Si hay algo que predomina en el Parque Valdegalindo de Tordesillas, lugar donde se celebra la concentración invernal motera Motauros, son los reencuentros, las reuniones y los abrazos, algunos de ellos después de un año o varios. Aaron, de Madrid, Rubén, de Ávila, y ... Gelu, de Valladolid, se conocieron en Motauros hace 6 años y desde entonces siempre se reúnen al calor de la hoguera para «no perder la tradición que lleva años acompañando nuestros encuentros».
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Adrián Rodríguez
«Nosotros solo nos vemos una vez al año, salvo algún otro momento especial, y tiene que ser en Motauros. Vivir la experiencia juntos es un momento marcado en el calendario desde que termina la anterior edición», señala Rubén, natural de Navaluenga (Ávila). Equipados con la tradicional hoguera a la que ya habían acercado chorizos, criollos y morcillas para comer, los tres amigos aseguran que «esta concentración es la mejor de todas».
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El frío que durante la mañana de este viernes parecía dar una tregua a los que acamparon durante esta noche, es uno de los aspectos que más valoran los participantes de Motauros. «En esta concentración motera si no hace frío nos falta algo. Tenemos que estar abrigados y al calor de la hoguera pero forma parte de la esencia de todo esto», asegura Aaron, de Madrid.
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