Tiene 15 habitaciones alquiladas actualmente en Valladolid. P. G. M. es propietario de cinco pisos en la ciudad, todos ellos ubicados en el triángulo que forman La Rondilla, Pilarica y la avenida Palencia. «Es una zona donde para el autobús de Fasa, hay supermercados, centros ... sanitarios y están las universidades», explica. La cercanía con la zona de las facultades no significa que sus habitaciones estén ocupadas por universitarios. El propietario asegura que en este momento todas están habitadas por personas que trabajan. «Gente que tiene necesidad, no se puede permitir un alquiler completo o tiene prisa por entrar a vivir en algún sitio porque comienza a trabajar», concreta.
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Según su experiencia, la demanda de este tipo de alquileres es continua en Valladolid. «Hay mucho mercado, nunca he tenido una habitación vacía más de tres semanas», asegura. Las razones las encuentra en la situación actual del precio de los alquileres, que en Valladolid oscila entre los 650 y los 680 euros, según datos de Aspriva, y el nivel de los salarios de la gente joven, que en la comunidad se sitúa en 946,09 euros netos, como refleja el último observatorio de emancipación del Consejo de la Juventud de Castilla y León. «Es una condición de nuestro tiempo. Emanciparse es cada vez más difícil, los contratos de alquileres completos piden una serie de requisitos como un trabajo indefinido o conocer las nóminas del cliente. Si ya no pueden alquilar una vivienda, su única opción es recurrir a una habitación», explica el propietario.
En su caso, las personas que tiene alquiladas permanecen temporadas cortas en las habitaciones, entre tres y cuatro meses de media. Además, la edad de los inquilinos de sus pisos se sitúa entre los 30 y los 32 años. «He tenido gente más mayor, pero de media suelen rondar esa edad», apunta.
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Ángel Blanco Escalona
El propietario asegura que la situación de este tipo de alquileres beneficia de forma clara a los arrendadores. «Alquilar un piso completo es complicado, por eso muchos decidimos hacerlo por habitaciones. También es más rentable. Si por ejemplo alquilo una casa con tres habitaciones por 600 euros, pero nadie quiere entrar, puedo alquilar cada estancia por 250 euros. Ganaría 150 euros más al mes. La verdad que los precios de las habitaciones son una locura, pero la gente lo paga y el arrendador no se baja de la burra», confiesa.
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