La movilidad Valladolid-alfoz, una tarea a medio resolver desde hace 30 años

En abril de 2018, con Óscar Puente en la Alcaldía y José Antonio De Santiago-Juárez en la Junta, nacía «la Mancomunidad de Valladolid para que ganen los vecinos y sin importancia del carnet».

En septiembre de 2023 se ha constituido «la Mancomunidad de Interés General urbana 'Valladolid y Alfoz', basada en el diálogo constructivo que beneficiará a 25 municipios».

Tres décadas en construcción desde que una reunión en 1993 parecía impulsar la apuesta por un área metropolitana que se parecía muy poco a la de hoy. Para empezar, Valladolid contaba con 315.000 habitantes y a su alrededor convivía una pléyade de pequeñas localidades. Laguna de Duero contabilizaba 14.234 habitantes (datos del Instituto Nacional de Estadística de 1996), pero de los 15 ayuntamientos que estaban invitados solo Cigales (2.620), La Cistérniga (2.488), Simancas (2.900) y Tudela de Duero (5.745) superaban los dos mil habitantes. Ese alfoz en torno a Valladolid acumulaba 40.645 vecinos. Incluso si se unieran los otros nueve consistorios que hoy se han añadido a la mancomunidad habrían sumado 46.841.

Hoy, treinta años más tarde, los 24 municipios que circunvalan la capital suman 114.648 habitantes. El 22% de la población de la provincia. Entonces apenas suponía en torno a un 8-9%. Siete localidades, además de Valladolid, superan los cinco mil habitantes. Quince se sitúan por encima de los dos mil. Y la capital ha bajado desde los 315.000 a situarse, en 2022, en 295.000, aunque parece haber recuperado la frontera de los 300.000 en el último año, a falta de los datos definitivos.

En la pasada campaña electoral, los programas de los diferentes partidos políticos que aspiraban a las alcaldías del alfoz recogían un sinfín de medidas con el colofón «se negociará con el Ayuntamiento de Valladolid». Y principalmente se referían a asuntos de movilidad como unir las localidades por carril bici o utilizar los servicios de Auvasa o de Biki. A mayores, el propio Jesús Julio Carnero, ahora alcalde y entonces aspirante al bastón de mando en la capital, anunció por ejemplo una pasarela entre Valladolid y Arroyo sobre el Pisuerga y la construcción de un túnel en la rotonda de San Agustín para mejorar la conexión entre Valladolid y Laguna de Duero.

En el caso de Arroyo, se ha comenzado por pedir un «estudio previo» de la cuestión para ver cómo se repartirían los costes, por ejemplo, y la ubicación más adecuada para esa pasarela para peatones y ciclistas. Pero hay otro asunto más pendiente. Es el de incluir paradas intermedias para los autobuses de Arroyo en Valladolid. Y ahí es donde entra la Junta de Castilla y León. Porque el Ejecutivo autonómico es pieza clave en todo aquello que se refiera a la movilidad entre los diferentes municipios.

La Junta impulsó unos bonos de transporte interurbano cuyo uso ha ido paulatinamente en aumento, según sus estadísticas. Comenzaron Zaratán y Renedo en 2015. Se unieron en marzo de 2017 Laguna y Tudela. Y tras el verano de aquel año, diez localidades más. La pandemia interrumpió el crecimiento del sistema. En 2015 se transportaron 18.305 viajeros. En 2016 se incrementó hasta 82.340. Y cuando se completó el cuadro pasaron a 2.406.385 en 2017, para culminar en los 2.700.316 de 2019, año prepandemia. En 2022 comenzó la recuperación de esas cifras: 2.327.662, según datos provisionales.

El sistema, sin embargo, aún admite mejoras. El modo de obtener el abono interurbano por primera vez es acudir a la oficina de la estación de autobuses con un horario muy limitado, de lunes a viernes de 10 a 14 horas. La recarga se efectúa en los propios buses. Otra cuestión son las frecuencias. Y los precios. El bono metropolitano, que permite viajar en transporte interurbano y en Auvasa durante un mes, cuesta 59 euros. Auvasa contabilizó desde enero hasta agosto 49.150 viajeros con este sistema. En 2019, año prepandémico, se registraron 84.674 viajeros. La media mensual ha bajado.

El transporte metropolitano era, así lo contaba una de las empresas participantes en los inicios, una «experiencia piloto» que debería desembocar en una «implantación eficiente y definitiva del transporte metropolitano en Valladolid».

Las localidades más próximas, sin embargo, quieren que Auvasa llegue hasta allí. Ocurrió con La Cistérniga y con Simancas. El servicio hasta Simancas y La Cistérniga está garantizado hasta 2025, después de que se renovara el contrato a finales de 2022. El coste previsto para 2023 es de en torno a 329.000 euros para Simancas y 257.000 euros para La Cistérniga. Zaratán era de una de las localidades interesadas en seguir esa misma senda. Cuenta con una de las poblaciones más jóvenes de la provincia, después del boom de nacimientos entre 2007 y 2014 –más de 800 niños en ese lapso– y la movilidad empieza a ser un problema, con muchos patinetes circulando por la vía de dos carriles por sentido que une el término municipal con Valladolid.

«La mancomunidad es inevitable. Valladolid se ha quedado reducida a esos trescientos mil habitantes, pero es un cúmulo mucho más allá. ¿Dónde está la línea entre Valladolid y Arroyo? El suelo urbano de Valladolid llega prácticamente hasta Laguna de Duero», admite el concejal de Urbanismo,Ignacio Zarandona. Ya se han reunido con los alcaldes de Arroyo y de Laguna, por ejemplo. «Todos tienen inquietudes para que desarrollemos proyectos comunes pero hay que establecer relaciones de movilidad muy eficaces».

Los carriles bicis y que se expanda el servicio de Biki son otras peticiones reiteradas. Su tramitación burocrática sería sencilla.Otra cosa son los costes. Bicicletas y estaciones suponen una inversión inicial relevante, pero hay que añadir el mantenimiento anual.

Mientras tanto, hay otras cuestiones relevantes. Por ejemplo, el tratamiento de residuos. Conrado Íscar, presidente de la Diputación, anunció su intención de crear un centro de tratamiento de residuos provincial. Una iniciativa compleja. Mientras tanto, la mancomunidad de Valladolid y alfoz ha recibido 3,7 millones de euros de la Junta de Castilla y León para adquirir contenedores que permitan implantar la recogida separada de la basura orgánica. Serán para los municipios de Laguna de Duero, Viana de Cega, Santovenia de Pisuerga, Boecillo, Cabezón de Pisuerga y Valladolid. Son fondos que proceden del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Next Generation EU. Y añadía una nota de prensa: «Se han conseguido con el diálogo y el esfuerzo cooperativo de esos seis municipios».

La financiación, como siempre, es la clave de todo. Aprovechar posibles fondos europeos, convocatorias de ayudas relacionadas con la movilidad del Gobierno de España, la ayuda obligada de la Junta de Castilla y León...Y, sobre todo, una negociación constante entre el municipio que ejerce de tractor en la mancomunidad, Valladolid, y los que se encuentran, sobre todo, en esa 'primera corona' del alfoz, que son los que más ciudadanos albergan. «Son muchísimas las cosas que hay que hacer y el dinero es el que es», asume Zarandona. «Hay que establecer cuáles son las cuestiones prioritarias, aquellas que son más necesarias para facilitar la vida diaria de los ciudadanos».