Acto en honor de Teresa en Valladolid. alberto mingueza
Muerte en Bruselas

153 puñaladas para quebrar a Teresa, una estrella resplandeciente

El periodista Christian Jary, amigo de la familia de la enfermera vallisoletana asesinada, realiza un homenaje a la joven y una reflexión sobre la violencia de género

christian jary

Rennes (Francia)

Lunes, 27 de febrero 2023, 12:30

Bruselas. 6:40 horas. Al amanecer, Teresa, de 23 años, es asesinada, muerta a cuchilladas por un hombre.153 puñaladas con las que tratar de aniquilar una vida, con las que quebrar a una mujer esplendorosa. La víspera, el asesino preguntaba a la pantalla ... de su teléfono «¿Cómo matar a una persona?». ¿Algún operador de redes sociales ha dado la voz de alarma con respecto a esta búsqueda explícita? ¿Alguien ha intentado evitar que este crimen se cometiera?

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Teresa. La número 19 en la lista de víctimas por feminicidio en 2022 en Bélgica. La desesperación y el odio corroen el corazón de sus padres, Blanca y Juan. La tristeza y la rabia devoran sus noches y sus días. Su vida está rota para siempre. Teresa nunca regresará. ¿Qué habría que hacer para que, en la Europa civilizada, los hombres no apaguen mas soles como nuestra Teresa? Para que no amenacen más, para que no atenten más contra la vida de mujeres libres; de mujeres que, en igualdad con los hombres, conduzcan su vida como les plazca.

«Ciento cincuenta y tres puñaladas para aniquilar lo que ella era: una joven mujer instruida, diplomada, independiente»

Nuestra Teresa había seguido sus estudios con éxito hasta convertirse en una joven enfermera con un porvenir más que prometedor. Trilingüe (español, francés e inglés), Teresa había viajado y conocido no pocos países. Para la Navidad recientemente pasada, Teresa se disponía a partir a la India con su familia. Su asesino, de 24 años, a punto de acabar su formación en una academia de la Guardia Civil, habría recibido, sin duda, otra educación totalmente diferente. La del culto al machismo y a la virilidad. Teresa ha sucumbido a sus golpes. Y, según las primeras constataciones de la policía belga, su asesino se ha ensañado con ella, con una violencia inaudita, para destruirla.

Ciento cincuenta y tres puñaladas para aniquilar lo que ella era: una joven mujer instruida, diplomada, independiente, enfermera con no poca experiencia a sus 23 años. Y decidida a ir más allá. En el Hospital Jules Bordet de Bruselas, donde estaba ejerciendo, además de cumplir con sus obligaciones cotidianas, Teresa continuaba perfeccionando su saber siguiendo una formación, que la habría especializado en hematología y oncología, con la que cuidar aún mejor a los pacientes enfermos de cáncer.

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Altruismo

Luminosa y combativa. Así era nuestra Teresa. Un tesoro de altruismo, de generosidad y de bondad. Y, frente a ella, un hombre joven, criado en el seno de una estirpe de guardias civiles... Un guardián de la paz, supuesto protector de los ciudadanos más vulnerables. Inteligente, cultivada, libre, independiente, Teresa había decidido irse a trabajar al corazón de Europa, a continuar su carrera profesional lejos de él. Él, que no ha sabido soportar la afrenta, la ha abatido salvajemente. Ciento cincuenta y tres puñaladas en la cabeza y en el cuello para desintegrar con sus propias manos a una mujer que le sobrepasaba, de lejos, en competencias y en valores humanos. Por no querer volver con él, por no someterse al yugo del guardia machista, por negarse a ser la suela de sus zapatos, él ha puesto fin, ferozmente, a su vida, arrogándose el poder supremo de quitarle la vida a Teresa. ¿Cómo va a justificar su horripilante crimen? ¿Cómo va a explicar el que haya podido buscar cómo matar a una persona? Con la frialdad que lo hizo... en vez de limitarse a respetar el primer mandamiento de la vida: No matarás.

«¿Qué habría que hacer para que, en la Europa civilizada, los hombres no apaguen más soles como nuestra Teresa?»

christian jary

¿Qué habría que hacer para que, en la Europa civilizada, los hombres no apaguen más soles como nuestra Teresa? Para que no amenacen más, para que no atenten más contra la vida de mujeres libres; de mujeres que, en igualdad con los hombres, conduzcan su vida como les plazca. Igualdad, respeto, consentimiento mutuo. Sobre estos aspectos fundamentales, las mujeres están hoy al frente del combate. Para cambiar las cosas tras este drama, hace falta que la batalla sea librada y compartida, en igualdad, por hombres y mujeres. Para conseguir que esto no vuelva a repetirse, para que no suceda nunca más. ¡Nunca más!... La promesa última que Blanca y Juan han hecho a su queridísima hija.

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A todos los hombres que respetan, aman y valoran a las mujeres Blanca y Juan les piden que se levanten, que se unan a ellos y que marchen a su lado para que la memoria de Teresa no se borre y sirva para abolir la violencia. Para trabajar juntos y hacer que, en el futuro, dramas aniquiladores como este no se repitan. Juntos, para enseñar que mujeres y hombres son iguales, desde la más tierna infancia, en el colegio, en el instituto, en la universidad... Incluir en las leyes la obligatoriedad de una educación cívica que aborde la igualdad entre hombres y mujeres ¡es de una urgencia absoluta!

Más allá de su muerte, Teresa continúa viviendo en el corazón de Blanca y de Juan, en el corazón de Francisco, su hermano, y en el de Lita, su abuela; en el corazón de todos los miembros de su gran familia, en el de sus amigos y amigas, en el de todos aquellos y aquellas que convivieron con Teresa durante su más que corta existencia. Endeleya. Teresa resplandecerá siempre. Y será la estrella brillante y luminosa de todas nuestras vidas desgarradas. Nadie, nadie ha podido matar su alma, noble y decidida. Ni siquiera las 153 cuchilladas de una hoja afilada por el odio y la furia.

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Endeleya. Continuar, proseguir el combate por un mañana más humano. Al partir al cielo azul y estrellado, Teresa nos ha dejado una clara hoja de ruta. Nos corresponde a nosotros escribir las palabras y realizar los actos que hagan florecer una nueva era.

*Endeleya significa, en lengua swahili continuar, avanzar... y era la palabra predilecta de Teresa.

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