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Entre las dos imágenes que acompañan a este texto hay solo unos instantes de diferencia: los que pasaron entre que el fotógrafo de El Norte de Castilla Alberto Mingueza disparara con un teleobjetivo de 200 milímetros adosado al cuerpo de su cámara fotográfica, lo cambiara por un objetivo de 50 milímetros (el que se considera más similar al ojo humano) y volviera a hacer funcionar el obturador de su máquina.
Por ello, parece que esa instantánea del paseo junto al Pisuerga a su paso por Valladolid, a la altura del Parque Ribera de Castilla, se llena y se vacía de personas de manera casi automática pero... Todo depende de la perspectiva que ofrece la imagen en función de con qué elementos se ha captado. Para comparar ambas imágenes hay dos datos que pueden ayudar. El primero: está bien saber que el fondo está a unos 400 metros de distancia. El segundo: observa el punto de la imagen en el que está el semáforo (que muestra su disco rojo) en la primera instantántea y dónde se encuentra en la segunda (ya en verde).
Especiales coronavirus
Según relata Gabriel Villamil, fotoperiodista de este diario, el secreto pasa por el efecto que genera cada tipo de objetivo a la hora de plasmar en dos dimensiones (alto y ancho) una escena que realmente tiene tres (habría que añadirle la profundidad). «Uno de 50 milímetros captura las imágenes de una manera similar al ojo humano; por debajo de él, con los llamados de gran angular -24, 20, 18...-, el fondo se aleja; y por encima, con los teleobjetivos -85, 135, 200...-, se acerca el fondo de la imagen, lo que comprime todos los elementos que hay en el campo de visión«.
La polémica lleva ya varios días circulando sin descanso por los grupos de WhatsApp o las redes sociales, especialmente desde que la pasada semana se permitiera por primera vez a los niños salir de casa tras muchos días encerrados para luchar contra la expansión de la covid-19. En las conversaciones se mezcla la indignación con las fotos desde puntos diferentes que intentan demostrar si hay más o menos aglomeraciones en un determinado lugar. «Nada hay verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira.
Como relata Alberto Mingueza, en la primera jornada en la que los españoles pudieron salir a la calle a hacer deporte o pasear después del confinamiento estricto al que se han sometido hasta ahora, «se podían haber hecho fotos en las que parecía que había mucha gente y otras en las que ocurría todo lo contrario», así que los profesionales han tenido que afinar su puntería para captar lo que realmente ocurría. «Es complicado», resume.
En las siguientes dos comparativas puedes observar las diferencias entre la imagen capturada de forma frontal con un teleobjetivo y la distancia real que había entre las personas en ese momento. En la primera, fíjate en en el hombre de la camisa de cuadros; en la segunda en el joven que lleva una camiseta deportiva de franjas azules y negras.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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