

Sanidad en Castilla y León
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Sanidad en Castilla y León
Multitudinaria marcha por la sanidad pública con quejas de «desatención» y falta de profesionalesLlegaba la cabeza de la manifestación a la plaza de Zorrilla y no había terminado de salir la cola de la plaza de Colón, en ... una marcha tupida que recorría las calles Gamazo y Miguel Íscar reclamando el refuerzo de plantillas y la mejora de hospitales, centros y consultorios que gestiona la Consejería de Sanidad de la Junta a través de Sacyl. Ha sido una mañana de reivindicación la de este sábado en Valladolid, con una marcha en defensa de la sanidad pública convocada por UGT y CC OO, arropada por las numerosas plataformas provinciales y comarcales que reclaman mejoras sanitarias en sus lugares de residencia y con una asistencia que desde el Cuerpo Nacional de Policía han estimado en unas 7.000 personas participantes.
El tiempo ha acompañado, sin que la amenaza de la borrasca Konrad que durante la semana sobrevoló la convocatoria cuajara, y la manifestación ha discurrido a ritmo de batucada, petardos y silbatos con exigencia de más médicos de familia y personal de enfermería para garantizar la atención en el medio rural, de especialistas que cubran las vacantes de hospitales como los de Ponferrada y Aranda, de trabajadores sociales sanitarios... 'Sin médicos la comarca se muere', podía leerse en numerosos carteles durante una marcha en la que se han coreado lemas como 'en lista de espera hasta que me muera' o 'sanidad pública', de ámbito general, y otros más locales como 'Sacyl escucha, Tábara está en lucha'.
El goteo de autobuses en las inmediaciones del Campo Grande aventuraba ya a media mañana que la afluencia de manifestantes iba a ser potente, con personas llegadas a Valladolid desde todas las provincias de la comunidad. Algunos con más de 200 kilómetros para acercarse, a lo que sumarán otros tantos de vuelta. La marcha ha terminado en la confluencia del Paseo de Zorrilla con Filipinos, justo en el esquinazo de la sede de la Consejería de Sanidad donde se ubica el despacho del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez. En sábado, con los estores bajados y sin señales de actividad en esa tercera planta, a cuyos pies llegó la cabecera de la marcha bajo el lema 'Defendamos nuestra sanidad pública'.
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Por parte de los convocantes, tanto Vicente Andrés como Óscar Lobo, secretarios autonómicos de CC OO y UGT, confiaron en que el respaldo que tuvo la manifestación provocara un cambio de rumbo en la gestión que el Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco hace de la asistencia sanitaria en Castilla y León. Vicente Andrés argumentó que el «deterioro» de la atención en el ámbito público alimenta el «negocio en el privado», un «riesgo que observamos, porque cuando pero le vaya a la sanidad pública mejor le va a la privada», remarcó. Óscar Lobo incidió en el «abandono de los consultorios» y en las demoras de las listas de espera. «Estamos viendo que son interminables. No se puede jugar con la salud de los ciudadanos, cualquier retraso en una prueba diagnóstica pone en riesgo su salud», valoró el secretario general de UGT Castilla y León.
En paralelo a esos argumentos generales estaban los que ofrecían desde las distintas plataformas y asociaciones que acercaron sus reivindicaciones a Valladolid, del Tiétar abulense, a los salmantinos de Béjar, la comarca de Aranda de Duero o la Zamora rural. Incluso los de Valladolid, porque a pesar de que muchos visitantes insistían en que la medida real de la sanidad que ofrece la Junta no puede ser la que recibe «un vecino del Paseo de Zorrilla», los vallisoletanos también tienen demandas sanitarias. A partir de aquí, una muestra de las reclamaciones de participantes en la manifestación.
También desde Valladolid se plantean reclamaciones a la Junta de Castilla y León, cuyos responsables inauguraron el jueves el Centro de Salud de Magdalena, pendiente desde hace 16 años, en una convocatoria a los medios que se realizó sobre la marcha y sin invitar a los vecinos. La principal demanda sanitaria en Valladolid es la reforma del Hospital Clínico, que debería haber sido una realidad en 2015 y lleva años sin apenas inversión. A ese proyecto con falta de impulso se suma la petición de reapertura del Centro de Especialidades de Delicias o un nuevo Centro de Salud para Laguna de Duero, instalaciones reivindicadas desde hace años con una presión creciente en las citas con los médicos de familia de la capital y poblaciones del entorno.
«Estamos pidiendo que se solucionen las carencias que tenemos en el Hospital del Bierzo, que son muchas. Empezamos con el tema de Oncología, pero faltan profesionales en casi todos los servicios del hospital», describe Tito Gago . En el caso de los enfermos oncológicos dibujan una situación muy precaria, que roza lo sangrante. «De seis especialistas que debería haber en plantilla, ahora mismo no hay ninguno, porque había uno y está con un permiso. Estamos sin especialistas», señala. ¿Qué implica esa situación? «Que vienen especialistas de toda la comunidad, rotando más de veinte, que no conocen las historias, se producen casos de falta de atención, los enfermos oncológicos que están hospitalizados los atienden internistas, porque no hay oncólogos que pasen visita... Esa es la situación que tenemos en El Bierzo ahora mismo».
La comarca rural zamorana de Tábara, con 22 pueblos en su zona de salud, demanda médico y enfermera para las guardias de 24 horas, otro facultativo para cubrir las bajas, descansos y vacaciones, fisioterapeuta, psiquiatra, geriatra y «para los nenes que vaya el pediatra más a menudo, que va cada 15 días». Actualmente tienen nueve médicos de familia. «Hemos estado unos meses con siete, pero hemos conseguido que completen la plantilla con otros dos más. Aún así siempre nos quedamos con uno menos, porque el que está de guardia no trabaja al día siguiente. En agosto nos llegamos a quedar con tres», explica Miguel Ángel Colino, de la Plataforma por la Sanidad Pública de Tábara, que cada sábado, sin falta, se manifiesta en su tierra zamorana.
«En los centros de salud de la comarca hay muchos médicos sin la especialidad (de Medicina Familiar y Comunitaria) en Atención Primaria. En las capitales no llega al 1% y en las zonas rurales son el 30%. Eso se nota en la atención», remarca Teresa Royo, miembro de la plataforma local. Se han traído a Valladolid la cuenta de las vacantes en el hospital arandino: 13 médicos especialistas, 2 médicos de Urgencias, 16 enfermeras y 11 auxiliares. La población a la que atienden los profesionales de Aranda es de 65.000 usuarios. «Hay médicos que se quieren jubilar y se quedan por vocación y por no dejar sin servicio a sus pacientes de siempre», resume Royo. «Llegará el momento en que no puedan estirarlo más», apunta.
Desde la asociación que reúne a las pacientes de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica también plantearon sus demandas en la manifestación. «Una atención adecuada, con informes correctos, porque hay falta de especialista y falta de formación y por eso los expedientes que presentamos para conseguir una discapacidad y adaptar el puesto de trabajo no son correctos... Los reumatólogos se niegan a recibirnos porque tenemos un diagnóstico y nos tiene que llevar el médico de Familia, pero este no da de sí... No existe investigación...», describe Pilar Fernández, presidenta de la Federación de Fibromialgia y Fatiga Crónica de Castilla y León (también de Palencia), que apunta una incidencia de estas enfermedades en el entorno del 4,5% de la población.
El de Béjar es un hospital comarcal a 72 kilómetros de Salamanca, en la frontera extremeña. «Nos tratan como el hermano pobre. Nos quieren volver a quitar las Urgencias ahora, con la jubilación de profesionales, o la planta de hospitalización de un centro de cercanía en una comarca con gente muy mayor», apunta Marisa Díaz, que reivindica para ese hospital especialidades como Neurología, Neumología o Endocrinología y más frecuentación de las consultas que sí se pasan en un centro con un quirófano «infrautilizado, hay que ir a Salamanca a hacerse una simple operación de cataratas que durante 40 años se ha hecho en Béjar». Y de la zona básica, apunta, «se han llevado tres médicos».
Con las obras paralizadas durante años. Así está el Centro de Salud de Arévalo. «Está todo muy parado», relata Blanca Alonso, portavoz de la plataforma de la comarca de La Moraña. «Nos falta especialistas, nos falta médicos y no hay estabilidad entre los profesionales sanitarios. No debe resultar atractivo y hay mucha movilidad. Suele ser un lugar de tránsito». Da servicio a unos 14.000 personas que casi 30 pueblos.
Teresa López plantea las demandas del Valle del Tiétar: «Tenemos plazas sin cubrir y, además, médicos que cambian de un día para otro y cada vez que vas te encuentras una persona nueva que no conoce tu historia, tu situación personal, familiar y laboral, queremos reivindicar el médico de Familia». Denuncia que las urgencias de todo el Valle del Tiétar, con dos puertos de montaña de distancia al hospital de referencia de Ávila, no pueden cubrirse con una única UVI móvil para una zona con cinco centros de salud. Para algunas especialidades son atendidos desde Talavera de la Reina (Toledo), con un convenio entre autonomías recién renovado. «Nos han dicho que ahora sí van a solucionar un problema gravísimo, que no se podían compartir las historias clínicas por ser distintos sistemas informáticos», resalta.
A la marcha que perseguía variar el rumbo de la gestión sanitaria del Gobierno autonómico del PP se sumaron también partidos políticos como PSOE, Podemos, IU y Sumar.
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