Los acusados, en la Audiencia de Valladolid. A. Mingueza

Valladolid

Nueve narcos aceptan penas que suman 40 años y multas de 600.000 euros

El único encausado que sigue en el proceso por la 'operación Virgin' se desvincula de la red que contaba con laboratorios en Bilbao y Valladolid

Álvaro Muñoz

Valladolid

Miércoles, 25 de octubre 2023, 15:44

Estaban citados a las 9:30 horas de este miércoles en la Audiencia de Valladolid. Y desde minutos antes, el trasiego por los pasillos era palpable. Los letrados de los acusados por tráfico de drogas en la denominada operación 'Virgin' se apresuraban para cerrar ... acuerdos y evitar la celebración de las dos sesiones del juicio. Y así fue en nueve de los diez acusados. Tan solo Asier Fernández González, presunto cabecilla del entramado de la red narcotráfico, no alcanzó ningún pacto con la Fiscalía.

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Se enfrenta a nueve años y diez meses de cárcel y en su defensa alegó que él no tenía nada que ver en ese entramado jerárquico en la elaboración, transporte y distribución de drogas entre Bilbao y Valladolid. Respondió a preguntas de su letrado y de la fiscal para afirmar que era consumidor habitual, pero que desconocía la existencia de un garaje donde se halló un gran alijo de droga.

Eso fue el 9 de marzo de 2022, cuando se llevó a cabo la segunda fase de explotación de la investigación. Ertzaintza y la Guardia Civil de Valladolid registraron todos los inmuebles de los dos implicados vascos: Asier Fernández y su amigo y propietario del local Martín Ignacio de Isusi Moure (se ha conformado con una pena de siete años y medio). Allí fueron intervenidos doce kilos de 'speed', medio kilo de cocaína y otras sustancias (hachís, heroína, marihuana o cristal), además de amasadoras, sustancias de corte y un bidón de ocho litros, al parecer, de etanol. En dicho espacio, donde fue intervenido un revólver, adulteraban la droga para triplicar su cantidad antes de venderla al grupo radicado en Valladolid.

«No sabía que Martín tuviera ese garaje, así que tampoco podía saber que en el interior había un revólver ni sustancias estupefacientes», ha declarado Asier Fernández, que ha incidido también en que gran parte de la droga que le fue incautada en casa era para el autoconsumo. «Alguna vez habré menudeado, pero lo que estaba en casa era mío y, el resto, de personas que vinieron para drogarse», ha añadido.

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Asimismo, la defensa de Asier llamó a declarar a dos de los acusados que pactaron este miércoles por la mañana en la Audiencia. Se trata de Martín de Isusi y Carlos López, presunto transportista de la droga hasta Valladolid, que se acogió a su derecho a no declarar. Martín, por su parte, reconoció que tenía un garaje alquilado, pero que no accedía a él y que eran varias personas las que tenían llave de acceso al mismo. «Asier no creo que supiera que tenía ese local. Estaba alquilado a una persona que se le llama 'El abuelo'», ha agregado el amigo de la infancia de Asier.

En cambio, una de esas llaves que abría ese laboratorio clandestino fue hallada en uno de los coches que usaba Asier que, según su declaración, también desconocía de quién eran. Fue la afirmación de al menos dos agentes, que declararon detrás de un biombo para evitar cruzar miradas con los encausados. En esas vigilancias, de varios meses, no constataron la presencia de Martín o de Asier en el local, aunque encontraron una carta a nombre de Asier en el interior.

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10:45 horas del 27 de enero de 2021. Una madre, harta de que su hijo consumiera de forma habitual sustancias estupefacientes, llama al puesto de la Guardia Civil de Íscar para relatar un seguimiento que ella misma efectuó después de ver salir a su hijo de su casa. Dio los datos personales de su hijo, así como la dirección de la vivienda a la que accedió en Pedrajas de San Esteban en la que reside el primer investigado (Santiago Ledo.

A partir de ahí, la Policía Judicial de la Guardia Civil empezó a tirar del hilo. De Santiago las pesquisas fueron avanzando a la par que la investigación crecía. Hasta el punto de que este miércoles, en la Audiencia de Valladolid, ha iniciado el juicio contra diez acusados después de desmantelar laboratorios de 'speed' y cocaína en Valladolid y Bilbao.

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Una madre, harta de que su hijo consumiera, fue quien destapó la red de narcotráfico

A raíz de esa llamada telefónica, se comprobaron los antecedentes de Santiago, condenado con anterioridad por delitos de la misma índole, por lo que las vigilancias se intensificaron en Pedrajas de San Esteban. Las sospechas se confirmaban al aprehender en los meses siguientes mínimas cantidades de 'speed' y cocaína en los entornos de ese domicilio en el verano de 2021.

Comenzaron las escuchas sobre el vecino de Pedrajas para, más tarde, ampliar el operativo sobre otro de sus móviles con el que mantenía contacto con Florian Gradina, además de reuniones en la localidad vallisoletana «para proveerse de las sustancias que luego iba a vender a terceros consumidores».

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Más de un año después de la llamada de la madre harta de que su hijo consumiera, en marzo de 2022, las pesquisas habían subido un nuevo escalón. La investigación miraba a Alberto Otazo, vecino de Valladolid capital, así como Carlos Aja, residente en Tudela de Duero. Este último trasladaba desde Bilbao las sustancias para que Alberto las repartiera en el entramado final de la organización de narcotráfico.

Reuniones casi a diario

Estos dos mantenían reuniones prácticamente a diario. Así lo constataba la Guardia Civil en vigilancias desde diciembre, con viajes al País Vasco. Con los coches balizados, Aja se trasladó hasta Bilbao el 1 de febrero del año pasado, momento en el que apareció en la investigación el único encausado actualmente.

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La detención y silencio de las primeras detenciones llevó al resto de implicados a adoptar precauciones. La trama, en teoría, tenía su base de operaciones principal en Bilbao, donde fue desmantelado el laboratorio de manipulación de 'speed' en el famoso garaje vinculado a Asier y a Martín.

Con esa descripción efectuada por la Fiscalía, nueve de los diez implicados han llegado a un acuerdo. Santiago Ledo ha pasado de una petición de seis años y cuatro meses de cárcel a una condena de tres años y seis meses; Florian Gradina, Florin Felix, Mariano Sanz y Valentina Sima han acordado tres años y medio de prisión (se les pedía cuatro años y diez meses); Alberto Otazo ha firmado seis años y medio (ocho años y cuatro meses); Ravnan Georgescu, considerado cómplice, ha rebajado su condena hasta los dos años de cárcel (se enfrentaba a cuatro años y diez meses); Carlos Aja se ha conformado con seis años y medio (ocho años y cuatro meses); mientras que Martín, el otro considerado cabecilla, ha pactado siete años y medio. Entre todos suman casi 40 años de cárcel, así como unas multas de más de 600.000 euros.

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