Valladolid

Negocios afectados por el reventón plantean una «reclamación conjunta» por las pérdidas

Por el momento tienen el «sí» de media docena de establecimientos, aunque Álvarez augura «bastantes más». Porque aunque están dando pasos firmes y tienen claro que van a llegar hasta el final, la iniciativa acaba de ponerse en marcha. «Imagínate todas las reservas de los bares y restaurantes, las farmacias, las tiendas de ropa... Todos los negocios sin poder trabajar y los apartamentos turísticos que estaban llenos, sin luz, ascensor ni calefacción», dice Álvarez, al tiempo que considera «lógica» la medida, ya que estos contratiempos implican «unos daños daños que hay que contemplar».

La avería, que encharcó y llenó de agua y barro tanto la céntrica arteria como la Plaza Mayor, se produjo en torno a las diez y veinte de la mañana, minutos después de la apertura comercial. El agua salió a borbotones del conducto dañado, situado frente al número 1, donde se encuentra la tienda de Mango, e inundó dos centros de transformación que dejaron sin luz ni agua a un centenar de usuarios durante varias horas.

Durante todo ese tiempo, mientras operarios de Aquavall e Iberdrola trabajaban de manera conjunta para restablecer los suministros lo antes posible, las tiendas y negocios afectados no podían prácticamente trabajar (solo efectuar cobros en efectivo, y según en qué productos), pero tampoco bajar la persiana, ya que en varios el sistema de cierre estaba conectado a la luz.

Aproximadamente la mitad de los perjudicados, 'enganchados' al primer centro de transformación, recuperaron el suministro en torno a las 15:20 horas, mientras que el otro medio centenar no tuvo luz hasta las ocho de la tarde. En este último caso, técnicos de Iberdrola colocaron un grupo electrógeno para garantizar el suministro, ya que aún está por valorar si se repara el centro de transformación dañado o se sustituye por uno nuevo. En cualquier caso, reiteran fuentes de la compañía eléctrica, los usuarios no verán afectado ni interrumpido el servicio.

Este martes por la mañana, los operarios estaban cubriendo de hormigón la zanja de una calle Santiago por la que solo se podía pasar por los extremos, ya que la zona estaba acotada. Mientras tanto, los negocios perjudicados trataban de recuperar, poco a poco, la normalidad. «Estamos recomponiendo otra vez los ascensores, actualizando las máquinas, regulando toda la presión de luz y agua...», concluye Fernando Álvarez.