Secciones
Servicios
Destacamos
En las aulas de los institutos y colegios, ¿móviles sí o no? Esa pregunta está en la mente de los profesores y en la de los padres con hijos en edad escolar. Actualmente, en España no existe una normativa general que prohíba su uso en ... las aulas. Fue un asunto que estuvo sobre la mesa del Gobierno, en 2018, cuando la entonces ministra de Educación, Isabel Celaá, estudió la posibilidad de prohibir los móviles en los centros educativos. Su intención era seguir los pasos de la ley aprobada aquel curso en Francia para disminuir la adicción digital de los estudiantes.
Finalmente, en este país la decisión se dejó en manos de las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias de educación. Sólo Castilla-La Mancha, Galicia y la Comunidad de Madrid lo prohíben por ley al considerarlo un elemento de distracción para los alumnos. En el resto de regiones son los centros educativos los que tienen la autonomía para decidir si conviene o no emplear las pantallas en las aulas. Según el informe 'El uso de las tecnologías por menores en España', publicado por El Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) en febrero de 2022, prácticamente la totalidad (el 98%) de los niños españoles de entre 10 y 15 años accede a Internet y a los 13 años, nueve de cada diez ya tiene móvil propio. En concreto, en Castilla y León el 71,3% de las niñas y el 59,7% de los niños de entre 10 y 15 años tiene móvil propio.
Noticia Relacionada
Con estos mimbres, cada centro educativo de Valladolid establece su propia normativa interna, si bien es cierto que la mayoría de ellos prohíben su uso, salvo que sea como recurso educativo, y siempre con aviso previo de los profesores a los padres. Es una forma también de enseñar a los adolescentes a hacer un uso correcto de estos dispositivos. Según la última encuesta sobre 'Sociedad de la información y comunicación', publicada por el Ministerio de Educación en mayo de 2022, más del 70% de los institutos de Castilla y León permite usar el móvil, siempre que sea con fines educativos. El porcentaje varía según la etapa de enseñanza, pero en todas se supera el 70,5%. En Valladolid, en la ESO lo permiten el 57,1% de los centros y el 73,6% en los de Bachillerato. En cuanto a la FP, el 70% de los institutos de FP Básica lo usan, el 65,7% de los de FP Grado Medio y el 69,4% de los de FP Grado Superior.
Institutos como el IES Galileo se las ingenian para liberarse de este aparato y que su alumnado levante los ojos de las pantallas. Allí, el equipo directivo ha puesto en marcha varias iniciativas para conseguirlo. «Las familias nos dicen año tras año, que ven a los chicos cada vez más enganchados y que estos se ponen más irascibles cuando se lo retiran», explican Rosa de Pedro y Sandra Juez, del departamento de orientación de este entro educativo. «Detectamos que había muchas incidencias y problemas asociados al uso incorrecto del móvil. Los chicos estaban muy enganchados y eso generaba mucha disrupción en el aula. Era un uso totalmente inadecuado. Lo consultamos con ellos para encontrar una solución. Fueron los propios alumnos los que nos dieron la idea de meterlo en una caja al entrar en clase», prosigue Sandra Juez.
Así, los chavales de 1º y 2º de ESO de un grupo de autonomía del instituto, al entrar al aula lo primero que hacen es dejar sus dispositivos en una caja de madera, a la vista de todos. «Al principio les costaba mucho desprenderse del móvil. Pero se acostumbraron y ahora, cuando bajan al recreo, que sí que lo tienen permitido, muchas veces se les olvida. Ya no tienen tanta dependencia. El éxito de la medida es que no les hemos impuesto el uso de la caja. Es algo que han decidido ellos. Cuando la solución nace de ellos, es mucho más fácil respetarla que cuando se la imponen», explican desde el centro. «Muchas de las patologías que hemos empezado a ver en la escuela a nivel de salud mental vienen relacionadas con esa conexión tan digitalizada y tan impersonal del móvil. Nosotros lo que estamos tratando de fomentar la conexión de tú a tú», completan Sandra y Rosa, quienes aclaran que no es un procedimiento generalizado, ya que hay profesores que no son partidarios del uso de la caja.
Los alumnos ven muy positivamente esta iniciativa que ellos mismos han propuesto. Así, Beatriz Perdiz y Jorge Martínez, de 2º y 1º de ESO, piensan que depositar el móvil en la caja «les ayuda a no distraerse». Reconocen que «tenemos mucha dependencia del móvil, lo usamos para hablar por Whatsapp, Instagram y TikTok. Así por lo menos, las cinco horas que estamos en el instituto nos olvidamos de él. Ya lo tenemos durante el resto del día», dicen. «A mí me da seguridad dejar el móvil en la caja», dice desde atrás su compañero Marcos.
La caja de la sonrisa
El departamento de orientación del Galileo se centra en la búsqueda de una solución para cada problema. Y ponen como ejemplo una caja amarilla adornada con una enorme sonrisa, que está en el despacho de dirección para que una alumna en concreto deposite allí su móvil diariamente. «Esta caja es fruto de la atención a la diversidad. Este es un centro diverso en un barrio diverso y por tanto, también damos respuestas diversas», dicen estas orientadoras. «Es una medida hecha a la carta para una alumna y que hemos consensuado con ella. Tenía problemas de absentismo y conductuales y veíamos que la incorrecta utilización del móvil era la causa de muchos de esos problemas. Esta alumna, al llegar al instituto, deposita aquí su teléfono y en la hoja de registro apuntamos su llegada. También apuntamos cuando lo recoge para el recreo y cuando lo vuelve a dejar. Desde que lo hacemos, su conducta ha mejorado, los problemas con el móvil han desaparecido y cada vez llega más puntual a clase. Lo mejor de todo es que ella se siente capaz. Hemos pasado de una debilidad a una capacidad simplemente por incluir esta rutina en su día a día», informa Rosa de Pedro.
En el IES Alejandría de Tordesillas, por ejemplo, su Reglamento de Régimen Interno especifica la prohibición de mostrar o utilizar teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos, ajenos al proceso de enseñanza aprendizaje, durante la jornada lectiva o en aquellas actividades organizadas por el centro. «Está claro que los móviles son un elemento muy beneficioso y que nos ofrece gran cantidad de herramientas e información, pero mal usados pueden causar efectos muy perjudiciales», explica Paco Gonzalo, director de este centro educativo. «No podemos prohibir que lo lleven, lo que sí que prohibimos es su uso y exhibición, incluso para ver la hora. Los móviles deben estar permanentemente guardados para evitar que se esté grabando, por ejemplo», explica. «En el caso de que un alumno hiciese fotografías o grabase sonidos sin permiso del profesor, se considerará una falta muy grave, que se resolvería con un día o más de expulsión».
La normativa es clara, sin embargo, desde este centro también apuestan porque los chavales aprendan a utilizar el móvil como recurso didáctico. En estos casos, confiar en la labor docente es fundamental. «Si el profesor lo estima oportuno, a través de la plataforma de comunicación con las familias se les envía un mensaje a estas para que los alumnos acudan a clase con el móvil para esa actividad concreta. Siempre avisamos con antelación», recalca Paco Gonzalo. En este centro, además, se pide la colaboración de las familias para que ni los padres ni los alumnos creen grupos de whatsaapp de la clase. «Eso provoca muchos problemas, como por ejemplo la exclusión de algunos chavales. Hace años los problemas de convivencia se daban en el patio. Ahora todo eso ha pasado a las redes sociales», continúa.
En las rutas de transporte
Este centro se muestra más permisivo en las rutas de transporte, en las cuales los chavales sí pueden usar sus dispositivos. «Podríamos prohibirlo, porque las rutas están sometidas al mismo régimen de funcionamiento que el centro. Pero entendemos que aquellos chicos que tienen media hora de viaje en autocar hasta llegar al instituto, pueden utilizarlo para entretenerse escuchando música. Además, si lo prohibiésemos, implicaría que el conductor tuviese que estar pendiente de quien usa el móvil en el autobús, y bastante tiene ya con conducir», apunta el director del IES Alejandría.
Noticia Relacionada
El Centro de Enseñanza Gregorio Fernández promueve el uso de nuevas tecnologías, pero siempre de forma controlada y supervisada. Su Reglamento de Régimen Interno establece que los móviles y otros dispositivos de reproducción/grabación de vídeo/sonido deberán apagarse durante las clases. Durante los exámenes también deben permanecer lejos del alcance de cada alumno. El incumplimiento de la norma conlleva la redacción de un parte de incidencias y el suspenso de la evaluación de la materia. El uso de terminales móviles particulares está prohibido salvo en casos en los que el que el profesor autorice su uso en el aula, para la utilización de aplicaciones como Kahoot y otras específicas de cada ciclo formativo. «Por supuesto, también en ciclos como el de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, pueden hacer uso de su móvil para depurar y probar aplicaciones desarrolladas en Android o Unity. En caso de necesitar estas aplicaciones, en ningún caso será obligatorio el uso del móvil particular. El centro tiene a disposición de los alumnos portátiles y tablets que permiten acceder a todas estas tecnologías. Por tanto, el uso del móvil sí, pero con fines educativos, ya que consideramos que su utilización de forma controlada es el futuro. No podemos decir no a las nuevas tecnologías, sin dar una solución alternativa, puesto que somos un centro de referencia acreditado como tal por la Junta de Castilla y León con el más alto nivel CodiceTIC (Competencia Digital de Centro en TIC)», justifica Víctor Vergel, profesor de este centro educativo, en el que se suelen realizar campañas de concienciación y educación en el uso de internet y del móvil. De hecho, recientemente, los alumnos del Ciclo de Grado Medio de Sistemas Microinformáticos y Redes han llevado a cabo una, con interesantes consejos de utilización de contraseñas, wifis abiertas y demás medidas de seguridad en el uso del móvil e internet.
En el IES Vega del Prado, también incluye en su Reglamento de Régimen Interno la prohibición de utilizar smartphones, salvo en los casos en los que el profesorado lo disponga para la realización de alguna actividad o trabajo. «En ese caso, se avisa a las familias para que dejen a los chavales traer el móvil. Fuera de eso, lo tienen prohibido en el patio, en los pasillos y en los intercambios de clase. Si les vemos usándolo, se les retira y se aplica la sanción pertinente, que también está recogida en el reglamento», informa Nieves Asenjo, su directora. Lo mismo ocurre en el IES Ribera de Castilla, que también prohíbe su uso salvo en actividades didácticas y dirigidas por los profesores. El pasado mes de octubre hicieron una campaña para evitar el uso de los móviles en los pasillos del centro, «pero por más que nos esforcemos, algunos lo siguen usando a escondidas. Es una guerra perdida. Es como matar moscas a cañonazos», indica Roberto Sánchez, director de este centro de enseñanza secundaria.
En colegios concertados como La Salle, que cubre todas las etapas educativas, incluso grados de FP, también tienen una normativa clara a este respecto. Este colegio, fue el primero en Valladolid, en el año 2014, en apostar por un proyecto educativo basado en la metodología digital en las aulas. No utilizan el tradicional libro de texto, y en cambio, utilizan tabletas para que sus alumnos adquieran competencias en material digital, algo que necesitarán el día de mañana, en el mundo laboral y en su vida diaria. «No podemos prohibir que traigan los móviles al colegio, pero si prohibimos su uso en todo el recinto del centro. Hay excepciones, cuando por ejemplo un profesor quiere realizar una dinámica concreta, y en ese caso, siempre se avisa antes», explica Miguel Ángel Alonso responsable de comunicación de La Salle. «Dentro de la programación anual, se realizan jornadas formativas sobre buenas prácticas en el uso de dispositivos, sobre redes sociales, concienciación, riesgos y adicciones, seguridad e internet, y también para los padres, el AMPA imparte talleres sobre riesgos, adicciones y control parental», expone.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.