Secciones
Servicios
Destacamos
Por ejemplo, un miércoles. Son las 22:05. Hace cinco minutos ha comenzado el toque de queda impuesto para controlar el coronavirus. Caminar a estas horas por la calle Santiago, por Duque de la Victoria, la Plaza Mayor es un lujo reservado a los poseedores de un permiso, de un papel que les identifique como trabajador esencial. De vez en cuando un taxi, un coche de policía, un peatón apresurado, un camión de la basura. Suenen los propios pasos en unos adoquines libres de pisadas. Son las 22:05 horas en una ciudad semivacía que, sin embargo, no ha decretado aún para la Navidad el toque de queda.
El alumbrado navideño, encendido de forma inesperada el 12 de noviembre, visitado por miles de personas durante los fines de semana, admirado a diario en los paseos vespertinos, permanece activado hasta las 22:30 horas. Más allá del toque de queda de las 22:00 horas. Media hora de regalo para que lo disfruten tan solo unos pocos, para que apenas puedan gozalo quienes alcancen a verlo desde las ventanas de esos hogares con suerte de calle decorada. Media hora de Navidad sin toque de queda.
El Ayuntamiento destina este año cerca de 300.000 euros para una campaña de alumbrado que cuenta con el patrocinio y colaboración de 1.325 comercios, sesenta menos que el año pasado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.