Valladolid

Las Moreras se llena de vallisoletanos en busca de los primeros rayos de sol

Y es que en vísperas de Semana Santa, la ciudad ha vivido un inusual veranillo que ha subido el mercurio hasta los 22 grados. Unas temperaturas muy agradables, ni frío ni calor, que no solo han llenado las terrazas de la capital, sino que han hecho que los vallisoletanos se lancen a las zonas verdes. Leer un libro, merendar sobre una toalla gigante de playa, arañar los primeros rayos de sol, hacer deporte y, en el caso de los más jóvenes, buscar escenarios improvisados para grabar TikToks. Actividades que se disfrutan más al aire libre y, sobre todo, si es en compañía. Multitud de pequeños grupos, con bolsas de patatas, cartas y enfrascados en sus conversaciones, han ocupado durante toda la tarde las diferentes zonas de las Moreras. Los 26,6 grados registrados a las cuatro de la tarde no han podido con las ganas de practicar algún deporte, incluso aunque haya que improvisar una red de vóley con el larguero de una portería.

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J. Asua

Al salir de clase, David Fernández y sus amigos han comprado unas tortillas para comerlas sobre el césped de las Moreras. El mismo plan que Martina del Olmo y sus amigas, que aprovisionadas con una manta, patatas fritas, nachos, cartas y cervezas aseguran que «no necesitamos chiringuito, tenemos entretenimiento hasta que se vaya el sol». Una tarde que tienen claro que es para pasarla sentadas en la hierba. «No es tiempo de agua, todavía refresca, en julio me podrían convencer, pero ahora ni loca», asegura Rocío Iglesias. Aunque la playa de Las Moreras forma parte del censo de oficial de zonas de baño de Castilla y León, el verano pasado se prohibió el baño en este espacio al sumar cinco años con una calidad insuficiente en las aguas.

«Un plan de tarde que te diría que es ideal. No solo porque vuelves a casa con otra cara, sino que se te pasan las horas volando inmersa en la lectura, incluso he llegado a traerme los apuntes», explica Sofía Revuelta, que confiesa que por el momento este escenario no le ha resultado tan efectivo para el estudio como la biblioteca. «Tengo amigas que en mayo bajan con redes de voleibol y montan sus partidillos, aunque creo que por el momento no han venido. La temporada de chiringuito sí que la hemos inaugurado». Aunque con las buenas temperaturas el chiringuito de esta playa urbana se suele llenar, también «está muy bien» en invierno para protegerse del frío. Para pasear, Sofía se decanta por otras zonas de la ciudad. «Vivo en Parquesol, por lo que el parque de los Almendros es obligatorio, igual que la ladera sur. En el centro, el Campo Grande», asegura.

Si la zona de césped es más territorio adolescente, sobre la arena de las Moreras se concentran personas de todas las edades. Noelia San José, en bañador y con un buen libro, se ha planteado pasar una tarde de desconexión. «Les he preguntado a mis hijos si querían venir, pero me han dicho que si no se podían meter en el agua, no querían. Está prohibido, pero tampoco les hubiera dejado», comenta.

«Tenemos que aprovechar, que esto es Valladolid y cuando te descuidas tienes el abrigo puesto de nuevo», comenta Raúl Dueñas, un joven vallisoletano que ha llegado a este enclave mochila al hombro, a la playa de las Moreras. Aunque no es el primer día que acude a las Moreras, sí es el primero que se toma «de relax, porque normalmente vengo aquí a hacer deporte, sobre todo en la zona de 'Workout'». Las buenas temperaturas le han permitido pasar alguna tarde que otra con sus amigos junto a un cubo de tercios. «De chiringuitos no soy mucho, me gustan más las terrazas de ciudad, la zona de la catedral o la universidad», comenta.