Día Internacional del Sida

Los nuevos contagios de VIH bajan, con más infecciones entre menores de 29 años

El virus de inmunodeficiencia humana ataca al sistema inmunitario. Entra en las células de defensa y las va destruyendo. Con el paso del tiempo, la persona se queda sin defensas ante enfermedades normales y oportunistas y en ese momento aparecen las dolencias por las que se diagnostica el sida.

De esos 87 nuevos casos de infección por VIH diagnosticados en Castilla y León, que son de declaración obligatoria por parte de los profesionales sanitarios a efectos de vigilancia epidemiológica, 11 casos eran ya de sida y otros 9 presentaban una infección con síntomas. Estas 20 personas que se estrenan con una enfermedad que ya ha avanzado suponen un aumento respecto a otros años, lo que implica «que estamos llegando tarde al diagnóstico de estos pacientes», explica Carlos Dueñas Gutiérrez, jefe de Unidad de Medicina Interna en Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Valladolid.

Un diagnóstico precoz de presencia de VIH permite un pronóstico mucho mejor, con tratamientos que han avanzado exponencialmente en los últimos años. Esa opinión del especialista del Hospital Clínico sobre la necesidad de reforzar la detección precoz queda refrendada en las conclusiones del 'Informe de Nuevas Infecciones por VIH en Castilla y León'. «Se evidencia un retraso diagnóstico de la infección por VIH a pesar de que la prueba del VIH es gratuita», recoge el documento.

El Informe de Nuevas Infecciones por VIH en Castilla y León refleja un mayor número de contagios en hombres que en mujeres y pone de manifiesto un dato significativo: casi uno de cada tres casos detectados en 2023 se ha diagnosticado a jóvenes de menos de 29 años.

El VIH se trasmite a través de los fluidos humanos, de la sangre, del semen, de las secreciones vaginales, de la leche materna… La evolución histórica del VIH y del sida dibuja un camino inicial de contagios mayoritarios por el uso compartido de agujas entre adictos a la drogas, con un porcentaje alto de prácticas sexuales sin preservativo, con un viraje en la última etapa hacia la transmisión sexual. Ese es el punto de contagio de nueve de cada diez casos incorporados en 2023. Entre los hombres diagnosticados siete de cada diez practicaban relaciones sexuales sin protección homosexuales, pero no es desdeñable el porcentaje de infectados por comportamientos de riesgo en relaciones heterosexuales.

Esas son las cifras estadísticas sobre las que se asienta la evolución de una enfermedad vinculada en sus inicios a un desenlace mortal y que, a base de investigación y mejora de tratamientos, se ha convertido en crónica. Hasta el punto de que la mitad de los cerca de 700 pacientes con VIH que pasan en estos momentos por las consultas del Clínico vallisoletano supera los 50 años.

«De los últimos diez años hacia acá hemos conseguido tratamientos vía oral de una sola pastilla, cuando previamente no eran tan eficaces y podíamos llegar a tener combinaciones de hasta 20 o 22 pastillas diarias y desde hace aproximadamente dos años tenemos la posibilidad de poner tratamientos bimestrales, con una inyección cada dos meses. El futuro viene por ahí, tratamientos cada seis meses, anuales u orales semanales, lo que facilita el tratamiento de estos pacientes», precisa Carlos Dueñas.

Los expertos han detectado que los años se ha «minimizado» la percepción sobre los efectos infección por VIH. Los pacientes anteriores vieron morir a muchos amigos y ahora se ha cronificado la infección y se toma como una enfermedad crónica. Los hábitos educacionales quizás no han sido todo lo adecuado que deberían ser y la protección que garantiza el uso de preservativo en una relación sexual se ha relativizado.

Por fortuna han surgido otras medidas para las personas con hábitos sexuales de riesgo, que pueden acceder a tratamiento preventivos de profilaxis pre-exposición con fármacos (una combinación de pastillas de antiretrovirales que se toma una vez al día) que disminuyen el riesgo de contagio. «De todas las personas que tenemos en estos tratamientos, ninguna se ha contagiado de VIH. Ahora estamos con cerca de 60 pacientes en profilaxis, se han seguido hasta 200 y tenemos cero transmisiones», apunta el especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Clínico.

Son tratamientos preventivos en los que encajan, por ejemplo, los participantes en encuentros y fiestas 'chemsex' en los que se mezclan sustancias estimulantes y sexo continuo con distintas personas en un periodo de tiempo muy concentrado, como un fin de semana.

Los cerca de 700 pacientes con VIH que trata el equipo del doctor Dueñas componen una bolsa de personas que ha crecido un 25% en los últimos años. Y ese aumento, al contrario de lo que parece, puede tener una lectura positiva. Se debe a una suma de factores: la supervivencia de los contagiados se acerca cada vez más a la de la población general, con lo que los pacientes se hacen mayores pero bajan los fallecimientos, y a esa mejor evolución se añade la cadencia de nuevos diagnósticos.

Con todo ese panorama mejorado, el diagnóstico de sida sigue siendo duro para el paciente. «Vienen con la sensación de tengo esto y voy a durar nada, me voy a morir y la realidad no es esa. Desde 2015 la estimación de supervivencia con los tratamientos que tenemos ahora es muy, muy cercana a la población general», subraya Carlos Dueñas.

La realidad que describe este especialista es que hay que atajar los diagnósticos tardíos, en los que el sida ya está presente. Pero también que los pacientes con VIH detectado a tiempo se están haciendo mayores. Y eso es una buena noticia, porque el virus está controlado. Estos enfermos añaden a las secuelas que causa el VIH achaques y patologías que pueden afectar a cualquiera a medida que gana años: la tensión arterial elevada, la diabetes, los infartos… En el caso de las personas con VIH, con más riesgo cardiovascular y de desarrollar algunos tumores. Todo ello exige a los equipos médicos un importante cuidado preventivo en una población con un importante peso de población fumadora.

Dueñas explica que últimamente preocupan a los equipos médicos también los tumores anales, vinculados al virus del papiloma humano, Un virus frente al que hace años que empezaron a vacunar a las adolescentes los distintos sistemas de salud porque estaba directamente relacionado con el cáncer de cuello de útero.. «Esa unas de las área en la que tenemos que implementar vigilancia», resalta el jefe de unidad del Servicio de Medicina Interna del Clínico sobre los tumores anales.