Un pequeño «escalofrío», de esos que se recuerdan «para siempre». La primera vez que los miembros de la Unión Musical El Pendón pisaron el Hospital Clínico Universitario de Valladolid se dieron cuenta de que el convenio de colaboración que acababan de firmar con ... la dirección del centro médico, mediante el cual se comprometían a ofrecer conciertos «didácticos y altruistas» para sus pacientes, había sido «una muy buena decisión, muy acertada». No ganarían «ni un solo euro». «Solo el cariño de la gente, que no es poco», dice su presidenta, Elena Rojo. «Eso vale oro, es una maravilla», continúa.
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Tampoco querían que fuera una puerta de salida para lograr «bolos». Tan solo querían llenarse el cuerpo de primeras veces. Querían hacer «algo didáctico», pero no sabían muy bien qué. Entonces, José Manuel, «nuestro bombero» (lo llama así cariñosamente porque toca el bombo), dio con la tecla correcta. «Nos propuso la idea, y como su mujer trabaja en ese hospital, nos facilitó los trámites. La verdad es que la dirección del centro nos lo puso muy fácil. Nos dijo que no era obligatorio y que con seis o siete personas –en la actualidad son 18 músicos– era más que suficiente», asevera Rojo. Además, la única «condición» que les impusieron era que «avisaran» con antelación de la fecha en la que irían. «Podíamos estar el tiempo que quisiéramos, solo teníamos que decirles el día y hora para que ellos se organizaran y supieran que íbamos a ir, no presentarnos allí por sorpresa», incide la presidenta.
Ha pasado más de un año desde que ofrecieron el primer concierto –colaboraron por primera vez en marzo de 2018–, pero su presidenta lo recuerda «como si hubiera sido ayer». «Entramos y se les iluminó la cara. Es muy duro estar allí y, a juzgar por sus caras, estoy convencida de que les alegramos el día», sostiene. «Si llevas mucho tiempo ingresado es deprimente; era nuestra forma de ayudarles a amenizar la estancia», apostilla.
«Una de las veces», recuerda Rojo, les dieron la posibilidad de actuar en el área de Pediatría. Fue, «sin duda», cuenta esta trompetista, su «mejor día». En aquella ocasión, a diferencia de las anteriores, se prepararon la actuación concienzudamente. No solo animarían y entretendrían. También había que «enseñar». Para ello, organizaron una «especie de cuentacuentos» para explicar tanto la historia como el funcionamiento de los instrumentos. «Ese día éramos solo seis personas, pero llevamos el doble de instrumentos para que pudieran ver el mayor número posible», argumenta.
En marzo, como ambas partes estaban «satisfechas», renovaron el convenio de colaboración. Normalmente actúan «una o dos veces» cada mes, pero ahora se han visto obligados a realizar un «parón temporal por exámenes». «La mayoría de la gente está estudiando, por lo que ahora es muy mala fecha». Por ello, Rojo prevé retomar las actuaciones «en julio o ya en septiembre». «Nos hemos visto obligados a dejarlo un poco de lado, pero esperamos volver en verano, cuando la gente esté más libre y centrada», apunta.
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El Pendón nació hace ahora treinta años en Laguna de Duero, aunque su origen podría asociarse perfectamente a Mojados. Allí, reconoce Rojo, se sienten un «un vecino más», hasta tal punto que proyectan su temporada musical teniendo siempre en cuenta las fiestas patronales de esta localidad vallisoletana, que «normalmente se celebran a finales de septiembre o principios de octubre». Aunque por el momento tienen los festejos «apalabrados, no cerrados», confían en continuar yendo a tocar. «Es algo imprescindible, donde mejor nos tratan, nos sentimos como en casa esos días», concluye.
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