El nadador Eduardo Blasco, partirá próximamente a salvar vidas al Mediterráneo Adrián González Brito
Castilla y León

El nadador de élite convertido en salvavidas en mar abierto

Eduardo Blasco, que consolidó su carrera como deportista profesional en la comunidad, dejará la alta competición para socorrer migrantes en el Mediterráneo

Laura Negro

Valladolid

Lunes, 20 de marzo 2023, 19:51

El Mediterráneo puede ser un destino idílico para aquellos que buscan un lugar en el que desconectar y relajarse, pero también puede ser un lugar en el que la vida puede correr un gran peligro, especialmente para las personas migrantes, que dejan sus países de ... origen buscando un futuro mejor en el Viejo Continente. En 2022, al menos 2.566 personas perdieron la vida en el mar, y miles se la jugaron para intentar encontrar refugio. Argelia y Libia son los principales puertos desde los que salen las barcazas que, en muchos casos, jamás llegan a su destino.

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El nadador y campeón mundial y europeo de rescate y salvamento, Eduardo Blasco Álvarez, lo sabe muy bien, y por ello, ha decidido hacer un paréntesis en su carrera deportiva, para embarcarse en la que quizás sea la aventura más dura de su vida: ser voluntario de una ONG en el Mediterráneo, colaborando en el rescate humanitario de migrantes.

Nació hace 28 años en San Sebastián y se crió en Canarias, concretamente en Fuerteventura. Fue un nadador precoz. Lo llevaba en el ADN. Su abuelo, Eduardo Álvarez Muro, participó en varios campeonatos del mundo como nadador especializado en pesca submarina. Eduardo, con tan sólo 7 años, ya competía con niños mucho mayores que él y pronto se especializó en rescate y salvamento. Era algo «que tenía muy dentro». Fue durante su época de universitario de derecho en País Vasco, cuando creó un fuerte vínculo con Castilla y León. En León estuvo entrenando duro durante el segundo año de carrera y en Valladolid, concretamente en el Centro Deportivo Río Esgueva, forjó sus amistades más importantes a nivel deportivo. Entró a formar parte de la selección de Castilla y León, en la que permaneció varios años, hasta que dio el salto a la española. «Durante 5 años fuimos campeones de España en 50, 100 y 200 metros y en 2017 gané las tres modalidades por Castilla y León. He pasado momentos muy importantes de mi vida en esta tierra en la que tengo grandes amigos», explica.

Eduardo Blasco, primero por la izquierda en la primera fila, con la selección de Castilla y León EL NORTE

Eduardo está convencido que el deporte de alto nivel puede ayudar a salvar muchas vidas. Lo dice él, que es uno de los mejores del mundo en la modalidad de rescate y socorrismo. «El deporte de élite tiene muchísimas facetas maravillosas que pueden revertir en la sociedad y que no se aprovechan. Quizás la más potente sea el salvamento. Un buzo, un nadador o un escalador son un seguro en un rescate de estas características. Pero para ir al Mediterráneo a salvar a estas personas, no sólo vale la capacitación física, también es necesaria la preparación y la formación y tener una mentalidad fuerte. Las habilidades de un deportista de élite son excepcionales para misiones de este tipo. Además, el deporte te prepara psicológicamente para situaciones de gran estrés. Me veo preparado», opina.

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El pasado mes de noviembre una ONG dedicada al rescate marítimo en el Mediterráneo (él prefiere no desvelar el nombre de esta organización), se puso en contacto con él. «Al principio me pareció una auténtica liada meterme en un buque durante semanas y semanas, sin saber destino fijo, destruir mi preparación física, enfrentarme a muchísimas presiones… era algo que tenía que meditar. Pero al final no lo medité tanto y la decisión fue rápida y fácil. Enseguida tuve claro que quería participar», explica.

Se va a embarcar en los próximos días en un buque con destino al Mediterráneo. Tampoco quiere desvelar la ruta. Su objetivo es garantizar la supervivencia del mayor número de migrantes posible. «Yo seré un voluntario más de la expedición. Si tengo que repartir mantas, o comida o lo que sea, lo haré. Hasta que haya una persona en el agua. Es en ese momento cuando empieza mi labor. Una labor, que por otro lado, espero no tener que desempeñar. Eso significaría que nadie corre peligro de ahogarse», continúa Eduardo.

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Este nadador ha tenido que prepararse para desempeñar este cometido, tanto a nivel físico como psicológico. «Son situaciones a las que uno no está costumbrado a enfrentarse. Tengo experiencia rescatando y compitiendo pero no es lo mismo que lo que voy a hacer ahora, que serán rescates masivos. La presión es grande. Psicológicamente está siendo duro y a la vez, es una experiencia que me está fortaleciendo muchísimo. Creo que me voy a enfrentar a situaciones muy adversas. Todo va a ser un peligro», dice.

A su familia le ha costado asumir la decisión de Eduardo. «Están muy preocupados porque es muy peligroso. A aparte de eso, no entienden que lo deje todo estando en el mejor momento de mi carrera deportiva», dice este joven, que pasará más de un mes en alta mar. Para el futuro tiene grandes planes, entre ellos, continuar trabajando el deporte de élite. Le gustaría participar en los próximos Juegos Olímpicos. «Soy campeón del mundo. Sería absurdo dejarlo en este momento. Me gustaría seguir trabajando todas mis capacidades deportivas, hasta ver donde soy capaz de llegar, pero ahora siento que debo hacer esto. La gente está poniendo en riesgo sus vidas, dejando sus casas, su familia, todo… para buscar un futuro mejor y es nuestra responsabilidad ayudarles«, concluye.

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