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Reducir el número de cesáreas, en todo el mundo y en particular en Europa y en Asia, donde se abusa mucho más de esta práctica forma parte de objetivos y planes sanitarios de toda España desde el ministerio a las consejerías y de la ... Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomienda que la tasa no supere el 10% y el 15% y se practique sólo en casos necesarios según criterio médico.
Hace ya más de un decenio que los hospitales comenzaron a cuidar esta reducción con protocolos e indicaciones más claras. Sin embargo, el alto número de embarazos gemelares, las más elevadas que antes tasas de reproducción asistida, unas futuras madres cada vez más añosas y más partos prematuros con más niños que llegan de nalgas hacen muy difícil alcanzar el porcentaje de la OMS en un país como España, donde se supera de media en diez puntos tal indicación. En Castilla y León es similar y se sitúa en un término medio nacional.
No obstante, algunos hospitales de Sacyl, fundamentalmente los mayores complejos asistenciales han logrado reducir estas intervenciones quirúrgicas hasta lograr al menos equipararse con las recomendaciones de la Sociedad Científica de Ginecología, la SEGO que de momento señala entre el 23% y el 25% como objetivo. La revisión de protocolos, la creación de unidades de Medicina Perinatal donde trabajan equipos multidisciplinares y la incorporación de técnicas como la versión cefálica externa (maniobra externa que busca cambiar la posición del bebé para colocarlo en presentación de cabeza) contribuyen a mejorar los datos en busca de ese objetivo. La alarma se disparó por el exponencial incremento de los partos quirúrgicos hace años hasta el punto de que los más pesimistas apuntaban a un futuro en el que nacer sería un acto quirúrgico.
13.550 partos en la comunidad en 2018. De ellos, 1.778 en el Río Hortega; 1.171 en el Clínico y 260 en el de Medina del Campo.
9.430 con anestesia epidural, el 99,31% de los partos que lo permiten. Los datos de Valladolid son de 1.265 en el RíoHortega; 934 en el Clínico y 175, en Medina. En todos supone el 100% de los posibles por demanda y tipo de parto.
21,54% de partos con cesárea se producen en Castilla y León. En Valladolid fueron el 21,09% en el RíoHortega; el 26,05% en el Clínico y el 30,77% en el comarcal.
37,12 nacimientos al día se producen en Castilla y León. En los hospitales de Valladolid: 4,87, en el Río Hortega; 3,21, en el Clínico y, 0,71, en el de Medina.
La variabilidad de la práctica clínica sigue siendo más que importante. En Castilla y León, sus nueve provincias marcan resultados muy diferentes. Desde 2007, el porcentaje de partos por cesárea ha ido disminuyendo, pasando del 27,10% al 21,54% en 2018. Por hospitales, destaca el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro y el de Medina del Campo, donde en el 34,7% y 30,8%, respectivamente, de los partos atendidos se realiza en un quirófano. En el lado opuesto está el complejo asistencial de Burgos y el Hospital de Soria, con un 15,9% y 16,1%, respectivamente, de cesáreas.
En Valladolid, todavía el 26% de los niños nacen por cesárea, unas cifras que dispara sobre todo el citado hospital comarcal; pero que supone, no obstante, una reducción de tres puntos y medio desde 2011, ejercicio que constataba un 29,5% de media provincial. En cuanto al Clínico, los datos de 2018 señalan un muy alto 26,05%, que supone además un incremento de más de dos puntos en una comparativa con siete años antes. En el Río Hortega nacían 31,10% bebés con cirugía en 2011 y ahora ya solo lo hacen el 21,09%. Medina también ha bajado, no obstante del 33,52% al actual 30,77% citado.
El Ministerio de Sanidad hizo público un informe sobre el uso de la cesárea en los diferentes hospitales públicos. Y el resultado muestra cómo el 21,8% de los nacidos en 2011 lo hicieron por cesárea, pero este porcentaje varía enormemente de unas autonomías a otras.
Así, el País Vasco sería la comunidad con menor tasa de cesáreas sobre el total de nacidos, un 12,6%. Con cifras bajas se sitúan también Navarra (15,9%), Asturias (16,9%), Aragón (18,6%), Cantabria (18,9%) y La Rioja (19,06%). En el lado opuesto, autonomías como Extremadura registran una alta tasa de cesáreas, por encima de la recomendación de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) de no supera el 23% o como mucho el 25%, y alcanzan hasta un 27,4% de cesáreas sobre el total de nacidos.
Durante el año 2018, se han registrado 37,12 partos por día en la comunidad –de ellos 8,79 en Valladolid–; lo que supone un total de 13.550 nacimientos en Castilla y León, un 2,7% menos que en el año 2017. De ellos, 3.209 llegaron al mundo en Valladolid en uno de sus tres centros públicos, fueron 761 menos que hace siete años.
Las cifras ministeriales sólo discriminan entre pública y privada hasta 2009. Y según esos datos, la sanidad privada tendría una tasa de cesáreas mucho más elevada que la pública. Frente al 22% de la pública en ese año, los hospitales privados registrarían un 37% sobre el total de nacidos en sus centros hospitalarios.
El problema del 'abuso' de la cesárea afecta a todo el mundo. Una de cada cinco embarazadas del mundo ya da a luz por cesárea, según la publicación The Lancet. Sitúa en 2015 el dato en un 21% y es casi el doble que el 12% que se daba en 2000. Entonces, la situación del planeta, en su conjunto, se ajustaba a las recomendaciones de los especialista y la OMS.
Europa y América son los continentes con mayores tasas, según dicho el artículo, pero el aumento es general. Aunque esta práctica, por ser más compleja que un parto vaginal es más propia de países ricos donde una cirugía de estas características es considerada un riesgo bajo frente a un parto complicado y hay medios ya accesibilidad.
«Las cesáreas salvan vidas cuando son necesarias», afirma la OMS, pero se ha demostrado que «las tasas superiores al 10% no están asociadas con una reducción en los índices de mortalidad materna y neonatal». Los especialistas explican que un parto quirúrgico puede tener más riesgo que uno natural; aunque in olvidar que cuando se decide una cesárea es porque ya hay complicaciones. También hay peligro «de adherencias que pueden complicar futuros embarazos porque el sistema reproductor quede afectado y puede dejar secuelas de dolor pélvico e infecciones».
Tampoco es inocua para el niño, «pasar por el canal del parto es bueno para que el bebé madure porque se produce un poco de estrés y entra en contacto con las bacterias de su madre», destaca la Sociedad Científica de Ginecología, SEGO.
Por otra parte y en lo que respecta a partos instrumentales, es decir, los que precisaron de forceps o ventosas, se han reducido en un 8% de media en los 14 hospitales públicos; aunque la tasa respecto al total de partos se ha venido manteniendo constante: Los criterios y protocolos para realizar un parto con estas ayudas están muy definidos. En 2017 registraron un total de 8.650 partos espontáneos, casi un 15% menos que hace nueve años.
Durante el año 2018, se registraron en los 14 hospitales públicos 37,12 partos por día; lo que supone un total de 13.550 partos en Castilla y León, un 2,7% menos que en el año 2017. En valladolid fueron casi ocho diarios, casi cinco de media en el Río Hortega; poco más de tres en el Clínico y 0,71 en el de Medina del Campo –han bajado en todos: 6, 4 y 1, respectivamente en 2011–.
En la comunidad la anestesia epidural ya llega al 99% de los partos que lo permiten y en Valladolid al 100% el ejercicio pasado. Son casos de cesárea los que no suelen practicarse con este tipo de anestesia.
El descubridor de la anestesia epidural fue un médico militar español, Fidel Pagés Miravé, que publicó su descubrimiento en el año 1921 en la Revista Española de Cirugía y en la Revista de Sanidad Militar. En España su uso se instauró en todos los hospitales a través de un Real Decreto en 1989; aunque de forma progresiva tanto en la pública como en la privada, en esta última fue una práctica extendida antes. En los hospitales de Sacyl ya a principios de este siglo era una oferta habitual pero al principio dependía de horarios y guardias y hace ya un decenio que es práctica habitual, el menos ofrecerla, y habitualmente aceptada por la madre.
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