

Sanidad en Castilla y León
Migrañas discapacitantes, las sufren más las mujeres y llegan más tarde a las consultasSecciones
Servicios
Destacamos
Sanidad en Castilla y León
Migrañas discapacitantes, las sufren más las mujeres y llegan más tarde a las consultasUn ataque de migraña implica un dolor de cabeza de una intensidad que revienta en ese momento el ritmo de una jornada laboral o la ... rutina social o familiar de quien lo sufre. Y hay personas que conviven diez, quince, veinte o más días al mes con esta enfermedad neurológica que afecta más a mujeres, pacientes que además tardan más en llegar a la consulta de los especialistas. «Las mujeres vienen mucho más tarde y después de mucho más tiempo de padecimiento de su migraña», describe Ángel Luis Guerrero Peral, neurólogo y coordinador de la Unidad de Cefaleas del Hospital Clínico de Valladolid, desde donde han tratado a casi 7.000 pacientes desde 2008, una experiencia que trasladarán en junio en el Congreso Europeo de Neurología en Helsinki, capital de Finlandia.
Esta unidad es referencia autonómica para el abordaje de las cefaleas más complicadas, las denominadas refractarias, que no responden a los tratamientos iniciales. Cada año se ponen en manos de equipo de esta unidad, que impulsa también trabajos de investigación, alrededor de 600 nuevos pacientes.
El doctor Guerrero apunta dos desafíos que afrontan especialistas y pacientes migrañosos: que la gente llegue antes a la consulta para ponerse en tratamiento con fármacos específicos y combatir el estigma con el que cargan las personas que sufren esta enfermedad neurológica que carece de un marcador biológico para el diagnóstico, lo que hace que entornos sociales y, sobre todo laborales, no crean a pacientes con migraña. Es el dolor de cabeza discapacitante más común. Afecta en torno al 14% de la población, pero con sesgo de género, porque esa incidencia baja entre los hombres al 8% y sube entre las mujeres hasta el 20%.
Es un dolor fuerte de cabeza, localizado principalmente en las sienes, con necesidad de estar tumbado en un espacio sin luz y sin ruido, con sensación de estómago revuelto que lleva incluso al vómito. Un sufrimiento que aumenta si hay que agacharse a coger algo del suelo o subir un tramo de escaleras y que, cuando pasa por el efecto de los fármacos, deja un remusguillo de malestar, falta de apetito y de ánimo que puede durar dos o tres días. Eso es, en muy resumido, una migraña.
Guerrero destaca el avance en tratamientos experimentado en los últimos diez años, con fármacos de varias familias diseñados para tratar el dolor de estas cefaleas y también para intentar prevenir y disminuir el calendario de días con dolor. En este último caso con medicación diaria o inyecciones cada mes o tres meses. El facultativo especialista alerta del riesgo de la automedicación. «A veces implica un peor pronóstico a medio plazo», precisa el neurólogo, que ha participado recientemente en la decimocuarta edición de Cefabox, unas jornadas de actualización y puesta en común sobre estas patologías.
Los cambios en hábitos de vida se alzan como el tercer vértice del tratamiento, junto con los fármacos frente al dolor y las terapias para intentar prevenirlo. La alimentación tiene su peso, pero más en la literatura que suscita el tema que en la realidad del día a día de los enfermos. «No más de un 10% de los pacientes tienen alimentos concretos que les provocan ataques de dolor. Puede ayudar identificarlos, pero el paciente con migraña no tiene que pensar que la suya es una enfermedad digestiva», explica el doctor Guerrero.
Los 15 días de dolor al mes establecen la frontera de lo que se considera una migraña crónica, pero la barrera discapacitante de estas cefaleas para desarrollar una vida medianamente normal se sitúa por debajo y depende de la intensidad del dolor y de la eficacia del tratamiento para controlarlo.
Dentro de las cefaleas existe una enfermedad rara, con día propio en estas fechas, cada 21 de marzo, que son las cefaleas en racimos o acúmulos. Esta tipología afecta más a hombres y ve acentuado el retraso diagnóstico. Quien la padece sufre ataques de dolor todos los días durante uno, dos, tres meses, generalmente a la misma hora y de una intensidad tremenda. «Requieren tratamientos muy específicos para intentar aliviar el dolor», asegura el especialista del Clínico vallisoletano sobre unos pacientes que suelen rebotar de consulta en consulta antes de acabar delante del profesional que afina el diagnóstico de una enfermedad que es «un desafío para los neurólogos que atendemos a pacientes con cefaleas».
Los dolores de cabeza recalcitrantes llegan a los neurólogos desde las consultas de los médicos de Familia, pero también a través de Urgencias. A este último servicio hospitalario acceden pacientes de dos tipos: Los que sufren por primera vez un dolor de extraordinaria intensidad y requieren un estudio para asegurarse de que no hay detrás otras enfermedades y los ya diagnosticados de cefalea refractaria que llega con un ataque de migraña que se les ha ido de las manos porque no responde al tratamiento prescrito.
Una migraña comprenden tres fases identificables. De inicio, el paciente sabe que está raro, con sed, bostezos reiterados, con ganas de comer chocolate o gominolas. A veces empieza el 'aura' (una sensación visual extraña en el campo de la visión), antes de la explosión de dolor. O se duerme una mano, o las dos, o la boca. Algunos migrañosos tienen incluso dificultad para expresarse. Luego llega el dolor de cabeza, con sensación de latido. La mayor parte de las veces residenciado en la zona de las sienes, posiblemente más en un lado que en otro. Al paciente le molesta la luz, el ruido, los olores, busca estar tumbado. Le mortifica moverse, subir un piso de escaleras puede ser una tortura, se le cae algo al suelo y al agacharse a recogerlo el dolor de cabeza aumenta, se le revuelve el estómago y puede llegar a vomitar. A veces, la persona enferma vomita y el dolor de cabeza se alivia momentáneamente. Toma la medicación, con mayor o menor éxito, y si consigue resolver el dolor, luego estará con poco apetito, con menor rendimiento intelectual, con menos ganas de hacer nada entre 48 y 72 horas. Volverá la calma a su cabeza y recuperará un ritmo saludable. Hasta el siguiente episodio.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.