La obra de los cuarteles suprimirá 120 plazas de aparcamiento en General Shelly

El corte de esta arteria principal de Delicias se prolongará durante los próximos cuatro meses (hasta el 6 de febrero) y supondrá la eliminación temporal de 120 plazas de aparcamiento, situadas a ambos lados de la vía, lo que generará un evidente problema de saturación en un entorno ya de por sí saturado en lo que a estacionamientos se refiere.

La empresa que ejecuta los trabajos ha colocado ya carteles anunciando la prohibición a partir del próximo lunes (desde las ocho de la mañana) de aparcar en la calle General Shelly, en el citado tramo entre Arco de Ladrillo y Argales, en la que se cortarán durante los próximos cuatro meses sus cuatro carriles, dos en cada sentido, para prolongar el colector desde el cuartel General Monasterio al Conde Ansúrez.

En ese tiempo se derribará a su vez la tapia del primero que mira a General Shelly. Las alternativas a esta vía pasan por su entorno (Farnesio, Arco de Ladrillo o Arca Real). La calle Argales, además, se mantendrá abierta en el sentido habitual de circulación, desde Farnesio hacia General Shelly, y se permitirá la salida desde esta vía hacia Arca Real.

El entorno del tramo en obras, bien del lado de la Ciudad de la Comunicación bien del lado de Delicias (hacia la avenida de Segovia) tendrá que asumir durante los próximos cuatro meses el centenar largo de plazas de aparcamiento que se suprimirán hasta el 6 de febrero, el plazo previsto inicialmente para la conclusión de los trabajos. El cierre de General Shelly a la circulación no tendría, en principio, que ocasionar problemas en lo que al tráfico se refiere. Apenas los hubo durante el corte, entre abril y septiembre, del paseo de Farnesio. Allí, desde el lunes de la semana pasada, están reabiertos sus tres carriles en los dos sentidos de circulación, así como la acera del lado de los terrenos del cuartel General Monasterio.

Los trabajos de urbanización de los terrenos de los antiguos cuarteles, entre tanto, avanzan en plazo con el horizonte de mediados del año que viene para su conclusión. Los obreros, en este sentido, acaban de demoler otro tramo de noventa metros lineales de la tapia del General Monasterio, al igual que hicieron en julio con el muro que daba al paseo de Farnesio, esta vez del lado de la calle Nelson Mandela. Allí trabajan en la ejecución del primer tramo de la acera que bordeará el futuro entramado de calles de cara al derribo, en cuanto acaben, de un segundo tramo de otros noventa metros lineales, hasta el borde del perímetro del instituto Arca Real.

La demolición de la tapia del primer tramo de la calle Nelson Mandela ha supuesto la eliminación temporal de 25 plazas de aparcamientos, que se recuperarán en cuanto concluya la construcción de la acera, entre los números 1 (desde el cruce con el paseo de Farnesio) y 7. Después se eliminarán otras tantas para ejecutar la misma obra en el tramo restante de la vía.

La ausencia de la tapia tanto del lado del paseo de Farnesio, que se reabrió al tráfico el pasado 19 de septiembre, una vez concluidas allí las obras del colector, como del inicio de la calle Nelson Mandela ofrecen ahora una imagen inédita de las dimensiones del nuevo barrio y de su integración en las vías colindantes de Delicias. Sobre dichos terrenos, destinados a albergar el grueso de las 839 viviendas que se construirán (675 serán de nueva planta en el ahora solar del General Monasterio), se dibujan ya los límites de los viales, incluidos los de la avenida principal que partirá del paseo de Farnesio, atravesará General Shelly y bordeará el parque de la Paz y los inmuebles del cuartel Conde Ansúrez para desembocar en la esquina de las calles Arca Real y Transición.

Tres promotoras anuncian ya la próxima edificación, en cuanto concluyan las obras de urbanización, de las primeras promociones del lado del General Monasterio, que sumarán 250 de las 675 viviendas que acogerá esta parte del barrio de los cuarteles. Dos de las promociones serán de venta libre y la tercera estará destinada a protección oficial. Allí, adosado a la avenida principal, se habilitará un amplio parque que conectará, aunque partido por General Shelly, con el de la Paz. Del antiguo cuartel de Artillería (General Monasterio), construido en 1953 y cerrado el 29 de de marzo de 2000, solo se conservará el edificio principal, que tendrá un uso terciario (oficinas, residencias, negocios...).

Al otro lado de la calle General Shelly se encuentran los terrenos, también en proceso de urbanización, del antiguo cuartel de Caballería (Conde Ansúrez), construido en 1902 y cerrado el 14 de marzo de 2000, en el que conservarán todas sus edificaciones al estar todas ellas catalogadas. Los cuatro barracones centrales serán los únicos que acogerán viviendas, un total de 164, que contarán con algún tipo de protección oficial. El resto de inmuebles, incluido el principal, estarán destinados a distintos servicios. Su uso, eso sí, está aún por determinar.

El impulso al barrio de los cuarteles, cuyo cierre se produjo hace veintidós años, coincide con la expansión urbanística de todo el entorno, destinado a albergar en los próximos años la friolera de 3.046 viviendas, que podrían acoger a cerca de nueve mil almas, repartidas entre el propio barrio de los cuarteles (839) y los colindantes de la Ciudad de la Comunicación (900), Ariza (597) y los Talleres (1.070). Sus futuros vecinos contarán con ocho pasos subterráneos bajo las vías diseminados entre el parque de Las Norias y el triple paso en construcción de las calles Panaderos y Labradores.