Susana Sánchez, jefa de Sección de Urgencias del Río Hortega

«Las mujeres tenemos menos miedo al rechazo social ante una agresión tan horrorosa»

«Tenemos un problema con la sumisión química, y es por el tipo de sustancias que se usan y por los efectos que producen en las pacientes, digo en femenino porque en el 90% son mujeres. Producen una amnesia anterógrada, tienen episodios de confusión, no saben muy bien lo que ha pasado... Tienen como una especie de laguna, por eso es posible que se detecten menos víctimas de las que realmente pueda haber», considera esta sanitaria, que incide en que por lo general las víctimas son mujeres jóvenes, menores de 35 años.

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Aconseja acudir cuanto antes a un centro hospitalario para detectar, en caso de que así fuera, posibles sustancias antes de que desaparezcan del organismo. «Cuanto antes, mejor. El problema de los retrasos es eso, porque es una sensación de desrealidad, muchas veces no saben muy bien lo que ha ocurrido, tienen incidios de que puede haber pasado algo pero no están seguras... Muchas veces es confuso para las propias pacientes, pero creo que cada vez las mujeres tenemos menos miedo, más valentía, al rechazo social ante una agresión de esa índole que es tan sumamente horrorosa. Y también quizás porque la sociedad está un poquito más formada con campañas de divulgación o de información, que también influye bastante a la hora de que alguien se decida a ello», asevera.

Siempre que un paciente llega a Urgencias se sigue el protocolo fijado ante las agresiones sexuales, se haya detectado o no la presencia de sumisión química. «Se sigue un circuito independiente, porque a la víctima hay que creerla siempre. Se acuerda entre el Servicio de Ginecología, con el Servicio Forense, nosotros como Servicio de Urgencias y Salud Mental... para poder hacer una atención adecuada e integral a la víctima», remarca Sánchez, al tiempo que insiste en que está «todo bastante protocolarizado» desde 2020, principalmente a raíz de la alerta surgida por los 'pinchazos'.

En cuanto a las sustancias más frecuentes detectadas, coincide con el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses en que es el alcohol, aunque también se hallan otras como benzodiacepinas, hipnóticos, cannabinoides o anestésicos como la ketamina, la escopolamina o barbitúricos.