

Una nueva unidad tratará a 40 enfermos más de Alzheimer en Valladolid
La asociación Afava de Valladolid amplía sus instalaciones de San Pedro Regalado y recupera la actividad tras la pandemia con una lista de espera de unas 30 personas
Son escasos los recursos en la provincia para una enfermedad que afecta a unos cuatro mil vallisoletanos, 2.500 sólo en la capital. Para una ... patología que borra de forma lenta y dolorosa la memoria y que agota a la familia y a los cuidadores de estos pacientes neurológicos. La asociación Afava, de familiares de enfermos de Alzheimer, abrirá una nueva unidad para acoger hasta a 40 pacientes más entre el horario de mañana y de tarde. Un espacio que ya formaba parte de su proyecto de expansión antes de la pandemia, pero que la misma ha provocado que sea imprescindible para poder formar grupos burbuja, con las distancias y requisitos de seguridad. Esta delegación, como les gusta llamarla a sus responsables, está también instalada, como la sede central, en el barrio de San Pedro Regalado, en la misma plaza Carmen Ferreiro, tan solo cruzando la calle en el local que pertenecía a Caja España. Este anexo, que se suma a otras ampliaciones en el edificio central que empezó con solo 20 plazas y se expandió a un piso más para acoger a 169 enfermos, tan solo tiene que superar las trabas administrativas para entrar en funcionamiento. «Obstáculos de querer identificarlo como nuevo servicio y no como una ampliación» del que, desde 1999, ha atendido a miles de familias que han pasado por sus terapias y cuidados», explican sus responsables.
Entrar en estas unidades de Afava, en cualquiera de ellas, es adentrarse en un mundo de colores vivos, brillantes y abiertos. Una gran iluminación, unos cuidados espacios que impulsan el ánimo. La nueva unidad decora sus paredes con los azules y blancos de fotografías de las costas griegas. Sillas de pistacho y azul intenso, mesas blancas «para poder reunir entre 16 y 20 personas por la mañana y otras tantas por la tarde», explica la presidenta de Afava, Nieves Ramos. La pandemia «nos obligó además a cerrar el centro tres meses. Después, nunca lo hemos podido tener al máximo rendimiento por los aforos y tenemos pacientes de siempre, y otros nuevos, en lista de espera. Como entre 20 y 30 pendientes. En este tiempo algunos han fallecido y los que no pueden venir se han deteriorado mucho y han entrado en residencias», explica el gerente, Manuel Aguilar.
Las instalaciones ubicadas en lo que fuera el colegio Natividad Álvarez Chacón fueron cedidas en su día por el Ayuntamiento, pero esta asociación lleva a gala el costear el mantenimiento y la restauración y remodelación, e incluso, la reparación del tejado. También el nuevo ha caído sobre los bolsillos de los familiares de usuarios. «Los ahorros de muchísimos años para una inversión de más de 400.000 euros», explica orgullosa Nieves Ramos.
El nuevo espacio ocupa casi 270 metros cuadrados y los dos del otro inmueble cerca de 500. Antes de la pandemia «atendíamos hasta ocho horas a cada usuario pero ahora hemos preferido poder llegar a más aunque sea menos tiempo, cuatro horas», explica Manuel Aguilar. La asociación cuenta con cuatro furgonetas, con ocho plazas cada una cuando se podían ocupar todas, para trasladar a las personas que no pueden hacerlo por cuenta de sus familiares. Estas 40 plazas se suman así a las 169 de las que dispone el centro, con una plantilla de unas cuarenta profesionales; aunque ahora muchos en ERTE. Y el próximo proyecto, otra unidad en la zona sur;pero, explica Nieves «aún no hemos encontrado el espacio, estamos buscando».

«Nosotros implantamos el plan individual desde hace 25 años»
Cuidados sanitarios y asistenciales y, el fuerte de los centros de Afava, las terapias cognitivas que, «no curan pero retrasan el deterioro, es en lo que trabajamos, en mantener las capacidades», explica la presidenta Nieves Ramos, también secretaria de la organización autonómica Afacayle.
«Trabajamos con los pacientes tanto de forma individual como grupal, el cooperativo, de interacción entre ellos, ahora con la pandemia es distinto. En Castilla y León ahora se están fomentando los planes individuales, nosotros llevamos con ellos 25 años», explica Cristina Garrido, educadora social del centro.
«Lo primero es conocerlos, saber en que trabajaron, que les gustaba, la historia de su vida y, con la ayuda también de la familia, desarrollar un proyecto personal. Trabajamos la autonomía, aspectos sociales y emocionales, y capacidades cognitivas con pizarras táctiles y otros recursos».
Mañana, 21 de septiembre, es el Día del Alzheimer. Una jornada que este año se celebra bajo el lema 'Cero Omisiones Cero Alzheimer'. Tanto la asociación vallisoletana como la regional centran sus reivindicaciones en «la importancia del diagnóstico precoz, como punto de partida básico e imprescindible para llegar a tiempo no solo en la detección de casos, sino, sobre todo, para poder poner en marcha los necesarios procesos de intervención terapéutica que han de dirigirse al conjunto de la familia afectada por el Alzheimer u otro tipo de demencia» y reclaman, entre otros, apoyo a la investigación biomédica, social y sociosanitaria.
Las Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Castilla y León (AFACAYLE) aprovechan esta jornada para celebrar en Valladolid su 25 aniversario, que tendrá lugar en el Teatro Zorrilla de Valladolid el día siguiente, 22 de septiembre, a la 10:30 horas.
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