas», tercia García Pellitero.

La inquietud es unánime. También en el Gimnasio Asensio, en la calle Loza, con decenas de usuarios que llegan a entrenar en coche. La petición, más allá de desterrar esta alternativa, pasa por establecer un plan de obra por fases que les permita el acceso a los garajes el mayor tiempo posible y que no interfiera en el tránsito peatonal en una calle con «una población muy mayor».

El desarrollo de la obra del triple paso prevé construir en paralelo el túnel de Panaderos y el peatonal, con una anchura de doce metros. Luego se abordará el de Labradores. Mientras se ejecuta este último al de Panaderos se le dará doble dirección para garantizar la conexión entre Delicias y el centro.