Desde principios de junio se habían convertido en centro de atención de trabajadores y visitantes del Campo Grande, era habitual que centraran la atención con fotos o vídeos para retratar un entrañable momento de sus escapadas en familia, incluso la Policía Local hizo de ... escolta para garantizar su seguridad cuando, el pasado 20 de junio, decidieron salir a dar un paseo por la acera de Filipinos. La pareja de cisnes que estaba criando a sus cinco polluelos ha mermado de forma de la noche a la mañana y solo queda una de las crías.
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El qué ha pasado con el resto de polluelos no se sabe a ciencia cierta pero el personal que trabaja a diario en el Campo Grande tiene la sospecha de que detrás de la reciente desaparición de las cuatro crías de cisne está la acción humana, en concreto la de personas que al parecer se habrían encaprichado de los polluelos y los habrían sustraído.
«La impresión que tenemos es que se los han ido llevando en apenas unos días. Es una pena porque era muy llamativo verlos paseando juntos por el parque y han generado bastante expectación entre la gente que paseaba, ya que era una estampa inusual y bonita de ver», señala el director del servicio de Parques y Jardines de Valladolid, José María Rodríguez.
Tanto por la experiencia que tienen los empleados de este servicio como la impresión del capataz del parque piensan que lo más probable es que varias personas se hayan encaprichado de los polluelos y hayan tenido el poco civismo de llevárselos a casa. «Quizá alguien con una finca o con un patio donde tenerlos o alguien que directamente los ha cogido para venderlos, el caso es que hacía años que no se lograba que criaran porque es complicado y esta era una situación excepcional. Es una pena que solo quede uno», lamenta Rodríguez.
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No han encontrado los cuerpos de los polluelos «algo que sería indicativo de algún tipo de enfermedad, tampoco señales como restos o plumas que llevarían a pensar que algún animal se los haya intentado comer», descarta.
Tras unos 36 días de incubación nacieron a principios de junio los cinco polluelos de tono grisáceo que tenían su nido cerca del estanque y que habían aprendido a campar a sus anchas por el Campo Grande y no fue hasta el 28 de ese mismo mes cuando algunos viandantes comenzaron a echar en falta a una de las crías hasta que aproximadamente a principios de julio, apenas un mes después de nacer, solo quedaba una de las crías, que actualmente es la única que permanece junto a la pareja de cisnes.
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Precisamente, la familia de aves tuvo que ser escoltada de nuevo el pasado 10 de julio por la policía y volvieron a dar protección a la pareja y a la cría de cisnes que «habían salido a dar una vuelta por las inmediaciones del Campo Grande», tal y como publicaron entonces mediante su perfil de Twitter, donde hace apenas unas horas han lanzado una publicación pidiendo además que «en estas tardes de verano, recuerda que no se puede arrancar flores, plantas o frutos o causar cualquier otro tipo de daño al arbolado y plantaciones».
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