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Henar Sastre

Una Marcha contra el Cáncer de récord en Valladolid

La ciudad desafía a la nieve y al frío, y logra reunir a 54.387 personas

J. Asua

Valladolid

Domingo, 28 de octubre 2018

La carpa tiene apenas seis metros cuadrados. Prácticamente pasa desapercibida entre la muchedumbre y el gran montaje logístico que acompaña a la Marcha contra el Cáncer de Valladolid. Pero es en este pequeño espacio donde mejor se resume la grandeza de un evento que toca a todos muy dentro, por encima de ideologías y condiciones. Las pizarras blancas que cierran tres de sus lados están atestadas de mensajes. De recuerdos, pero sobre todo de esperanza. Y de amor. Por la vida y por los seres queridos. «Conchi, estamos contigo», «Para la abuela, que se va a poner bien», «¡Carlos, mucha fuerza, vas a salir de esta!», «Mamá vamos a luchar contigo siempre»... y así decenas de ellos.

Reconoce Eloísa Martínez Castrillo, voluntaria de Iberdrola en la cita y encargada de facilitar los rotuladores a quienes quieran estampar su frase, que es difícil no emocionarse ante la triste entereza de los que añoran a los que ya no están y ante el deseo de superación de los que confían en que la pesadilla pasará. Ella también se acuerda de su madre, que falleció con 61 años de un tumor de ovarios. Si hay unión, seguirá habiendo avances, reflexiona, como se demuestra en el caso de sus cuñadas y de un hermano, también tocados por el cáncer, que sí «están saliendo adelante», gracias a las mejoras en los tratamientos.

Valladolid demostró este domingo, por séptimo año consecutivo, que es una ciudad y una provincia valiente, capaz de plantar cara a la muerte y al sufrimiento de una forma práctica: investigando cómo actúan ambos enemigos para ponerles coto y vencerlos. Un total de 54.387 personas –52.887 inscritos y 1.500 dorsales 0– tomaron el centro de la ciudad en una nueva una batalla, que es de récord Guiness. Y todos, con una sonrisa, conscientes de estar participando en algo grande. Ni el fútbol, ni la política, ni ninguna otra causa logra un respaldo tan unánime aquí. Buen síntoma.

Impresionada, la doctora Eleonora Lapi, miembro de uno de los dos equipos científicos que se beneficiarán de la recaudación de esta cita, no daba crédito a la respuesta masiva, al flujo verde que, como sangre nueva, regó las principales calles de la ciudad. Ni un hueco había. La beca que le ha concedido la entidad vallisoletana tiene en el punto de mira en el cáncer de vejiga. Y ya han detectado un gen para evitar que este tumor avance. Otro paso.

Tiempo para investigar

Ella y Pedro Vizán, quien analiza la función de una proteína durante su desarrollo para atacar las células madre de los tumores, serán los destinatarios de esta demostración de solidaridad desde la base, que tiene una cara B, dedicada no precisamente a los mecenas de pie, sino a las Administraciones. Lo subrayaba la doctora sin nombrarlas. Los recortes en investigación durante los años de crisis han hecho mella en los equipos. «Ha sido difícil conseguir dinero para financiar los proyectos y hemos pasado demasiado tiempo buscándolo, en vez de dedicarnos a investigar», subrayaba, al tiempo que apuntaba que esa escasez ha provocado el éxodo de muchos compañeros que en España no lograron encontrar respaldo, a pesar de lo avanzado de sus estudios. Quien tenga oídos en los despachos de ahí arriba, que se dé por enterado.

Porque aquí, a los vallisoletanos, no les amilana nada. Ni la nevada con la que amaneció la jornada –cuando se dio la salida los copos habían cesado, aunque el frío apretó– ni los remilgos de los gobiernos para incrementar la partidas destinadas a investigación en sus presupuestos. «Orgulloso» de la respuesta ciudadana, el presidente de la Asociación Española contra el Cáncer, Francisco Javier Arroyo, destacó la «responsabilidad» que supone para esta entidad el empujón de una ciudad y una provincia que es «cabecera de la solidaridad» para la investigación oncológica en toda España, lo que obliga a «no fallar» a tantos miles de personas.

Arroyo destacó la «responsabilidad» que supone para la AECC el respaldo ciudadano

A la cita tampoco faltaron los representantes políticos. El alcalde, Óscar Puente, calificó de «increíble» la actitud de los vallisoletanos y subrayó que su ejemplo «es motivo para presumir, porque el mensaje que mandamos a toda España es muy poderoso». Jesús Julio Carnero, presidente de la Diputación, añadió al aspecto solidario el de la «inteligencia» a la hora de apoyar un evento, que tiene en la investigación su fin último. Algo tangible, con efectos prácticos.

Eran casi las dos de la tarde cuando los últimos participantes llegaban a la meta de la Acera de Recoletos. En las caras de todos se reflejaba satisfacción, a pesar de que a muchos les pesasen sus historias personales. Pero ver la potencia de ese músculo ciudadano contra un enemigo que lo es de todos ayuda, y mucho. No estamos solos. Todo un alivio.

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