Muere Marisa Ramírez, concejala durante cuatro mandatos con León de la Riva

«En estas circunstancias la gente se elogia de la memoria del fallecido, pero en este caso es verdad. Era una de las personas más amables y cariñosas que ha trabajado conmigo. Funcionaba de maravilla, tenía un interés fenomenal», cuenta el exregidor sobre la que fue responsable de Acción Social (1995-1999) y Partipación Social (1999-2007) durante tres de sus mandatos al frente del Consistorio de la capital.

Llegó Marisa Ramírez al Ayuntamiento en 1991 con León de la Riva y, aunque ganaron las elecciones, un pacto de izquierdas mantuvo a la bancada popular cuatro años más en la oposición. Tomás Rodríguez Bolaños, del PSOE, afrontó el que sería su último mandato como alcalde. En 1995, el Partido Popular se hizo con la Alcaldía y Ramírez, que era funcionaria en la Diputación Provincial, asumió el área de Acción Social.

Al poco de 'aterrizar' en la Concejalía, en diciembre de 1996, en una entrevista a El Norte de Castilla ella misma aseguraba que el PP había aportado «una nueva concepción de la acción social» tras dieciséis años de impronta socialista. «La entiendo como se concibe en el centro derecha, apostando más por la sociedad, intentando obtener recursos de la propia sociedad», consideraba.

Cuatro años más tarde, en 1999 el equipo de Javier León de la Riva revalidó la Alcaldía, con rostros conocidos como Alberto Gutiérrez Alberca (hoy edil de Tráfico y Movilidad con Jesús Julio Carnero), el expresidente de la Diputación Ramiro Ruiz Medrano, Jesús Enríquez (en la actualidad, en el equipo del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, como director general de Relaciones con la Sociedad Civil), Luis Minguela (exfutbolista del Real Valladolid y exdiputado provincial) o José Antonio de Santiago-Juárez (exvicepresidente de la Junta, también ha sido concejal del PP entre 2019-2023).

En ese equipo estaba, de nuevo, Marisa Ramírez, aunque en aquella ocasión asumió la Participación Ciudadana. Hizo frente, junto a De la Riva, a un concejo de barrio en San Pedro Regalado -en el 2000- que a punto estuvo de desembocar en altercado público, pues varios vecinos patearon el vehículo del regidor tras un acto en el que se abordó el realojo de familais gitanas en La Esperanza.

Defensora de los derechos de la mujer («la base cultural es fundamental para hacer realidad el logro de la igualdad», llegó a señalar en El Norte), funcionaria de la Diputación de Valladolid y titulada en Secretariado Internacional Internacional, quienes la conocían destacan su carácter conciliador y su enorme capacidad de trabajo, siempre a disposición del otro. «Funcionaba absolutamente de maravilla, se llevaba perfectamente bien con toda la gente, incluida la oposición. Me atrevo a decir que era una de las personas más queridas de Valladolid», añade Francisco Javier León de la Riva.

Cuando Ramiro Ruiz Medrano llegó a la institución provincial en 1987 (fue presidente entre 1991 y 2011), lo primero que se encontró fue a una persona «dispuesta a ayudar en absolutamente todo». Halló en Marisa Ramírez, entonces secretaria de Cultura, «una asesora y colaboradora directa». «Llegaba allí nuevo, recién estrenado en política, y ella tenía gran experiencia dentro de la institución; me abrió muchos caminos», recuerda, agradecido, Ruiz Medrano, quien reconoce que su recuerdo de la expolítica «no puede ser más entrañable, cariñoso y de agradecimiento». «Era sobre todo una persona encantadora. Todo lo que transmitía a los compañeros de trabajo y a alcaldes cuando se acercaban a hacer alguna consulta era disponibilidad total para solucionar sus problemas, y además haciéndolo con un encanto especial continúa.

Dice Ruiz Medrano -que más tarde coincidió con ella en el Ayuntamiento, ambos como ediles- que el sentir general tanto en 'territorio' provincial como municipal era de gratitud por su «gran disposición a ayudar a sus compañeros». «Era una persona maravillosa, siempre la veías sonriendo, y además tenía un gran conocimiento tanto de la ciudad como de la provincia», apostilla.

El exvicepresidente de la Junta José Antonio de Santiago-Juárez coincidió con Marisa Ramírez durante un mandato, con él al cargo de Medio Ambiente, Salud y Consumo. «Tengo un grandísimo recuerdo de ella. Era una mujer amable, inteligente y siempre dispuesta a ayudar. Para mí todo lo de la política municipal era nuevo. Venía de la Junta y ella siempre estaba deseando explicarte», indica, mientras cuenta que «era una mujer muy trabajadora y muy leal a sus pensamientos».

Fue nombrada Reina de la Prensa en los festejos que se celebraban en la Pérgola del Campo Grande cuando tenía 16 años. Rehuía del término 'miss', aunque a día de hoy bien podría equipararse con la distinción de Reina de la Prensa. «No fui miss, sino Reina de la Prensa, Tenía 16 años y me costó que me echasen del colegio. Entonces estaba muy mal visto», apuntaba en una entrevista en 1996.

El último adiós a Marisa Ramírez es este jueves, a las 16:45 horas, en el Tanatorio de Las Contiendas de Valladolid capital.