Valladolid

La multa de tráfico por no llevar la ITV en vigor: de 200 a 500 euros

«El problema que vemos es que los ciudadanos no asumen el riesgo que implica no pasar la ITV, cuando es una actividad imprescindible para evitar los siniestros». Inmaculada Matías, jefa Provincial de Tráfico de Valladolid, sabe bien de lo que habla. Su experiencia y las estadísticas le llevan a concluir que los conductores «no son conscientes del peligro» de circular sin ese documento obligatorio en vigor, pese a que existe «una relación directa» entre los accidentes de circulación y el estado de los vehículos.

Las cifras hablan por sí solas. Los últimos datos disponibles, correspondientes a 2023, sitúan en 48.872 las sanciones que se impusieron por esta causa en Castilla y León el año pasado. De ellas 7.863 se registraron en la provincia vallisoletana, el 16% del total. Si dividimos esa cantidad entre las 365 jornadas que tiene un año, vienen a ser en torno a 22 al día.

Las estadísticas nacionales de la Dirección General de Tráfico (DGT) –sobre esto no existe desagregación por autonomías– revelan que «de los alrededor de 23,5 millones de turismos que componen el parque circulante, 2,5 millones lo hacen sin la ITV en vigor». O lo que es lo mismo, uno de cada diez. El porcentaje es aún más elevado en el caso de las furgonetas, lo que resulta aún más preocupante porque la especificidad de su función hace que se muevan «con más frecuencia»: de los 2,3 millones que salen a las carreteras españolas en torno a 400.000 incumplen, el 17,4%.

Pero, ¿qué lleva a un conductor a infringir la norma? Inmaculada Matías distingue entre dos grupos. «Por un lado están los que no pasan la Inspección Técnica de Vehículos a sabiendas, porque son conscientes de que les va a dar como no válida», explica. Y luego «hay otro sector de la población a la que se les olvida». «Al tratarse de un despiste, lo habitual es que pidan cita y vayan a pasarla inmediatamente. No esperan ni a que les llegue la denuncia a casa», indica la responsable de la DGT.

Eso sí, la multa no se la quita nadie. Y no es barata. Oscila entre los 200 de las infracciones graves –cuando la ITV está caducada o es desfavorable, por ejemplo– y los 500 euros de las muy graves, entre las que figura circular con un vehículo en condiciones técnicas que afecten gravemente a la seguridad vial, según el artículo 77 de la Ley de Tráfico.

Cuando esto ocurre, la DGT envía siempre la multa al titular o arrendatario a largo plazo, aunque no fuera al volante en ese momento o la sanción la firmara un agente municipal. Esa responsabilidad del titular se contempla en el artículo 82.f de la norma, que establece que es a él al que le corresponde llevar la documentación en regla y eso incluye estar pendiente del estado de conservación «cuando las deficiencias afecten a las condiciones de seguridad».

El antídoto contra esto está muy claro. «Hay que prestar una especial atención al adecuado mantenimiento y puesta a punto de todos los elementos de seguridad del vehículo. Invertir en mantenimiento del vehículo es invertir en seguridad», señala rotunda Inmaculada Matías. De ahí que destaque la importancia de las campañas de sensibilización, que «son fundamentales para concienciar».

Por otra parte, conviene recordar que la necesidad de preservar esas buenas condiciones es proporcional a la antigüedad. «Un vehículo con deficiencias en los sistemas de frenado, la suspensión, la dirección o los neumáticos es un vehículo más propenso a sufrir un siniestro», recuerda la jefa Provincial de Tráfico en Valladolid. Y lo cierto es que «la antigüedad media del parque de turismos, que representa el 70% del total de automóviles, se sitúa en los 11,5 años».

• Temas
• DGT Dirección General de Tráfico
• Castilla y León
• Multas